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Ni sí, Ni no, Ni todo lo contrario | Así juegan los brazos políticos y sindicales del progresismo a

  • Prof. Andrés Freire
  • 3 nov 2020
  • 3 Min. de lectura

Ni si, Ni no, Ni todo lo contrario Estamos hartos de decir siempre que no Se nos ha quedao el careto de amarraos La doctrina prohíbe, se positivo Decir que sí es contra-revolucionario (Uooooo) Desde ahora solo diremos Ni si, Ni no, Ni todo lo contrario (Uooooo)

“Ni si, Ni no, Ni todo lo contrario”. Lendakaris Muertos.

Lo hemos dicho una y mil veces, y lo seguiremos haciendo, hace muchos, demasiados años queda claro que en lo estructural el modelo es siempre el mismo. Lo que hoy se llama LUC y Presupuesto de ajuste y recorte, ayer se llamaba esencialidad; demasiados nombres repetidos, demasiadas políticas que se parecen aún más a las anteriores. El mismo jerarca que hoy impulsa el recorte de las licencias médicas de los empleados públicos lo fue del progresismo, el jefe de policía de Montevideo cesado recientemente también. En lo estructural no hay cambio, hay más ajuste.

Por no querer afrontar el problema real, por participar del consenso macro económico neoliberal, por no poder enfrentar lo esencial, el progresismo comienza una guerra de guerrillas virtual y mediática contra el gobierno; necesita desesperadamente mostrarse diferente, pero en fundamental acordar y en el Parlamento vota media LUC, y lanza sus campañas, “vienen por el boleto estudiantil, el pan de los comedores, la diversidad, el aborto, vienen por todo”. Eso sí, de UPM y su trencito que vienen por todo y se llevan todo, ni una palabra.

Ayer se reprimía con balas de goma el desalojo del Liceo 70 y la marcha contra la injerencia de UPM en la educación: silencio, aprobación callada, “son provocadores e infiltrados”. Hoy se dice, se reprime una concentración de jóvenes en la Plaza Seregni, gritos destemplados, “avanza el fascismo”. Parece que la represión real o presunta multicolor es “fascismo”, pero si quienes reprimen son los “compañeros” es diversa, multicultural y progresista.

A su vez se lanzan a voz cantante denuncias alarmistas y muy graves que después quedan por el camino, lo escribimos más adelante “sacan los boletos a los estudiantes”, el resultado final de estas afirmaciones que después la realidad no confirma no es debilitar al gobierno, es fortalecerlo.

Ahora todos somos solidarios con la lucha de los obreros del Frigorífico Canelones, pero pronto se olvida que el LockOut patronal comenzó durante el gobierno progresista, y fue y es posible porque el Frigorífico Nacional quedó esperando para el día de San Jamás.

La Pandemia y el llamado a reprimir

Veamos ahora el tema de la Pandemia. En la segunda quincena de marzo el progresismo gritaba “cuarentena general”; el gobierno optó por otra solución cierre más o menos voluntario de múltiples actividades y reapertura parcial y controlada de actividades, mal no le fue. En la etapa actual donde prima el cansancio creciente de quienes corren menos riesgos, la apuesta del progresismo es a estimular y/o apoyar actividades masivas sin ningún protocolo, comenzando con la marcha de la diversidad.

Ayer se pedía cuarentena general obligatoria la que solo es posible con un despliegue masivo del aparato represivo estatal, con las terribles consecuencias que esto puede traer -recordemos que en la vecina orilla hay un muchacho desaparecido, del que se ha recuperado su cadáver- y eventualmente medidas prontas de seguridad. Ahora parece que se hace todo lo posible para no dejar margen y obligar a actuar de esa forma como sucede en los países europeos, donde la enfermedad está fuera de control. ¿Quién se beneficia en ese escenario?

La polarización creciente en torno a elementos secundarios y menores es la estrategia del progresismo para ganar en 2024 y restaurar el paraíso perdido que nunca lo fue. Es su relato, los otros tienen el otro, y nosotros tenemos el nuestro, y parte de la respuesta a la pregunta de ¿Cómo llegamos hasta acá, es decir como caímos del sartén al brasero?

Contra la LUC, pero de ojos y boca abierta

Nos toca juntar firmas contra la LUC, firmaremos y juntaremos firmas, pero nadie pretenda que hagamos la política del avestruz o que nos sumemos por la puerta de atrás a estrategias ajenas que conducen a lugares a los que no queremos volver. Lo escribíamos hace un tiempo, no era ni para atrás para atrás, ni es lo que hay valor; vamos entonces a dar un primer paso, sabiendo que entramos a un corral de ramas, que no es nuestro, pero donde podremos entrar por nuestra propia cosecha. Si triunfamos, triunfamos todos; si somos derrotados, la derrota será ajena…


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