Harriet Tubman en busca de la libertad
- Prof. Andrés Freire
- 4 ago 2020
- 4 Min. de lectura

"Me acuesto sin miedo,
me duermo sin temor
sin temer me despierto
Dios que sostiene mi fe
está siempre a mi lado y jamás se duerme.
No, nunca tendré miedo
aunque tenga muy cerca un ejército numeroso
Dios me liberará
aun cuando lo viera
acampado alrededor mío".
Fragmento de un himno de batalla hugonote.
En el día de hoy tenemos para presentar una película multipremiada estrenada el año pasado que nos presenta de forma hagiográfica la vida de esta gran heroína del pueblo norteamericano, negra, esclava fugada, abolicionista, es decir revolucionaria, feminista y sufragista, ungida por el Señor para liberar a su pueblo, transformando a una esclava analfabeta en un David impensado.
Su historia está muy bien documentada. Esta joven esclava negra sufrió un golpe brutal en la cabeza con un objeto contundente por parte de su amo, en forma accidental ya que era para otro esclavo. El mismo la tuvo dos meses en coma sobreviviendo gracias a los cuidados de sus compañeros de infortunio, luego de los cuales despertó; pero ya no era la misma, comenzando a recibir revelaciones divinas que la impulsaron a escaparse, y luego a regresar a liberar a otros esclavos.
Armada de una pistola y contando con la guía del Espíritu Santo, incursionó varias veces en el Sur esclavista para liberar esclavos (algunos de los cuales a punta de pistola, porque ni siquiera eran conscientes de su propia esclavitud, alienación que le dicen), primero rumbo hacia el Norte, y luego al votarse la infame ley del esclavo fugitivo rumbo a Canadá.
Debemos aclarar que ser abolicionista en los Estados Unidos antes de la guerra de Secesión era ser un revolucionario radical, compartiendo una idea y una misión que estaba ganando espacio pero que no era para nada mayoritaria ni popular, salvo entre una minoría cristiana en crecimiento. En este punto agregamos que su compromiso la llevó a colaborar con John Brown y que solamente por estar enferma no participó en la última acción de guerrilla de este militante que lo condujo al martirio.
Los abolicionistas fueron una minoría radicalizada que operaban en un contexto entre adverso e indiferente y que contaron con la oposición ampliamente mayoritaria del sistema político, más preocupado como Lincoln en preservar la institucionalidad y la unidad nacional antes que otra cosa. Apelaron primero pacíficamente a la conciencia moral de los esclavistas, recibiendo la burla y la violencia como respuesta.
Después intentaron el camino legal, también fracasaron. Con la vía política sucedió lo mismo, prohibiendo el Congreso incluso la discusión de cualquier propuesta destinada a terminar con la esclavitud. Las derrotas en las campañas morales y religiosas, y jurídico políticas no los desanimaron, persistieron, recurrieron a una propaganda incesante, al desafío abierto a la ley y la ayuda a los esclavos fugitivos, y al asalto a prisiones de esclavos y el ajusticiamiento de cazadores de esclavos fugados. La Guerra Civil les abrió la ventana estratégica que permitió el triunfo de su programa máximo por varias décadas.

La película retrata una parte sustancial de la vida de esta mujer negra, con sus licencias, y también con sus ausencias, como la carta que dicta a un amigo y que sale en la prensa de la época donde le dice al presidente Lincoln que la Guerra de Secesión se está perdiendo por su negativa a abolir la esclavitud por motivos políticos, lo que lleva a estar en pecado ante los ojos de Dios, por lo que este no le concede la victoria.
Una de las criticas principales realizadas al film es la tendencia a la hagiografía, es decir a presentar a la protagonista como una santa. Crítica acorde sí, porque santo significa apartado para Dios, y ella fue una militante que luego de lograda la abolición de la esclavitud, apoyó con fuerza las ideas de los derechos civiles de la mujer y el sufragio femenino. Un día con 91 años reunió a su familia y les dijo “Me voy a preparar un lugar para ustedes”, cerró los ojos y abandonó este mundo.
Podrá asombrar que en este diario se comente y recomiende este film: ¿Pero en el fondo por qué tenemos que dejarle a Dios a los poderosos? ¿Por qué tenemos que permitir que quienes tienen el pan, la sal, las armas y las llaves de las cadenas que nos oprimen, también tengan al mismo Señor de su lado?
Que el cristianismo se vuelva cada día más en su mayoría (siempre queda un remanente) cautivo en Babilonia, e impulse una política cada vez más reaccionaria y cada vez más constantina, no es algo que tenga que ver ni con Jesús, ni con Dios, sino un problema de su club de fans.
La película entonces es también una historia sobre la fe, sobre la esperanza, y sobre la convicción; no importa la legalidad, ni el sentido común, ni la hegemonía cultural; importa la convicción de que si luchamos por lo correcto, debemos hacerlo, por más difícil que sean las circunstancias.
¿Realmente queremos que en esta tierra hambre, desalojo, sexismo, sean solo malas palabras de un pasado atroz, felizmente superados? Entonces a pesar de los callos, una vez más, las manos en el arado y adelante…
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