La fama, la heladera, y las pompas de jabón…
- La Juventud Diario
- 7 mar 2018
- 3 Min. de lectura
En nuestro país más allá que la inmediatez de los acontecimientos parece llevarnos en un torbellino que no puede detenerse, también es cierto que la acción de las personas suele adelantar o retrasar los acontecimientos que condicionan nuestra vida social. En las últimas décadas hemos visto como importantes líderes de partidos o de organizaciones sociales permanecen en la memoria colectiva y otros van invariablemente esfumándose por una sencilla razón y es que no han respondido a las necesidades fundamentales de quienes allí lo pusieron y la mayoría de los casos han salido beneficiados en ese proceso de importantes privilegios, que no han tenido sus ciudadanos, que es a quién básicamente se deben. La vida social de nuestro país, se ha ido mediatizando de tal forma, que lo efímero parece tener más valor que lo permanente, y la soberbia desplaza notoriamente a la actitud sencilla y seria propia de los que se toman la vida con verdadero apego a vivirla en forma solidaria, conviniendo que ello sigue siendo una cuestión razonable en los tiempos actuales. Claro que las privatizaciones, el crecimiento de la deuda externa, la venta de la tierra y el agua al extranjero, ha sido el buque insignia, que ha extralimitado la dependencia económica nacional y la irracionalidad manifiesta en la política de alguno dirigentes nacionales hoy en vías de extinción. Ello claro que no es un fenómeno planificado entre la política del poder sino que parece ser una expresiónsarcásticade las ideas deprimidas de la vieja izquierda cuando aplica políticas contra el pueblo y los trabajadores. En la vida política tradicional existen muchos y variados ejemplos de ello, donde las grandes oportunidades que se producen en la historia, aveces pueden ser malogradas por actos de soberbia o aventureros, a tal punto que pueden una situación poner en riesgo no solo actos de mantenimiento de un partido en el gobierno sino verdaderas incertidumbres o renunciamientos históricos, que provocan retrocesos en los pueblos y en la propia lucha de los trabajadores. Los datos que en los últimos tiempos ha dado el gobierno o los distintos organismos del estado hablan de serios problemas en la situación económica y social, que contradictoriamente a la versión oficial del todo va bien del último mensaje en cadena de medios en relación al campo, ello no parece, de conformidad con la población. Lo mismo podríamos decir del inicio de las clases en estos días o del salario. Cuando el ex vicepresidente afirmó que el partido de gobierno ganaba con una heladera como candidato, no solo se comió la historia de las luchas populares en nuestro país, sino que puso en serios apuros políticos a su partido, y a su propia persona, pues subestimó la capacidad de los trabajadores y el pueblo para hacer política y reconocer a sus verdaderos líderes. Aunque el hecho en sí lo que expresa es una situación extendida de pérdida de rumbo en la política en su vínculo con la gente sencilla que es con quién se debe cualquier gobierno. Luego claro “avanza la derecha” tradicional, se ponen nerviosos, confundiendo malas intenciones con las buenas, o hechos reales con “oscuras intenciones” partidarias. Lo cierto es que la “heladera”, que ganaba elecciones, tiene el sistema de refrigeración descompuesto, y lo que estaba adentro, se está descomponiendo… Y los integrantes del pueblo de Artigas, quieren soluciones algunas para ahora y otras para mañana como siempre.
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