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Entrevista al profesor Andrés Freire: Los negociados de la dictadura que aún siguen impunes

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 30 nov 2019
  • 15 Min. de lectura

“La dictadura no fue un proyecto criminal, descabellado, hecho por un puñado de asesinos, es un programa político de disciplinamiento social, implementado a sangre y fuego, que buscó y logró una profunda redistribución de la riqueza en beneficio de las élites económicas y en contra de los trabajadores”, es la interpretación que hizo el profesor Andrés Freire sobre el libro ‘El negocio del terrorismo de Estado. Los cómplices económicos de la dictadura uruguaya’, de varios autores, que recopiló el argentino Juan Pablo Bohoslasvky.

Nuevamente nos proponés hablar sobre un libro. Sí, esta es la segunda edición que es de mayo de 2019, pero está registrado en el 2016.

¿Está editado en Uruguay? Sí, está editado en Uruguay por la editorial Debate, y hay nombres famosos como por ejemplo Samuel Blixen escribió uno de los artículos hablando de lo que es el tema de la prensa por ejemplo, eso está analizado también los negociados que tienen en la prensa, una cantidad de personalidades, y es hecho en Uruguay.

¿A quiénes está dirigido el libro? ¿Es para gente ya previamente informada, estudiantes, o es para todo público, tipo novelado que permite una lectura sencilla? Ni una cosa ni la otra, es una cosa intermedia. Es de lectura sencilla, supongo que alguien que haya hecho sexto de liceo, lo puede leer sin ningún problema, y teniendo una idea, un marco general de qué fue lo que pasó en el tiempo. Tú lo lees sí, no es un libro muy complejo tampoco, y además tiene diferentes artículos con diferentes visiones, uno puede coincidir más con algunos artículos, más con otros, va a encontrar cosas que le van a gustar, no le va a gustar, pero es una lectura para una persona digamos que tenga esa formación lo puede leer sin ningún problema.

¿En qué consiste? Es un compendio de trabajos de distintos periodistas, técnicos, historiadores, economistas -algunos más conocidos que otros- el recopilador es un argentino que se llama Juan Pablo Bohoslasvky (N.deR.: Juan Pablo Bohoslasvky es doctor en Derecho, estudió y realizó investigaciones en universidades de la Argentina, los Estados Unidos y Europa. Experto independiente en Deuda y Derechos Humanos de la ONU, ha trabajado para la Unctad, la Cepal, el Estado argentino y empresas privadas. Es autor de libros y artículos sobre deuda pública, inversiones extranjeras directas y derechos humanos). Trata un aspecto no tan conocido o divulgado de la dictadura que es lo que son los cómplices económicos de la dictadura uruguaya. Que son más o menos los mismos que han sido beneficiados hasta ahora: festeja el banquero. El banquero festejó y sigue festejando porque el cómplice más grande que tuvo la dictadura militar fue el sistema financiero. Es más, no sólo fue el cómplice sino que fue el aliado que tuvo hasta el final. Fue el único grupo excluido de la famosa concertación nacional programática donde había presencia de todo el mundo menos del sistema financiero que fue dejado afuera ex profeso, la Asociación de Bancos fue dejada afuera, porque fue el grupo de presión, de poder que estuvo más comprometido con la dictadura. Uno de los escándalos más grandes que quedó impune hasta hoy es la famosa compra de carteras con la que la dictadura militar se despide; la compra de las carteras de los bancos, en algunos casos fundidos y de otros que no estaban fundidos y no tenían problemas económicos.

Las más duras de cobrar. Sí, todas las incobrables, que fue un negocio a pérdida terrible. Esto también es muy interesante porque, todo lo que tiene que ver con el período dictatorial, estaba regido después por la Ley de Caducidad. Pero la Ley de Caducidad excluyó expresamente los ilícitos económicos, o sea que perfectamente todos los ilícitos económicos podían ser investigados y podían ser perseguidos penalmente, cosa que nunca se hizo. Pero digo, lo que regía, todo el período que estuvo en plena vigencia la Ley de Caducidad, no era obstáculo legal para que sea la Fiscalía de la Nación, un juez, en fin, alguien investigara los ilícitos económicos y estableciera las responsabilidades penales respectivas. Y eso nunca se hizo.

