La política de los colores y sentimientos
- J26 (La Chispa)
- 22 ago 2020
- 3 Min. de lectura

Desde hace algunos años venimos notando un proceso social de aumento de la ceguera voluntaria y la irracionalidad en torno a la política -especialmente dirigida hacia los partidos políticos- en el que es más importante de dónde viene una idea, que la idea en sí.
Es por eso que observamos cada vez con menos asombro, cómo la misma gente puede considerar a un hecho aplaudible o defenestrable dependiendo de quién venga, aunque la acción sea exactamente la misma. Una especie de barrabravismo político en el que lo único que importa es quién pone “más huevo”, aunque poco interesa en qué.
Los partidos políticos tradicionales -entre los que incluimos al Frente Amplio- tienen responsabilidad ya sea de impulsar o de adaptarse a esta modalidad con sus campañas y slogans pegadizos vacíos de contenido, porque lógicamente, si difundieran masivamente su contenido, sería bastante complicado para la gente decidir qué votar entre iguales.
Proponemos preguntarles qué piensan sobre el pago de la deuda externa, sobre la ley de caducidad y la impunidad, sobre las tercerizaciones de los servicios públicos, sobre el presupuesto para la educación, sobre la policía militarizada y la represión, entre otras cosas muy interesantes. Y FA, te miramos a vos: no vale decir lo contrario a lo que hiciste en 15 años de gobierno.
Hasta ahora parece que estamos recalcando la obviedad del rey desnudo en la sala: pero créannos, esto va hacia algún lado aunque no lo parezca.
La ceguera voluntaria e irracional, la misma que se produce con los colores de una hinchada de un equipo deportivo, trasladada a la política, tiene un gran peligro intrínseco.
Nos encontramos en una sociedad sumergida en un espiral de violencia en el que cada vez es más sorprendente el nivel de violencia con el que reaccionan las masas ante cualquier hecho. Se denota un contexto de gran tensión social en el que cualquier agujerito en el caño genera una salida de vapor con una potencia increíble. Y esa potencia se vuelve fascista con la misma velocidad que sale.
Así hoy el 35% de los ingresados en el CENAQUE son indigentes quemados en la calle por gente organizada, salen a golpearlos en la calle de a varios y con armas blancas, o hasta apuñalan a un militante del Frente Amplio y le partieron la nariz a otra. Toda esta violencia ciega utilizada como válvulas de escape de presión es muy peligrosa, y pronto empezarán a contarse los muertos de esta política.
Nosotros proponemos un camino alternativo a este, atacando la mayor violencia social de base: solamente eliminando las diferencias sociales y económicas generadas por la apropiación privada de los medios de producción que provocan estas enormes tensiones, detendremos este espiral y lo haremos correr a la inversa: es, como de muchos otros problemas, el capitalismo lo que se encuentra detrás.
Por esto les proponemos apoyar un modelo alternativo de cara a las elecciones municipales que solo encontrarán en la Unidad Popular, un modelo justo de y para los trabajadores que comience a cambiar esta historia. Y más importante, los invitamos a sumarse a la militancia organizada como jóvenes, en donde podamos compartir todas nuestras realidades y descubrir que en la calle codo a codo, somos muchos más que dos.
Pueden comunicarse con nosotros al correo jovenes26m@gmail.com, por Facebook juventud 26 de marzo e instagram j26demarzo, así como también encontrarnos todos los domingos en la feria de Tristán Narvaja.
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