Especial | “Mientras exista la injusticia, el pueblo palestino va a resistir”
- La Juventud Diario
- 23 may 2020
- 8 Min. de lectura
Frente al imperialismo y la mentira histórica del sionismo. Entrevista al Prof. Alejandro Hamed Franco

Este viernes, coincidiendo con el último viernes del mes de Ramadán se celebra el Día Mundial de Al-Quds (Jerusalén). Esta expresión de solidaridad de carácter internacional con el pueblo palestino, de oposición al sionismo y al control israelí de los territorios palestinos, fue instituida por el imam Jomeini en 1979, líder de la triunfante revolución iraní.
41 años después, aunque se registran movilizaciones de amplios sectores populares en Medio Oriente, incluso mismo en Israel organizaciones judías y árabes, de israelíes y palestinos reclaman en forma coordinada soluciones justas y pacíficas; por otro lado el imperialismo por medio del presidente norteamericano Donald Trump parece sofocar toda posibilidad de paz y resolución consensuada de este largo conflicto, a través de su inadmisible llamado “Acuerdo del siglo”; e Israel mantiene el criminal bloqueo en la franja de Gaza que tanto está padeciendo además esta situación de pandemia, y ahora el sionismo impulsa además esta nueva política de anexiones en Cisjordania, donde a pesar de sus recientes elecciones divididas, logra incluso amplios consensos en el sistema político para llevarlas adelante.
Para ubicar en el contexto actual cómo se expresa esta jornada de solidaridad, apelamos una vez más al Prof. Alejandro Hamed Franco, esta vez no en una conferencia como acostumbramos organizar año a año, sino en diálogo directo con la redacción de La Juventud.
Contexto actual
Evidentemente estamos viviendo una época sumamente delicada y frágil diríamos, como nunca en la historia de estos pueblos del Medio Oriente.
La iniciativa del imam Jomeini es de todo punto de vista justa, y tiene un gran alcance en la comunidad islámica del mundo -que es una comunidad importante.
Se trata de desnudar de alguna manera la política expansionista y anexionista que está llevando a cabo Israel, a expensas del pueblo palestino.
De hecho, la historia moderna de esta región -incluyendo Jerusalén- tiene que ver mucho con la expulsión del pueblo palestino de sus tierras; porque la primera gran expulsión que se dio en 1948 obedecía a un plan establecido de antemano de vaciar el territorio palestino de pobladores palestinos. Porque gran parte de estos pobladores que hoy son refugiados en los desiertos circundantes, eran campesinos que tenían su propiedad, que tenían su actividad y que durante siglos ¡durante siglos! venían ejerciendo en esas tierras. La cuestión era sacarlos de la tierra, ocupar sus tierras y establecerse sólidamente, como logró hacerlo Israel -desde luego con la ayuda de EE.UU.
Aún así y todo, con esa ayuda norteamericana, se logró de alguna manera algunas conquistas en el camino correcto de la convivencia pacífica; porque se entendía también de alguna manera que estaba Israel ahí presente y había que buscar un modus vivendi con ese país y con ese pueblo, por lo cual se llegó trabajosamente al Acuerdo de Oslo -donde por primera vez se encontraron las autoridades y llegaron a firmar un acuerdo de convivencia con la creación de dos Estados en el lugar.
Y el tema específico de Jerusalén también fue tratado, a tal punto que se consideró que Jerusalén viene a ser la capital de los dos Estados; la parte antigua -que correspondía indudablemente a los palestinos- y la parte nueva -donde funcionaban y funcionan algunas oficinas administrativas del Estado de Israel-.
Por culpa de Israel, que incluso violentamente se opuso a ese acuerdo con el asesinato del gestor del acuerdo por la parte israelí -que fue el General Isaac Rabin-, eso terminó en la nada.
Con todo hoy, a pesar de los pesares, los países árabes -y Palestina en particular- no han denunciado este acuerdo porque tienen la esperanza de que alguna vez prime la cordura dentro del sector gubernativo de Israel y se avengan a negociaciones justas, y que finalmente se pueda establecer sobre la base de este acuerdo la convivencia entre dos Estados libres y soberanos.
La mentira histórica
Pero en el caso concreto de Jerusalén que nos interesa destacar, esto se basa totalmente sobre -yo diría- una mentira histórica; porque se pretende darle un carácter histórico - bíblico a la presencia y a la autoridad y el control de Jerusalén por parte del pueblo judío.