¿En el libro dice el por qué? Ah bueno, no. No dice el por qué, pero tiene que ver, lo podemos analizar el por qué fácilmente. Si decimos, los bancos, el capital financiero, ganaron y siguieron ganando. El libro lo que plantea con claridad es que la dictadura tuvo un fin disciplinador, ese fue el fin de la dictadura. No fue ni por los Tupamaros, ni por el movimiento, no, fue un fin disciplinador, imponer un ajuste regresivo del que nunca se salió. En eso quiero ser muy claro, nunca se salió porque cuando se presentaba en la campaña electoral el gran logro del progresismo, el aumento del salario real… bueno, sí, pero el salario real llega al nivel del año 1986 pero nunca recupera lo que se perdió durante la dictadura. Jamás, por más que haya habido un aumento del salario real, ese aumento lleva los salarios reales al nivel del año ‘86 que es el mejor año de la restauración democrática, donde hay que generar un consenso social, hay ciertas concesiones y bueno, hasta ahí. Pero nunca se recupera lo que se perdió con la dictadura, como tampoco nunca se recupera el aguinaldo para los jubilados por ejemplo, es lo mismo. Es el punto, el disciplinamiento que impone el régimen militar, se perpetúa en el tiempo.

Convengamos que la dictadura no sólo fue para imponer el ajuste porque eso la estaría limitando a un enfoque económico, sino fue también para contener el avance político de una opción alternativa al neoliberalismo. Claro, lo que pasa que ese avance político y ese crecimiento de la fuerza de izquierda, fue la respuesta que fue dando el pueblo al ajuste. Cuando entramos en el período colegiado blanco y empieza la reforma cambiaria y monetaria de Azzini, que es la primera reforma neoliberal que entra en Uruguay, y se empieza a desmantelar lo que fue el estado de bienestar relativo que hubo, es ahí donde empiezan las movilizaciones de las clases sociales. Porque si no, si hay más o menos crecimiento y distribución de la riqueza, no vas a ver. Por supuesto que hay grupos que se mueven por intereses ideológicos, por una convicción filosófica, pero el movimiento de masas no lo vas a ver si hay prosperidad relativa, si hay cierta distribución de la renta. Durante el segundo batllismo los salarios reales llegaron a aumentar una cifra, por ejemplo, alrededor del 25% un año y 24% el otro, por encima de lo que crecía la distribución de la renta. Lo mismo ves en la misma época en Argentina con el peronismo. Entonces, ahí te está dando la pauta de que está habiendo una distribución de la riqueza. Porque si el salario real aumenta más de lo que crece la economía, te está dando cuenta que no sólo se está trasladando al aumento salarial eso, sino que a su vez tenés una redistribución de la renta que se está operando. En este sentido se operó a los trabajadores urbanos, en el campo era otra cosa, con relaciones feudales incluso que se mantuvieron en el tiempo quizás hasta el día de hoy o hasta épocas muy recientes. Ahora, cuando empiezan las políticas de ajuste, empieza esa movilización popular, esa radicalización de la pequeña burguesía, la clase trabajadora, se empiezan a organizar más fuertemente los trabajadores de la papa, la remolacha, la caña de azúcar, hay todo un movimiento social que se resiste al ajuste. Entonces, la dictadura, desde un punto de vista económico, lo que quiere es imponerlo, terminarlo. Y desde el punto de vista político, va a tratar de eliminar o contener toda esa enorme movilización social que venía peleando contra eso, ese era el gran motor, más allá de lo ideológico. Porque insisto, si hay cierta prosperidad y cierta distribución de la renta, no vas a ver muchas movilizaciones sociales. En cambio si tú ves recorte, ajuste, ahí vas a ver represión y vas a ver más movilización y más protesta si es así. Y más todavía si esas medidas se dan en un contexto de crecimiento, ahí todavía más. O se truncan las expectativas de expansión del consumo, por ejemplo, es una de las cosas que actúa también.¿El libro entonces analiza desde qué puntos de vista?Múltiples puntos de vista.Desde el punto de vista de lo que es la justicia transicional, desde el punto de vista de lo que fue el papel del movimiento sindical con sus contradicciones entre los que en su momento apoyaron los Comunicados 4 y 7 y los que no. También analiza desde lo que es el endeudamiento externo, el crecimiento del endeudamiento externo, la responsabilidad de la banca internacional, los organismos de créditos internacionales.