Contra la LUC y el presupuesto, unidad por la soberanía nacional y la justicia social
- La Juventud Diario
- 11 jul 2020
- 2 Min. de lectura
La pandemia parece tener sus altibajos; los rebrotes de infectados, hospitalizados y muertos, son continuos a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud descalificada por el gobierno de EEUU, alerta sobre esta realidad y anunció días atrás que América Latina sufrirá aún más con infectados y muertos.
Los pueblos sufren con estas enfermedades por escasos recursos, con información interesada, necesitados de salvar su economía día a día son fácil presa de los especuladores de siempre y de gobernantes con poca sensibilidad.
Abastecer a la población y especialmente a los sistemas sanitarios de los insumos médicos y de protección necesarios para enfrentar el COVID-19 fue uno de los mayores desafíos de los gobiernos de todo el mundo, sin embargo, la subida de precios por el aumento de la demanda y procesos de compra poco claros de algunos países llevaron a que los estados adquirieran los elementos con llamativos sobrecostos sin licitación ni control.
El gobierno de Lacalle Pou transita con cierta tranquilidad el combate al coronavirus y sale airoso para sus intereses, con la confirmación de la Ley de Urgente Consideración que contiene en su articulado definiciones concretas sobre el nuevo rol del capital privado, la regulación y ahogo a las organizaciones sindicales, además del fuerte rol represivo que tendrá el Ministerio del Interior. Es necesario ampliar la oposición política - social a la LUC y al presupuesto; creemos oportuno profundizar con cuidado en esta experiencia, para que el pueblo uruguayo no se frustre y eso consolide el nuevo posicionamiento del gobierno de Lacalle Pou y asociados.
La coalición se siente fortalecida con las leyes aprobadas. A pesar de importantes bajas, entredichos públicos, malestares privados, se ha evidenciado que la política económica y social la define Lacalle Pou, su entorno más cercano y afín. La salida de E. Talvi marca las diferencias no solo en el vocabulario empleado con Venezuela sino también el apoyo indisimulado al presidente a D. Trump en la designación del futuro presidente del BID, violando acuerdos concretos en detrimento del candidato propuesto por el gobierno argentino.
Las críticas que recibe la coalición de partidos políticos y organizaciones sociales crece, pero le falta claridad del mensaje y potencia en la movilización, no permite el crecimiento de voces disconformes, todas las luchas políticas necesitan unidad aunque sea diversa y algunas veces frágil por posiciones contrapuestas, pero el logro del objetivo fijado debe estar por encima de controversias, entendiendo la diferencia entre lo fundamental y lo principal.
Lo mismo acontece con la lucha social, cada uno por su lado diluyen esfuerzos, se pierde el horizonte, se achica la participación y baja el estado de ánimo de trabajadores y pueblo. En el año 2018 los gremios y la dirección del Hospital de Clínicas salvaron diferencias, se organizaron, movilizaron, lograron otros apoyos y se pudo frenar la privatización a través de la PPP.
Se avecinan momentos políticos y sociales muy importantes, cruciales podemos afirmar. Firmeza de ideas, amplitud y generosidad en las alianzas.
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