Y eso históricamente no es real, porque Jerusalén como ciudad existía en la región mucho antes que llegaran los hebreos a pasar por Jerusalén -porque no lo habitaron-. Eso se da allá por el año 1605 AC, cuando Abraham -el patriarca del pueblo hebreo proveniente de Mesopotamia- llega a Jerusalén y son recibidos por el Rey que gobernaba en aquel momento -Sadec Malek se llamaba ese Rey-. Fueron recibidos como huéspedes, y se quedan un tiempo largo a vivir en Jerusalén.
Jerusalén en ese momento era una ciudad Estado, tributario del Estado Egipcio. Los hebreos se quedan en Jerusalén, recorren un poco -no toda Palestina, solo una parte- y luego continúan viaje hacia Egipto. Ahí viene la parte histórica del pueblo hebrero: Egipto, Moisés y su pueblo, los diez mandamientos, y la conquista de Palestina por la fuerza liderada por Josue, que establece al pueblo judío de forma más o menos permanente en esa región.
Con todo y aún estableciendo una presencia militar forzada para los habitantes primitivos de Jerusalén -que eran cananeos, o sea los ancestros de los árabes que estaban establecidos pero hacía mucho tiempo en la región-… aún con un dominio militar, la presencia como gobernantes de los hebreros en Jerusalén no pasa de 500 años, a lo sumo cuatrocientos y pico de años. Mientras tanto -ya en tiempos modernos inclusive- la presencia y la gobernanza de la región por parte de los musulmanes, suman casi 1500 años -desde la llegada primera de los musulmanes a Jerusalén en el año 632 aproximadamente.
Por lo tanto, pretender ciertos derechos bíblicos, sagrados sobre ese suelo porque Dios lo quiso, me parece que es una falacia muy grande que alguna vez habrá que desnudar.
Traslado de embajadas a Jerusalén a impulso de EEUU
Acá hay colusión de intereses: hay un lobby sionista muy fuerte en Estados Unidos, muy fuerte, que de alguna manera prima y pesa mucho en la política de Estados Unidos en Medio Oriente.
Y hay por otro lado también una colusión de intereses políticos y económicos de Estados Unidos en la región, por la riqueza que sabemos muy bien de hidrocarburo que hay en esa región. Por lo tanto hay una presencia militar ya permanente de Estados Unidos, como la hay en Siria, en Irak, en Afganistán y por supuesto en los países aliados que ellos tienen.
Eso confluye en una idea común con respecto a Israel, y de tanto en tanto ellos sacan ideas y resoluciones -yo diría un poco irrealizables- como el famoso Pacto del Siglo, tan pregonado por Israel y por Estados Unidos, que no tiene andamiento desde ningún punto de vista.
El hecho de trasladar Embajadas extranjeras a Jerusalén, es un hecho consumado para reconocer que la capital de Israel efectivamente es Jerusalén, y que por lo tanto las Embajadas están establecidas en esa ciudad.
Esto se viene realizando desde hace 50 años -o un poco más- que Israel está controlando en Jerusalén; sin embargo ningún país importante desde entonces, a pesar de las gestiones que hace Israel, ha trasladado su embajada a Jerusalén. Es más, Estados Unidos anunció que iba a trasladarla pero hasta el momento no lo hizo, y Brasil tampoco lo hizo.
Eso forma parte de la política de -como digo- hecho consumado, de decir que las embajadas de los países efectivamente reconocen que Jerusalén es la capital de Israel, sin Palestina por supuesto.
El Acuerdo del Siglo de Trump es inadmisible
A esta propuesta a la que se van agotando los plazos y que se maneja con tanta prepotencia por la diplomacia internacional… más bien la diplomacia norteamericana; porque no están encontrando mucho eco, ni siquiera en los aliados europeos que generalmente suelen acompañar la política norteamericana. Hay una discrepancia clara en este momento, y cada vez se va agrandando.
Por ejemplo he visto ya algunas protestas de los países europeos respecto a los planes de anexión que tiene sobre Cisjordania palestina.
El mundo no puede cerrar los ojos frente a tamaña barbaridad, es una violación del derecho internacional desde todo punto de vista.
Eso forma parte del sionismo original, lo que pasa es que nunca se ha denunciado. Esto aparece por etapas: un poco ahora, un poco más allá, y a la larga el proyecto original es quedarse con toda Palestina. Eso está muy claro, ellos lo anuncian desde ese punto de vista.