¿Hay nombres, por ejemplo, de actores que operaron?Hay nombres de actores, algunos de los cuales fueron muy importantes porque aparte los equipos económicos, por ejemplo, Bensión fue parte del equipo de la dictadura, Cervino, son nombres que se repiten entre los primeros gobiernos democráticos después y los equipos económicos de la dictadura.En el continuismo eran fundamentales esos nombres.Sí, se mantienen una y otra vez, se repiten.Se repiten nombres también de personas que denuncian, sobre todo hay una etapa muy importante a partir del año ‘85 cuando se empiezan a denunciar todos los ilícitos económicos que hay dos figuras fundamentales que son Carlos Julio Pereira, que hace una investigación muy profunda sobre el asunto de las compras de las carteras y el salvataje a los bancos y lo denuncia. Y Germán Araújo que también va en el mismo sentido, denuncia una serie de ilícitos que se habían cometido en la Armada también.Y otra de las cosas escandalosas fue el famoso operativo Conserva que fue hecho por el dictador Álvarez y su señora que consistía en llevar animales a Argentina, faenarlos, traerlos a Uruguay para hacer conserva. Luego se intentó exportarlo, venderlo y fue un fracaso en el cual el Estado perdió millones de dólares.Esos son algunos de los ejemplos prototípicos, es un capítulo capaz que de los más jugosos que tiene el libro que es la impunidad del delito económico de la dictadura uruguaya y va analizando las denuncias, por ejemplo.La industria pesquera también, donde Germán Araújo en su momento hizo una investigación y dio los nombres en el Parlamento de todos los que estaban involucrados en una serie de negociados que dieron una pérdida de 170 millones de dólares para el Estado. También están las denuncias que en su momento hizo el capitán Óscar Lebel, él acusó al vicealmirante Márquez de que él utilizaba los barcos de la Armada para realizar contrabando. Y entonces en algunos de esos momentos, al ser descubierto por otros actores él hizo hundir un barco para que no quedaran huellas de los crímenes de contrabando. O sea, estamos hablando de esos niveles. Podemos dar varios ejemplos.No está ningún Fernández ahí.No, pero sí hay por ejemplo un Marchesano que fue integrante del directorio de las empresas Lung Shung Uruguay y Montepesca, empresas fantasmas que hicieron negocios gracias al plan pesquero del gobierno militar. También se encuentra Eduardo Paz Aguirre, único director de la quebrada empresa Pez Catalán quien luego sería senador por el Partido Colorado. El político nacionalista Alberto Gallinal figura como miembro del directorio de una empresa.Además hubo denuncias concretas que incluso algunos militares también, capitán de navío que se presentó ante la Justicia Militar, el capitán Lebel, a denunciar al vicealmirante Márquez y a negociar estos negociados. Esto a su vez fue tomado por Germán Araújo, fue denunciado en abril de 1985. Podemos decir varias cosas.Apenas se pudo hacer, enseguida, las primeras denuncias, tanto sea las de Germán Araújo como las de Carlos Julio Pereira, son enseguida.Podemos leer un pedacito de la denuncia de Germán, dice: “El vicealmirante Hugo León Márquez fue acusado de graves delitos de corrupción en el expediente mencionado. Reúne al capitán Jacinto Avilés Volonté, el oficial que manejó los fondos negros de la Armada en el exterior y el empresario pesquero que tuvo un papel protagónico como beneficiario del desmantelamiento de ILPE”.Estas son denuncias que se repiten una vez y otra vez, estamos hablando de cosas que fueron denunciadas en el Senado de la República, están en el Diario de Sesiones, dice.Sí, que en su momento eran noticia, me acuerdo mucho bochinche respecto a esas noticias que eran las denuncias de GermánSí, pero, como les decía, estos actos no estaban cubiertos por la Ley de Caducidad, o sea que podían haber sido punibles igual pero se decidió que no. O sea, el sistema político en su conjunto decidió que no.Y parte de la historia reciente, pero las generaciones actuales no tienen ni idea de lo que estamos hablando.No tienen idea pero son problemas que continúan.Es más, este es un libro que realmente me llamó la atención por encarar justamente este tema, porque del lado de los derechos humanos, de las violaciones, tortura, asesinato, de eso se habla bastante más, hay mucha producción, pero esto es original porque va en el sentido de ver los delitos económicos.Que hay una cosa que es, en el discurso militar, había una cuestión bastante sencilla que era el combate contra la corrupción, que se repite en el discurso de los militares.Sin duda, Comunicados 4 y 7.Sin embargo, como podemos comprobar, hubo una enorme cantidad de hechos de corrupción durante el régimen militar. O sea, se hace un discurso pero...Lo mismo pasó en las otras dictaduras de la región.Exactamente.¿Qué aristas toca vinculada al tema de los delitos económicos, es un compendio de información?No, es una serie de artículos, donde cada uno toca desde los aspectos internacionales, lo que es el financiamiento internacional que se le da a la dictadura, por ejemplo los cómplices extranjeros que optan por financiar un gobierno que no es legítimo.

