Gonzalo Martínez, dirigente nacional del 26 de Marzo -UP: “En esta etapa, el 26 deberá emprender un
- La Juventud Diario
- 10 ene 2020
- 4 Min. de lectura

En su último Plenario del 30 de noviembre el Movimiento 26 de Marzo, con 49 años de historia en la lucha de nuestro pueblo e integrante de la Unidad Popular desde su fundación hace casi 14 años, presentó a seis compañeros que integrarán de aquí en más la Dirección Nacional, consecuencia de un sólido proceso de recambio generacional en la lucha de esta organización revolucionaria. En esta edición, continuamos conociendo la llegada al 26 de Marzo de cada uno de ellos, su trayectoria militante y los nuevos desafíos que le depara la conducción de la organización en su camino de lucha por la liberación nacional y el socialismo. En esta última entrega, entrevistamos a Gonzalo Martínez, estudiante y trabajador de la educación, candidato a diputado por Montevideo y suplente de Eduardo Rubio en el Parlamento Nacional.
¿Cómo te vinculaste con el 26 de Marzo? Mi casa fue integrada por una familia de izquierda, donde siempre se escuchaba la radio Centenario y se tenía conocimiento del diario la Juventud, y sumado a la militancia activa familiar, hacía que participáramos de los actos barriales del Frente Amplio y nos movilizáramos en los comité de la zona. Este primer vínculo con la militancia fue despertando un interés personal, y cuando llegó el momento de militar activamente, con la orientación de la familia, principalmente de mis padres, me orienté a la militancia del 26 de Marzo. En ese entonces se hizo un acto del 26 en el Buceo, a dos cuadras de casa, que fue la primera actividad a la cual me acerqué. A partir de ahí, mi vinculo fue a través de la venta del diario la Juventud en el barrio y los centros de trabajo (60 ejemplares por domingo), y de ahí en adelante mi relación fue con los jóvenes del 26, que se comenzó a militar a nivel estudiantil.
¿En qué momento político se vivía? Esto fue al final del gobierno de Jorge Batlle y en las vísperas del primer triunfo del Frente Amplio. En casa siempre se hacían actividades, como actos del 26 para la campaña, también se colocaban mesas de distribución de listas. En ese entonces el clima de alegría ya se venía percibiendo en toda la militancia frenteamplista, y nosotros, como integrantes del 26 de Marzo, veníamos con grandes expectativas con ese nuevo proceso que se iniciaba, pero con algunas señales de preocupación que ameritaban una crítica a algunas señales que el Frente estaba demostrando, que con el paso de los 3 gobiernos se demostró que eran preocupaciones válidas, y que realmente golpearon al proyecto de izquierda y a la necesidad de nuestro pueblo.
¿Qué significaba integrar el 26 en esa época? Bueno, ya en esa recta final, de cara al triunfo del Frente Amplio, el 26 de Marzo en múltiples oportunidades quedaba en minoría a la interna de ese partido, en las instancias de toma de definiciones políticas. El 26 de Marzo era visto, junto a otros compañeros o sectores, como la Corriente de Izquierda (CI) de Helios Sarthou, espacios de izquierda firme, consecuente, y que ameritaba e implicaba el enfrentamiento a ciertas desviaciones que el Frente comenzaba a transitar o profundizar, que se alejaban de los principios fundacionales del Frente Amplio, y que, en términos políticos y nacionales, implicaban dificultades para nuestro pueblo, por ejemplo en las posiciones frente a los organismos internacionales o las alianzas a nivel nacional. Por lo tanto el 26 representó una herramienta de lucha frenteamplista para preservar los principios históricos, y que eso llevaba a estar en franca minoría en varias ocasiones. Eso era un elemento que fomentaba a crear esa imagen del 26, como un grupo de militantes de izquierda firme, y creo que ha sido acertado en la medida que nuestra lucha posterior ha demostrado que la coherencia se debe expresar en todos los ámbitos y de forma permanente.
¿Qué desafíos hay para la organización de ahora en adelante? El 26 siempre ha tenido el objetivo que es la liberación nacional y el socialismo. Y en ese camino comenzamos a transitar diferentes situaciones, algunas más favorables, otras menos, pero que todas deben ser enfrentadas y afrontadas con mayores niveles de organización y de consciencia, ya sea en nuestra militancia como de nuestro pueblo. Y el 26 tiene que seguir integrándose entre nuestro pueblo, y eso se logra constituyendo agrupaciones barriales, se logra constituyendo mayor incidencia a nivel social, ya sea entre los trabajadores y entre los estudiantes, y eso requiere una firme militancia organizada y comprometida de los compañeros que ya están y los que vendrán. Por lo tanto el 26 requiere de multiplicar sus fuerzas militantes organizadas y conscientes para lograr mayores niveles de incidencia a nivel social. Porque no se trata de volver al Parlamento simplemente porque ya estuvimos una vez y podemos volver, sino ir acumulando fuerza de izquierda a nivel popular que logre mayores expresiones parlamentarias o de otras incidencias, pero que sean realmente de izquierda. Entonces el 26 deberá, en esta etapa que nos toca, emprender un trabajo de crecimiento militante y organizado. En esta etapa también, el desarrollo de la incidencia del 26 a nivel social, sindical y estudiantil es una cuestión estratégica; debe ser el objetivo esencial de cualquier organización revolucionaria, ser capaz de movilizar e incidir en el plano social. Y eso nosotros lo necesitamos con urgencia, no solamente por la derrota electoral sino por las perspectivas que se le presentan a nuestro pueblo. Sabemos que las organizaciones sociales hoy, del momento oficialista, prontamente dejaran de serlo en términos formales; pero los acuerdo políticos, para preservar los beneficios mantenidos estos años los va a llevar a negociar y a ser cómplices de algunas políticas que van a ser nefastas para nuestro pueblo. Y eso requerirá de otras fuerzas organizadas alternativas de cara a la lucha y que propongan espacios de unificación y coordinación para la pelea. Y en ese sentido el 26, a través de sus militantes en distintas organizaciones sociales, tienen el desafío de asumir la responsabilidad de conformar y constituir ese espacio de coordinación y lucha, que el oficialismo abandonará y traicionará. Entonces esa fortaleza social nos permitirá colocarnos en mejor posición en próximas contiendas electorales, pero sobre todo en nuestro objetivo principal.
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