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No se trata de atacar la pobreza sino al sistema que la genera

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 11 jul 2020
  • 3 Min. de lectura

Este análisis tal vez parezca a destiempo, pero lamentablemente nunca lo es cuando se trata de estos hechos. Más allá de nombres y rostros que podamos colocarle, es una realidad que sucedió, sucede y seguirá sucediendo si no hacemos algo por cambiarla.

Nos podemos preguntar por qué sucedió, podemos reclamar la insensibilidad burocratizada de los funcionarios que fueron partícipes de su expulsión, podemos decir: “¿de verdad no había un rinconcito donde pudiera entrar?” recordándonos injusticias como la tabla de Rose en la famosa película Titanic -porque parece haber fascinación por las injusticias de ficción, pero gran facilidad para mirar hacia otro lado en las causas de las injusticias de la vida real- y todo sería cierto, pero insuficiente.

Porque el problema no es si había un rinconcito o no donde pudiera entrar, tampoco es si los policías y funcionarios que lo rechazaron tienen o no corazón, sino que el primer problema es que haya alguien viviendo en la calle. Y no sea uno, que ya es suficientemente terrible, sino que sean muchos los que no pueden acceder a una vivienda. Este y no otro es el problema número uno, ya que el fracaso de nuestra sociedad en garantizar el acceso de toda la población a una vivienda decorosa, es lo que da pie a la existencia del Ministerio de Desarrollo Social y su sistema de refugios tercerizados mediante ONGs, intentando resolver las consecuencias provocadas por un problema sin detenerse en las causas que lo generan.

Dejando de lado entonces la discusión sobre si los funcionarios del MIDES son o no unos desalmados para conversaciones de bar muy interesantes -bebidas espirituosas mediante-, nos vemos en la necesidad de apuntar el análisis político en una dirección muy diferente.

Como humanidad, ¿tenemos derecho a naturalizar que existan muertes por frío en la calle, mientras hay tantas viviendas abandonadas que se utilizan para especular con negocios inmobiliarios? ¿Que existan muertes por hambre, mientras a nivel mundial se produce mucho más de lo que se necesita para alimentar a toda la población?

Si queremos evitar otros muertos por frío o hambre, en definitiva muertos de pobreza, hoy todos los pasados y los que vendrán representados por Gustavo, debemos dejar de jugar a que no vemos que el rey está desnudo y ponernos de una vez a atacar las causas de esta gran problemática -la distribución de las riquezas del trabajo, la propiedad privada de los medios de producción, la falta de acceso a una vivienda digna y a una educación de calidad que permita desarrollar las cualidades y talentos naturales de cada uno.

Por esto es que militamos para transformar la realidad: Es necesario acabar con el sistema capitalista agotado que utiliza las necesidades básicas de la población como una mercancía con la que comerciar y especular -vivienda, alimentación, atención médica, educación- y apostar al socialismo, ese en el que todos los hombres sean dueños de los frutos de su propio trabajo y no se especule con sus necesidades, sino que la riqueza producida sea socializada y no solo cuando hay pérdidas, como hace el capitalismo actualmente.

Es imposible de resolver por parte de un sistema que genera una clase acomodada, que provoca las grandes desigualdades sociales amasando fortunas del trabajo ajeno y condenando a morir de pobreza a los seres humanos que considera descartables.

Basta de lavarse las culpas con la caridad organizada del Estado y conformándose con “al menos se está haciendo algo”, cuando lo que se está haciendo no aporta en nada hacia una solución de fondo del problema y solo sirve para sacarse una selfie y aplaudirnos entre nosotros sobre lo solidarios que somos.

Debe generarse puestos de trabajo estables, con salario digno, con una producción destinada a las necesidades de la población y no a las de un mercado absurdo, con un plan de vivienda popular para que esos trabajadores tengan acceso a una vivienda decorosa. Hasta que eso no ocurra, lamentablemente tendremos más Gustavos con los que los distintos gobiernos de turno y sus falsas oposiciones de gobiernos pasados administradores del mismo modelo se criticarán y se echarán las culpas.


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