DEPORTES | "El Juego Inglés"
- Por Marcelo Peña
- 18 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Cuando la clase obrera irrumpió en el mundo del principal deporte

La serie de Netflix, estrenada recientemente, relata la irrupción de los clubes de trabajadores a finales del siglo XIX y la resistencia de la aristocracia británica a que el fútbol se convierta en un deporte popular. Lucha de clases y el origen del fútbol moderno concentrados en una muy buena miniserie
La miniserie fue estrenada el pasado 20 de marzo en Netflix y rápidamente cosechó buenas críticas en redes sociales y medios periodísticos. La propuesta de Julian Fellowes, Tony Charles y Oliver Cotton es novedosa en dos sentidos; en primer lugar porque la historia del deporte más popular del mundo, tuvo poco desarrollo en la pantalla, a diferencia del lugar que tiene en la literatura. Por el otro, porque rescata una historia poco conocida: la de Fergus Suter, un albañil que a finales del siglo XIX se convirtió en el primer futbolista profesional del mundo.
La historia está contada a través de la disputa de dos equipos, Darwen y Old Etonians, por ganar la FA Cup en 1879 (el torneo más antiguo del mundo, que aún se sigue jugando con la presencia de equipos profesionales y amateurs de Inglaterra y Gales). El primero era un equipo formado por trabajadores de las fábricas algodoneras de esa ciudad, que por primera vez alcanza las instancias finales del torneo, y debe enfrentarse al aristocrático equipo de los ex estudiantes de colegios privados de Londres.
El contraste es total, un equila serie es la resistencia de la aristocracia a que el fútbol se vuelva popular. Estaba considerado un “deporte de caballeros” y la masificación abría la puerta a que miles de obreros y sus familias irrumpieran en el círculo cerrado de empresarios y banqueros. Esto está resumido en la serie con la pregunta de uno de los personajes en una reunión de dirigentes de los clubes más importantes: “¿le vamos a entregar el fútbol a los obreros?”.
La resistencia al profesionalismo era parte de esos intentos para que los sectores populares no puedan acceder al deporte. “Un hombre trabaja desde las 5 de la mañana hasta las 9 de la noche, seis días a la semana, y apenas gana lo suficiente para comer. Y tiene que enfrentarse a hombres como ustedes, descansados, bien alimentados y con mucha práctica. ¿Te parece justo?”, responde Suter en un ficticio diálogo con Arthur Kinnaird (banquero y capitán del Old Etonians, coprotagonista de la serie).po de banqueros y empresarios londinenses contra los obreros de las fábricas textiles que, en el medio de jornadas extenuantes de trabajo y pésimas condiciones de vida, se las rebuscan para jugar al fútbol. La serie retrata muy bien como esa clase obrera comienza a apropiarse del fútbol en todas sus variantes (desde los jugadores hasta como las ciudades comienzan a tener identificación con el equipo local) y a moldear al fútbol como lo conocemos hoy, contra la resistencia de una aristocracia que quería mantener un deporte de élite social.
La serie tampoco le escapa a las contradicciones entre los trabajadores y los burgueses de sus propias fábricas, que eran quienes financiaban a los equipos, como cuando los jugadores de Darwen se niegan a jugar en medio de una huelga por reducción de salarios y recién se presentan a jugar luego de que el patrón de marcha atrás con el recorte salarial.
En ese marco, el empresario que financiaba al modesto equipo de Darwen decide contratar para el equipo a Fergus Suter y James Love, convirtiéndose en los primeros jugadores pagos del fútbol mundial. El fútbol no fue profesional en Inglaterra hasta seis años después, en 1885, y hasta entonces era considerado “trampa”.
La serie es la resistencia de la aristocracia a que el fútbol se vuelva popular. Estaba considerado un “deporte de caballeros” y la masificación abría la puerta a que miles de obreros y sus familias irrumpieran en el círculo cerrado de empresarios y banqueros. Esto está resumido en la serie con la pregunta de uno de los personajes en una reunión de dirigentes de los clubes más importantes: “¿le vamos a entregar el fútbol a los obreros?”.
La resistencia al profesionalismo era parte de esos intentos para que los sectores populares no puedan acceder al deporte. “Un hombre trabaja desde las 5 de la mañana hasta las 9 de la noche, seis días a la semana, y apenas gana lo suficiente para comer. Y tiene que enfrentarse a hombres como ustedes, descansados, bien alimentados y con mucha práctica. ¿Te parece justo?”, responde Suter en un ficticio diálogo con Arthur Kinnaird (banquero y capitán del Old Etonians, coprotagonista de la serie).
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