Este gobierno también aprieta al pueblo y libera al gran capital
- La Juventud Diario
- 11 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Los líderes del mundo capitalista parecen no saber cómo evaluar las consecuencias de la pandemia, contar sus muertos, enfermos y afectados colateralmente, ni cómo presentar una estrategia nueva para pandemias futuras, que pueden ser más duras y continuas según varios expertos. Si bien son los grandes responsables políticos y económicos parecen miran para el costado para disimular sus errores garrafales, su desinterés y desprecio por las vidas humanas, en el fondo hay una gran disputa política - económica de cómo se resuelve el actual dilema mundial y a favor de quién. Debemos preguntarnos cuántas fábricas cerrarán, cuántos trabajadores perderán empleos y sufrirán bajas de salarios, cómo será la nueva relación laboral empresa – trabajadores en el mundo y en el Uruguay.
Los muertos y afectados están ahí, se pueden ver y contar en cada ciudad del mundo, “unos arrastrados en público, otros cremados, tapados en la calle como en películas policiales”; son miles y miles en todo el planeta de seres humanos que fallecen con familiares y amigos a lo lejos, sin contención y casi sin ayuda. Con tradiciones, culturas y por supuesto realidades diferentes, los trabajadores, los pobres, no tienen forma de despedir a familiares por este orden económico mundial donde solo vale la plata. Los grandes demócratas, liberales, fieles defensores de la familia y su propiedad llegado el momento se “lavan las manos”, reacomodan cuentas bancarias, piensan en las nuevas inversiones, en el valor del dólar y de cómo sacar jugo de la bolsa de valores.
No debemos solo mirar la pandemia e ignorar lo que pasa en nuestro alrededor; muy por el contrario esta realidad mundial nos permite analizar e informar a nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo, cómo el capitalismo destruye la humanidad. Guerras, contaminación ambiental, varios virus antes y hoy pandemia, son la consecuencia del sistema financiero, que con gran fervor unos y otros en nuestro Uruguay han apoyado decididamente.
Siempre se ha dicho con fuerza que somos un país chico de hombres y mujeres de edad avanzada; sin embargo no se ha querido discutir a fondo cómo se puede vivir mejor, con tranquilidad, aprovechando la calidad de nuestras tierras, del clima benigno y la capacidad creadora de nuestro pueblo. Quienes nos gobiernan desde hace décadas con distintos adjetivos y énfasis apuestan al capital, si es extranjero mejor, y lentamente desbaratan el papel rector del Estado en la economía nacional, en la salud, la educación, en la banca, en el comercio exterior, etc.
Varios dirigentes del Frente Amplio le han pedido calma y apoyo al pueblo a las medidas tomadas por Lacalle Pou, éste ha manifestado que no pondrá nuevos impuestos al gran capital porque serán estos quienes vanguardizarán la recomposición económica del país. O sea en momentos de grave crisis los impuestos los pagan trabajadores públicos y jubilados, también cargos políticos y de confianza; pero el gran capital es el salvador. Parece replay pero no, es continuismo; recordamos que años atrás pasaba lo mismo con UPM 1, Montes del Plata, zonas francas, etc., y los resultados están a la vista.
Es un momento difícil para movilizarse, reunirse, contactarse, pero no hay que distraerse ni desinformarse más; esta crisis no es culpa de los trabajadores ni de los jubilados, que la paguen los ricos, los grandes capitales y que el Estado impulse la economía a favor de la gran mayoría del pueblo.
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