Columna Pagana Con la noticia de hoy

La firma de un nuevo convenio posibilitará un nuevo tablado. Bueno, es un tema a desarrollar. Los tablados tuvieron su explosión con el batllismo (ya lo dije en otra columna, no sé si la leíste), era como hongos por la ciudad, sin mucha cosa: tablas de escenario, tablas de bancos, tablas de cerca… o sea: tablados. Con bombitas de colores. Esa es toda una historia. Luego, al ver que era redituable, pasamos a escenarios, con plaza de comidas, con sillas y mesas, con gradas, precios diferenciales, los mejores espectáculos, micrófonos, luces. Así es que hoy tenemos dos categorías principales: 1: escenarios, de gestión privada, algunos con participación de DAECPU, algunos con convenios; 2: los tablados, de gestión popular, por las Comisiones barriales de los centros comunales, con apoyo del museo del Carnaval, algunos de ellos estables (generalmente unos 16) y otros móviles o itinerantes. Pero hay un tres: los Rondamomos. Ese nombre es un convenio de algunos años para atrás, entre dos amigos: Salgado y Tabaré en una mano al Cachete. Este triunvirato permite seguramente quedar bien entre el “populacho” de barrios “marginales” y descontar algún impuesto????, no lo puedo confirmar. Los Rondamomos, muy odiados por los componentes de varias categorías, ya que no ofrecen ni comodidad si seguridad para actuar, van a los lugares más alejados, para el bus, traen espectáculos y se llena de gente en sillitas, de carritos de tortas fritas y lindo para disfrutar. La idea es buena: llevar el carnaval a lugares alejados. Lo cierto es que reditúa y este año suma un nuevo vehículo: serán cuatro. Esto viene a llenar una carencia de viejas épocas, donde ser componente de un conjunto eran unos pesos extras a tener que “cotizarte en el mercado” o terminar descontando los boletos que te costaron los ensayos. Seguimos en la que viene… o sea… mañana, tenés que leer porque esto no terminó, te lo dice Colombina.