¿De quiénes habla por ejemplo?Los organismos internacionales de crédito deciden prestarle a… o sea cuando durante la campaña planteamos la auditoría la deuda externa, ¿eso es deuda legítima o es ilegítima?

Esa es una de las cuestiones.Otras de las cuestiones que manejaban es la actitud de los diferentes actores, que no es una actitud uniforme, solamente el que tiene un apoyo hasta el final del sistema financiero, en cuanto a por ejemplo lo que sería la actitud de los empresarios con la dictadura. La actitud no es uniforme, hay empresarios que enseguida se apoyan en el Golpe de Estado, hacen listas negras, expulsan a los trabajadores, los entregan a la represión; y otros que no, otros que colaboran, incluso patrones que a veces eran muy duros en los conflictos sindicales, pero cuando se da la huelga general, ellos le avisan por ejemplo a los empleados, les dicen: ‘miren que van a desalojar’; o hacen donaciones a las ollas, o no echan a nadie, en la medida de lo posible. Son actitudes distintas no es porque claro para la mayoría actuaban en concordancia dentro del sistema político liberal.Entonces un sector que sí apoya a la dictadura, se compromete, pero otro sector que no, que sólo apoya cuando hay una medida concreta que los beneficie. Pero todas esas alianzas sociales que teje la dictadura, se derrumban con la tablita.Lo mismo pasa en el medio rural, la Asociación Rural desde siempre más o menos comprometida con la dictadura, la Federación Rural con una actitud más crítica y según los momentos y las dimensiones políticas, las decisiones que se van tomando, hasta llegar todo al año ‘82, con el quiebre de la tablita ya los últimos apoyos que podía tener en el sector empresarial, en el sector rural, todos, los pierde.La magnitud de la crisis que se genera ahí, deja a la dictadura sin apoyo. La oposición ahí se hace mucho más fuerte, ya veníamos del plebiscito del ‘80, se dan las elecciones internas de los partidos políticos con la presencia de la izquierda en la comisión por el voto en blanco y con el triunfo dentro de las corrientes que están contra la dictadura en los partidos Nacional y Colorado.No sé si lo dice en el libro estrictamente, ¿cómo diseñaba la política económica la dictadura? ¿Esos grupos incidían en eso?El primer año como que continúa el equipo que venía más o menos con Bordaberry, porque los militares no tienen experiencia ellos de administrar la cuestión. Es un año de experimento y después básicamente se van probando equipos que van intentando determinadas cosas y logran un éxito relativo en una primera etapa. Por ejemplo intentan equilibrar la balanza de pagos del Uruguay con exportaciones con muy bajo valor, con muy bajo costo salarial, porque la dictadura implica una pérdida del salario real de alrededor de 50%. Entonces eso implica que se pueda exportar más barato, y tiene algún resultado económico favorable, hay algunos años ahí en el medio del proceso dictatorial donde hay crecimiento económico, pero con una redistribución negativa de la renta.Ahora, después están los años famosos de la tablita, del dólar barato, compre ahora y viaje como pueda, pague en 50 cuotas, los Volkswagen que se compraban, los autos, todo eso, y después eso fracasa.

¿Vegh Villegas estaba ahí?

