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Crisis Covid 19. Tomemos al toro por las astas

  • Daniel Rocca
  • 30 abr 2020
  • 5 Min. de lectura

Mass medios globales, multimillonarios, gobernantes de potencias internacionales, afirman que la pandemia debe hacernos reflexionar y que nada será igual luego que pase este momento. Uno de los integrantes más notorios de este grupo es Bill Gates. Persona dedicada a los negocios, en todo tipo de rubros (informática, biogenética, gerontocracia, alimentos, etc.). Como todo alto explotador-cínico, su hobbie es la filantropía.

Periodistas, medianos empresarios, políticos de corrientes que se autodenominan populares, afirman que esta crisis tiene que ser el fin del capitalismo salvaje. En este grupo encontramos en nuestra región a personas realmente bien intencionadas y de muy variopintos marcos ideológicos, como por ejemplo el presidente argentino Alberto Fernández.

Los primeros son parte central del salvajismo, son del grupo de los responsables centrales de la catástrofe. Estos verdaderos salvajes, hablan de la crisis como si fuera un evento de la naturaleza. Dicen que todos tenemos que reflexionar y que no hubo previsión. Tremenda caradurez cuando son ellos los que tienen que dejar de actuar como hasta hoy, los que orientan enormes recursos solo pensando en el lucro, son ellos los que nos trajeron hasta acá.

Los segundos, no analizaremos aquí cuales pueden ser los motivos, le perdonan la vida al capitalismo, le hacen precio, van solo contra el capitalismo en versión salvaje. Lo dejan teóricamente vivo, parece ser que la versión civilizada del capitalismo es lo razonablemente posible y hasta deseable. Creen algunos de este segundo grupo, que el capitalismo puede tener versiones perfectibles y lo más absurdo e imposible, que puede ser humanizado.

Otros preferimos ir más allá del Capitalismo. Y señalamos además que el sistema violento en que vivimos no es solo capitalista. El Sistema es depredador del medio ambiente, patriarcal, estatista autoritario (neoliberales incluidos obviamente). El Sistema es un modo de promover valores, modelos de conducta, mitos y creencias. Es un modo de establecer relaciones violentas de poder (físicas, económicas, síquicas, sociales) entre los seres humanos y con todo lo que este toca, organiza o se relaciona con él.

¿Qué sería superar el capitalismo? y ¿qué sería superar un sistema - mundo violento no solo en términos económicos?

Sería para empezar en lo tangible, poner en secundario al factor del Capital. El capital como sabemos ha existido antes del capitalismo y existirá imprescindiblemente después. El asunto es qué lugar ocupa en el funcionamiento económico y si estará subordinado o no en la práctica a los intereses y necesidades del ser humano en general.

Para superar la violencia a nivel global, hay dos variables que son imprescindibles abordar: el mundo de las finanzas y el de las armas.

El sistema financiero internacional es actualmente el gran acumulador principal de la riqueza. Lo hace por medio de un complejo entramado que tiene como nodo el sistema bancario privado. Es la implementación técnica del robo, la estafa, el saqueo, la extorsión, la explotación a gran escala.

Necesitamos reclamar la eliminación del sistema financiero actual. Contrariamente a lo que suele decirse, la anulación de este perverso funcionamiento no generaría ninguna desgracia o calamidad económica en el planeta (salvo la evaporación de enormes fortunas en manos de muy pocos). Si se eliminan las acciones, las derivadas a futuro, los commodities, los bonos en mano de agentes privados, no hay catástrofe posible para los pueblos. Ni se derriten las fábricas, ni se evaporan las máquinas, ni se hunden las tierras, ni los trabajadores entran en un estado de amnesia, ni los centros de investigación vuelan. La economía real, queda allí disponible para una reconfiguración donde el valor del trabajo orientado a la superación del dolor y el sufrimiento humanice la economía.

Necesitamos organizar una nueva economía real, donde el sistema bancario pueda cumplir con su función de reserva de valor, facilite los intercambios y el crédito sin practicar la usura. La banca solo podría cobrar por su gasto operativo y debe ser de propiedad estatal dentro del multinivel administrativo (nacional, departamental, municipal, regional, etc.). Esto no es una utopía o algo que hay que buscar en el pasado, hoy funciona una banca sin usura por ejemplo en Irán. Los iraníes comercian, trabajan, se educan, tienen vivienda, cultivan, fabrican automóviles, hacen ciencia, sin necesidad de implementar una banca que lucre financieramente, solo cobra por los gastos administrativos de funcionamiento. El ejemplo no es el de un pequeño país, se trata de uno de los 20 más poblados del mundo y el número 18 en cuanto al tamaño de la superficie territorial (cercano a los 90 millones de personas, con un poco mas de 1.600.000 km2, casi 9 veces el tamaño territorial de nuestro país).

El otro tema es el armamentismo. Urge la reconversión de la industria militar en industria para la salud, la educación y la ciencia.

La expresión más brutal y violenta de la orientación destructiva de los recursos de la humanidad la señala el desarrollo del complejo científico- militar-industrial.

Por cada 1.000 US$ que se destinan al armamentismo se gasta 1 US$ en luchar contra el hambre (ese crimen social que mata en el planeta a mas de 7.000 niños menores de cinco años por día). No es difícil imaginar y proponer que la civilización deje desde sus Estados de producir crímenes, de formar asesinos y reconvierta los recursos materiales y humanos en industria y profesiones útiles para efectivizar en los hechos, los derechos humanos sociales. Necesitamos cambiar uniformes por guardapolvos, cuarteles por hospitales, bases militares por centros de investigación, liceos militares por universidades en salud y ciencia, misiles por respiradores, tanques de guerra por unidades de CTI, etc., etc. El actual desarrollo de lo biotecnológico en lo militar, es directamente demencial, es necesario denunciar y reclamar por el fin de la ciencia al servicio del crimen de las fuerzas armadas.

Necesariamente otros temas deberán ser incluidos en una agenda global, regional y local de cambios, si pretendemos que la post-pandemia no sea volver a la violencia normalizada.

Temas como lo ecológico-ambiental, la direccionalidad de la ciencia, lo energético alternativo, la orientación de la producción de bienes y servicios, los derechos de la diversidad y del mundo culturalmente múltiple, la relación capital-trabajo, la socialización del conocimiento, la democratización real de las sociedades, la cultura de la no violencia, merecen ser considerados en profundidad, para luchar por "una nueva normalidad" verdaderamente humana.

Es hora de apuntar a los pilares más fuertes que sostienen a la inhumanidad que padecemos y que se impulsan desde las cúpulas del orden violento mundial. Necesitamos poner en el centro de los cuestionamientos, al sistema financiero internacional y al armamentismo. Ir por ellos sería comenzar a tomar al toro por las astas.

En nuestro país ambos temas son evidentemente determinantes. La banca nos tiene fraudulentamente endeudados, digitando ilegítimamente la orientación principal de la política económica y de la vida cotidiana. El aparato militar uruguayo es el gasto más inútil del Estado y al mismo tiempo el más peligroso, dada la historia lejana y cercana de esta institución, violadora sistemática de los derechos humanos, brazo criminal de la clase dominante.

Daniel Rocca es miembro del Equipo de Coordinación Nacional del Partido Humanista en Uruguay. El PH es integrante de Unidad Popular. 30/04/2020.


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