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103° de la Gran Revolución Socialista de Octubre: algunas reflexiones

  • Agustín Casanova
  • 7 nov 2020
  • 8 Min. de lectura

Consejo-soviet- de diputados obreros y campesinos. Club de trabajadoras.

“[…] Ningún acontecimiento influyó jamás tanto en la mente de los hombres, el destino de los pueblos y el progreso del mundo. La humanidad ha vivido a partir de entonces el más fecundo período de transformación revolucionaria en toda su existencia”.

Fidel Castro[1]

Cuando hablamos de la Revolución Rusa o de la Revolución de Octubre, podemos distinguir dos acepciones principales. La primera es la que refiere a un hecho concreto en la historia del siglo XX, léase el “Asalto al cielo”[2] que realizó el proletariado soviético en la noche del 25 de octubre de 1917[3], momento en el que, al tomar el Palacio de Invierno de Petrogrado[4] (sede del Gobierno Provisional), se concretiza la consigna revolucionaria de todo el poder a los soviets - pronunciada por Vladimir Ilich Lenin en las famosas Tesis de Abril del mismo año -.[5] La segunda acepción de la Revolución de Octubre es la que indica un proceso revolucionario que, mediante la construcción de la primera experiencia socialista, transformó radicalmente la historia de la humanidad.

1. El significado del socialismo

¿Por qué lo decimos? Porque, en esencia, el socialismo, embrión de la sociedad comunista, implica liberar el territorio de la burguesía, colocar el punto final de siglos de explotación del hombre por el hombre, emanciparse de sí mismo mediante la conciencia por primera vez en la historia,[6] transformar la dominación económica del hombre por la dominación humana de la economía, producir para la satisfacción de las necesidades y permitir que cada ser humano logre desarrollar su potencialidad creadora. El socialismo es un gran salto cualitativo en la democratización de la humanidad - claro está, entendida, la democracia, como el gobierno “del, por y para el pueblo”,[7] algo mucho más profundo que una elección de plutócratas que se diferencian entre sí como la Coca-Cola y la Pepsi -.

2. La experiencia histórica de la Revolución de Octubre

El discurso hegemónico, el que legitima el capitalismo, diría que las palabras precedentes son abstracciones panfletarias, que el socialismo fracasó en la práctica y que el capitalismo mostró su superioridad. Lamentablemente para los defensores del capitalismo – desde los liberales a los fascistas -, la experiencia histórica de la Revolución de Octubre demuestra justamente lo contrario. Asediado por las potencias imperialistas, el país soviético logró, mediante la planificación centralizada, desarrollar las fuerzas productivas como ninguna economía mercantil lo había hecho antes. En la industrialización de los años treinta, la Unión Soviética cuadruplicó en menos de diez años su producción industrial, transformando el atrasado Imperio Ruso en una vanguardia industrial. Existe una frase popular que nos ilustra muy bien la industrialización bajo la bandera roja de los trabajadores, ésta dice “En 1931, Aleksei Gagarin conoció la luz eléctrica; en 1961, Yuri Gagarin conoció el espacio”.[8]

Sin semejante progreso técnico, hubiera sido imposible que la Revolución de Octubre hubiera vencido en la Gran Guerra Patria[9] contra el fascismo. La propaganda hollywoodense intenta mostrar la Segunda Guerra Mundial como un enfrentamiento donde Estados Unidos salvó a la humanidad de las hordas hitlerianas. Esa visión promovida por la burguesía es una tergiversación flagrante de la historia. Lo cierto es que el 80% de las unidades bélicas de Alemania nazi estuvieron luchando en el frente oriental contra la Unión Soviética con una intensidad que no se presentaba en el frente occidental - el “espacio vital” de Hitler era la URSS -. Siendo francos, la victoria del socialismo no fue gracias a los Estados Unidos y el Reino Unido, sino a pesar de ellos, quienes debieron abrir el frente occidental en 1941, pero prefirieron esperar hasta 1944 - cuando la suerte de la Alemania hitleriana ya estaba echada -.