Por lo tanto un plan como el anunciado Acuerdo del Siglo por Estados Unidos, no puede contar de ninguna manera con la quiescencia del pueblo palestino, a quien no se le escuchó, ni se le consultó, ni tomó parte en absoluto en el trazado de ese plan, para que realmente sea serio y que sirva para encontrar una solución al problema pendiente.
El problema no se resuelve por la fuerza, el problema se resuelve negociando. Tiene que haber una disposición de parte de Israel a negociar sinceramente, a hacer concesiones y aceptar las que se pueda garantizar para su futuro. Y eso se logra gracias a una gran presión internacional, que requiere -como dije desde el comienzo- desnudar realmente la política expansionista de Israel, de que no es un Estado débil, abandonado a su suerte a expensas de países poderosos e intolerables -que serían los países árabes y musulmanes que habitan la región- y que quieren el exterminio de Israel a toda costa. Eso no es verdad, en absoluto.
Por lo tanto Israel tiene que convencerse que tiene límites a todo lo que está realizando, y sentarse buenamente -y acá Estados Unidos puede lograrlo si presiona- a negociar sobre bases sólidas un acuerdo, que es alcanzable indudablemente.
La resistencia es la razón de existir del pueblo palestino
Podemos concluir así, que los hechos que estamos viviendo hoy en Medio Oriente son la expresión de los fundamentos de la necesidad en 1979 de instituir el Día Mundial de Al-Quds como una jornada de solidaridad internacional con el objetivo de desnudar la intención expansionista del Estado de Israel.
Estamos viviendo tiempos difíciles. Quizás sean los más amargos después del famoso desastre del año 1948 con el éxodo del pueblo palestino, estamos en estos tiempos viviendo momentos sumamente difíciles para el pueblo palestino.
Que no va a flaquear, el pueblo palestino no tiene más remedio que resistir. Es su existencia misma; si no deja de ser, deja de existir. Y la resistencia va a existir; en la medida que permanezca la injusticia, se va a resistir.
Ustedes saben bien que es una ley que existe: los pueblos no tienen más remedio que resistir para sobrevivir, y es lo que está pasando.
Yo pienso que a la larga puede haber mentes digamos cuerdas, sensatas en Israel. Hay ya movimientos importantes, algunas figuras que protestan contra estas medidas, que se vieron obligados incluso a salir del país porque les hacían la vida intolerable. El principal escritor e historiador que ellos tienen ahora por ejemplo (NdelaR: Ilan Pappé), tuvo que irse porque le hicieron la vida imposible -creo que vive actualmente en Gran Bretaña, que enseña en la Universidad Exeter-; y otras tantas voces que se alzan, de que ya es suficiente con esta política de intolerancia y expansionista de Israel.
Porque además es toda una política de intolerancia; hay en la sociedad israelí expresiones tremendas que las escuchamos todos los días, como condenar a las mujeres por parir monstruos, o recomendar que no tengan hijos para evitar que no salgan monstruos -lo dijo una ex ministra de Justicia. O el ex canciller también aconsejando que los palestinos fueran echados todos en el Mar Muerto -los que quedan vivos todavía- para terminar con el problema palestino.
Cosas de ese tipo estamos escuchando a diario, porque hay un espíritu de intolerancia generado por el sector ultra conservador del gobierno actual del partido Likud y de otros grupos políticos aliados hacia el palestino propiamente, que es al fin y al cabo -como lo hemos visto- el primitivo dueño de esas tierras.
La solidaridad seguirá año a año, día a día
Agradecemos al prof. Alejandro Hamed Franco, y esperamos encontrarnos el año que viene nuevamente de forma presencial, y rodeados de la solidaridad del pueblo uruguayo.
No tenemos otra alternativa que denunciar estos hechos. Cuando vamos sumando más voces en el mundo, se van a tener que percatar que no pueden actuar tan impunemente como lo están haciendo hasta ahora.
Cuando digo impunemente es una realidad, porque Israel es el país que más condenas ha recibido en Naciones Unidas -y conste que fue creado por Naciones Unidas- por todo tipo de violaciones. Todas las agencias de las Naciones Unidas han condenado y denunciado los atropellos que lleva a cabo el gobierno israelí contra el pueblo palestino.
Esto alguna vez se va a entender, y puede ser que Israel se de cuenta que no puede continuar por ese camino.
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