Con impunidad no puede haber paz de ningún tipo
- La Juventud Diario
- 18 abr 2020
- 2 Min. de lectura

En estos días que vivimos de manera monotemática debido a la pandemia de Covid-19, la realidad política de nuestro país se vio interrumpida por las declaraciones del senador Manini Ríos, quien defendió a los militares, torturadores y asesinos de nuestros compañeros, mandando sus palabras a la fiscalía, de manera amenazante y realizando una grave intromisión hacia el Poder Judicial.

Cómo organización política, debemos analizar más allá de la repulsión automática que este tipo de insultos a la memoria nos generan y pensar en el contexto político en el que surgen personajes como Manini. Nos encontramos en un momento de gran retroceso, pero no nos referimos al contexto actual por el gobierno de la coalición, sino desde mucho antes. Los gobiernos del Frente Amplio dedicados a la gestión del capital, sin atreverse a tocar los privilegios de la burguesía ni de los militares asestaron una estocada final a la esperanza, esa que tanto nos está costando intentar reconstruir: se cambió el sueño colectivo de un mundo distinto, justo, gobernado por los trabajadores por la convicción de que este sistema es el único posible buscando una salida individual.
El senador Manini afirma muy campante que no hay garantías para los pocos militares retirados que se han sometido a causas judiciales por sus crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar de este país. Nosotros afirmamos lo contrario: han tenido demasiadas garantías, al punto que no se le aplica lo mínimo que debería aplicársele a alguien que tortura, que asesina, que ejerció terrorismo de Estado. Y no vamos a caer en la simpleza de preguntarnos qué garantías tuvieron nuestros compañeros cuando cayeron en las monstruosas garras de quienes este señor defiende, ya que eso sería innecesario, puesto que es abiertamente conocido por la población que no se les dio ninguna.
Cuando queremos acabar con la impunidad no estamos cayendo en ningún revanchismo ni venganza por odio, sino que exigimos justicia. Pero te entendemos la confusión Guido, en tantos años de pertenecer a las Fuerzas Armadas habrás aprendido mucho de odio y muy poquito de justicia.
Acabar con la impunidad es que quienes cometieron crímenes de lesa humanidad sean enjuiciados por ello con la pena justa, ni más, ni menos. En caso contrario, ¿con qué criterio los jueces en representación del Poder Judicial pueden juzgar y sentenciar por delitos de cualquier naturaleza que no alcance el grado de delito de lesa humanidad, quienes tienen esta categoría porque se consideran que, de tan atroces, cometerlos contra cualesquiera personas es cometerlos contra toda la humanidad, cuando saben que torturadores y genocidas se encuentran en libertad insertos en nuestra sociedad? Cada día que pasa sin justicia, nuestra sociedad está cayendo en una irremediable hipocresía, que solo podemos empezar a sanar juzgando a tantos pendientes antes de que mueran regocijados en el manto de la impunidad.
Que muchos de ellos sean octogenarios y se los juzgue por cosas que sucedieron hace 50 años no es otra cosa que la demostración empírica de que se está haciendo muy poco y tarde, ya que recordemos que los delitos de lesa humanidad no prescriben.
Nosotros continuaremos la lucha por la memoria de cada uno de nuestros compañeros y no descansaremos hasta que no aparezcan todos y no haya verdad y justicia.
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