No obstante, este gran éxito en el desarrollo de las fuerzas productivas dice muy poco, si no recordamos que, gracias a las nuevas relaciones socialistas, este suceso está ligado íntimamente a un notable progreso en las condiciones de vida del pueblo, el cual, gracias a la economía planificada, no conocía el desempleo ni la inflación. Para graficar de alguna forma las mejoras radicales en la calidad de vida del pueblo, podríamos mostrar que, hasta la 1940, la Unión Soviética había quintuplicado la cantidad de médicos en el país (de 20.000 a 1.000.000), había duplicado la esperanza de vida y reducido por varias veces la mortalidad infantil. También hasta 1940, en la esfera educativa, el socialismo había multiplicado por diez la cantidad de adolescentes en la educación secundaria, había creado 890 centros de educación superior, había reducido el analfabetismo del 80% al 10% y había aumentado el acervo bibliotecario de 8 a 105 millones de ejemplares. Igualmente, antes de la guerra, la ciencia soviética había crecido desde los cinco laboratorios del zarismo a los cien centros de investigación pertenecientes a la Academia de Ciencias de la URSS.[10] Este avance inconmensurable es reconocido más allá de los partidarios del comunismo, por el célebre físico Albert Einstein, quien dice en 1936: “[…] la Unión Soviética, más que ningún otro gobierno contemporáneo, se está dedicando fervorosamente al desarrollo de la educación general y de la investigación científica para el beneficio de todos sus ciudadanos”.[11]

3. La emancipación de la mujer y la Revolución de Octubre

Otro tema central en la Revolución de Octubre fue la emancipación de la mujer. Con el triunfo del socialismo, las mujeres adquirieron derechos que, incluso en pleno siglo XXI, aún no son reconocidos en varios países capitalistas. Con el triunfo del socialismo, las soviéticas adquirieron la igualdad absoluta ante el derecho. Como dice Lenin: “[…] De la desigualdad ante la ley entre la mujer y el hombre, en nuestro país, en la Rusia soviética, no ha quedado nada […]”.[12] Consecuentemente, las mujeres soviéticas fueron pioneras en conquistar el derecho al sufragio, a ser elegidas, al divorcio, al aborto, a igual pago ante igual trabajo, a gozar de licencia por maternidad, etc. Simultáneamente, la revolución buscó efectivizar la igualdad real mediante la construcción de miles de guarderías y comedores por todo el país, y a través de propaganda para cambiar la tradición patriarcal persistente de las sociedades clasistas. Las iniciativas no lograron acabar con la desigualdad de facto, pero consiguieron enormes avances. Por ejemplo, la Revolución de Octubre logró que el número de ingenieras aumente notablemente, se pasó de 600 ingenieras en el Imperio Ruso a 380.000 a mediados de siglo XX.

4. Octubre como parte de la Revolución Mundial

La Revolución de Octubre no sólo convirtió al oscuro Imperio Ruso en la plurinacional, revolucionaria y socialista Unión Soviética, sino que también fue la base de múltiples transformaciones a nivel planetario. El Estado socialista fue la base de la consolidación de las democracias populares en Europa Oriental y el apoyo imprescindible de las revoluciones populares en África, Asia y América Latina. Simultáneamente, fue una fuerza clave para acabar con el colonialismo más allá del carácter de clase del proceso independentista. Por otro lado, indirectamente, la existencia del socialismo era un factor clave para que la burguesía se viera obligada a otorgar concesiones para la clase obrera en los países donde ella gobernaba.

La clave es comprender a la Revolución de Octubre como parte de la revolución mundial, como el primer territorio que el proletariado global logró liberar en su guerra de liberación. El significado internacional es sintetizado claramente por Stalin: “La revolución del país victorioso no debe considerarse como una magnitud autónoma, sino como un apoyo, como un medio para acelerar el triunfo del proletariado en todos los países. Porque la victoria de la revolución en un solo país, en este caso en Rusia, no es solamente un producto del desarrollo desigual y de la disgregación progresiva del imperialismo. Es, al mismo tiempo, el comienzo y la premisa de la revolución mundial”.[13]

5. ¿La derrota de la Revolución de Octubre?

Si fueron tantas las conquistas para el pueblo, ¿cómo pudo ser derrotada la Revolución de Octubre? Esto nos puede llevar a pensar que las conquistas no eran tales, que la derrota de la Revolución de Octubre representa la inferioridad del socialismo, que el capitalismo es la mejor forma de organización posible, etc. Todas estas ideas son amplificadas, naturalmente, por la burguesía, quien está interesada en la manutención del capitalismo. No obstante, quienes somos partidarios de un cambio de base tenemos que observar más allá de las apariencias. Eso implica estudiar las contradicciones en la URSS, algo que, reconocemos, puede no ser demasiado simple.

Analizando la historia soviética, vemos que lo que fracasó no fue el socialismo, sino el intento de resolver sus problemas con respuestas propias del capitalismo. Durante la primera mitad de la historia soviética, el rumbo fue caracterizado por el avance de la planificación sobre los residuos mercantiles, algo que llevó a la consolidación del socialismo. En cambio, durante la segunda mitad, el rumbo fue incentivar el desarrollo de la competencia entre las distintas unidades productivas - algo propio de la economía capitalista -, el resultado fue, primero, la ralentización del crecimiento y, luego, la desintegración del socialismo. En contra de lo que suponen los economistas liberales, la planificación socialista demostró su superioridad frente a la anarquía capitalista del “sálvese quien pueda”. El tema que debemos profundizar no pasa por la contradicción entre plan y mercado, no pasa por renegar de la experiencia socialista, no pasa por buscar híbridos eclécticos entre socialismo y capitalismo, justamente eso es lo que no funciona. El quid de la cuestión es cómo evitar que el oportunismo se apodere de las vanguardias revolucionarias. Este problema es hasta lógico, porque el socialismo, a diferencia del capitalismo, es una construcción consciente, y, en ciertos aspectos, la superestructura adelanta a la base material.

Como dicen Marx y Engels, “[…] A pesar de las pretensiones del "progreso", [en la historia] hay regresiones continuas y reemplazos […]”;[14] es decir, las derrotas son naturales. La burguesía también supo retroceder, cuando, tras su revolución, la nobleza europea restauró sus monarquías absolutas en el Congreso de Viena de 1815. Sin embargo, la verdadera historia de la humanidad, la inaugurada por la Revolución de Octubre, continúa.

[1]CASTRO, Fidel. Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz en el XXV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, el 25 de febrero de 1976.

[2] “Asaltar el cielo” es un término utilizado por Karl Marx para referirse metafóricamente a la toma del poder por parte de los obreros en el contexto de la Comuna de París (1971). Véase: MARX, Karl. Carta a Ludwig Kugelmann en Hannover. el 12 de abril de 1871. Londres, 1871.

[3] El 25 de octubre del calendario juliano de 1917, oficial en Rusia hasta febrero de 1918, correspondía al 7 de noviembre del calendario gregoriano. Por este motivo, la Revolución de Octubre se conmemora en noviembre.

[4] La ciudad fue fundada como San Petersburgo en 1703, no obstante, en 1914, en el contexto de la Primera Guerra Mundial, donde Rusia enfrentaba a Alemania, el nombre de la ciudad fue levemente modificado por Petrogrado, cambiándole el alemán “burgo” por el ruso “grado”. La ciudad, en 1924, tomó el nombre de Leningrado, el cual fue oficial hasta 1991, cuando, tras la desintegración del país soviético, volvió a nombrarse San Petersburgo. Fue la capital rusa hasta marzo de 1918, cuando el Gobierno soviético – por razones militares – regresó la capital a Moscú (capital histórica de Rusia hasta la fundación de San Petersburgo por parte de Pedro I).

[5] La caída del zar Nicolás II (oficialmente emperador) en febrero de 1917 llevó a un poder bicéfalo en el país, donde gobernaban paralelamente los soviets de obreros (y campesinos) y el Gobierno Provisional burgués. La consigna de Lenin, sobre el traspaso de todo el poder a los soviets, expresada en abril de 1917, cuando el líder bolchevique regresa a Rusia luego de un largo exilio, implicaba acabar con la bicefalia y el gobierno de la burguesía.

[6] Han existido sociedades no clasistas, como las que caracterizaban al comunismo primitivo. No obstante, ellas no fueron establecidas a través de la conciencia.

[7] Es la definición tomada del respetable presidente estadounidense decimonónico Abraham Lincoln. Puede verse: LINCOLN, Abraham. Gettysburg Address (Spanish). - Washington: Smithsonian – National Museum of American History, s.d.

[8] En 1961, Yuri Gagarin (1934-68) se convirtió en el primer ser humano en el espacio.

[9] El nombre que recibe en la Unión Soviética la guerra contra los agresores nazifascistas.

[10] Puede verse algunos datos más en: a) LUDWIG, Emil. Stalin o el milagro ruso. Buenos Aires: Interamericana, 1942; y b) INSTITUTO DE RELACIONES CULTURALES ARGENTINA – URSS. Cien preguntas y respuestas sobre la Unión Soviética. Buenos Aires: Ediciones Argent-URSS, 1955.

[11] AAVV. Hablan de la Unión Soviética. Futuro, México, Tercera época, n. 9, p. 14. nov. 1936

[12] LENIN, Vladimir. El día internacional de la obrera. In: Id. Obras completas. Tomo XXXV. Madrid: Akal, 1978. p. 453

[13] ZINÓVIEV, Grigori; STALIN, Iósif. El gran debate (1924-1926): II. El socialismo en un solo país. Madrid: Siglo XXI, 2015. p. 98

[14] MARX, Carlos; ENGELS, Federico. La Sagrada Familia o crítica de la crítica critica: Contra Bruno Bauer y Consortes. Buenos Aires: Claridad, 1971. p. 101


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