Sí, los nombres siempre se repiten, son los mismos nombres, los equipos económicos, que son más o menos neoliberales. Lo que pasa es que hay una diferencia con otros procesos, como por ejemplo el chileno, que los militares uruguayos son estatistas. Entonces no hay una política privatizaciones por ejemplo, eso no hay. Acá privatizaciones durante el período militar no encontramos, ellos se apropian del aparato estatal, van coroneles, lo usan en su beneficio en algunos casos como en el caso de Ilpe, en beneficio del bolsillo propio. Pero no hay por ejemplo privatizaciones, es como el peso si se quiere todavía de la tradición, no sé si podemos decir batllista, estatista.Y la impunidad hasta hoy no sólo en el tema Derechos Humanos, sino también para todos los que se beneficiaron económicamente con la dictadura cívico militar uruguaya.Sin duda, además era una cantidad muy importante de civiles, sin la colaboración de miles y miles de civiles hubiera sido imposible el proyecto. Porque además, desde la dictadura los militares por sí solos no tenían la capacidad de gestionar el Estado, necesitaban, les eran imprescindible por lo tanto los civiles. Cuando hablábamos de los nombres, bueno sí, por ejemplo decíamos Alejandro Vegh Villegas, pero Villegas fue 3 años ministro de Economía en la primera etapa si se quiere que va del ‘74 al ‘78, donde ellos tratan de promover una estrategia de crecimiento económico en base a exportaciones con muy poco valor agregado. A costa de la caída del salario real, a costa de un mecanismo que se mantiene hasta hoy, que es la devolución de impuestos, que por ejemplo la industria cárnica recibe, eso es un subsidio encubierto, es una transferencia monetaria que hace el Estado a los frigoríficos, cuando se da la devolución de impuestos, es un mecanismo que utilizó mucho la dictadura militar.En ese período por ejemplo, sí hay un crecimiento de la economía, pero a la vez hay una caída del salario real, porque como estaban complicadas las libertades públicas, el accionar sindical era mínimo e ilegal, perseguidos, entonces la política podía lograr lo que no se podía lograr de otra forma. Las clases dominantes no podían ajustar el salario a la baja sin esto.¿Manejan montos de algunos de los hechos en el libro?En este, de los hechos ilícitos, sí, como en el caso de la pesca hablábamos de 170 millones de dólares. En el caso de la banca también están los montos de aquella época, a valores actualizados serían mucho mayores, eso siempre tenemos que tenerlo presente, 170 millones de dólares en 1982, es mucho más que 170 millones de dólares hoy. Estamos hablando de si bien los montos son significativos en realidad tendríamos que hacer esa corrección, que a valores actuales sería una suma muy superior, estamos hablando de lo que fue el desguace de la industria pesquera nacional.¿Aparece Jorge Batlle, los delitos económicos, la infidencia, todo eso?No, porque esto es el período dictatorial en adelante, desde el ‘73 en adelante, no cosas que hayan pasado antes.Este primer período digamos de la economía de la dictadura se caracterizó entonces por un crecimiento económico con una rebaja del salario real y con un cambio en la distribución del ingreso en contra de los trabajadores, a favor de los grupos empresariales. Pero los grupos empresariales tienen una actitud dual, no podemos decir que todos los empresarios apoyan la dictadura, y constantemente y en todo momento.Después hay un segundo período que se busca estabilizar los precios, se busca el combate antiinflacionario, se busca la apertura económica, y es ahí donde se va generando la famosa tablita, donde el ancla para frenar la inflación es a la moneda.Eso dura más o menos hasta el año ’82 donde se va intentando combatir la inflación apuntando a la estabilización monetaria, y eso llega hasta el año ‘82 donde revienta con todas las consecuencias que ya lo sabemos que venía desde el año ‘80 con el aumento de las crisis, de las quiebras, los concordatos. Y ahí la dictadura hace una intervención -que la hace (Valentín) Arismendi, que es el Ministro de Economía- que es la compra de las carteras de los bancos, las compras de las carteras de los deudores incobrables que tenían los bancos, que se le compra, primero a los bancos que realmente tenían problemas económicos y luego se le compra incluso a otros bancos, como el Banco de Boston por ejemplo. Otros bancos de matriz que no tenían una mala situación económica, pero también salen beneficiados con la compra de eso. Es uno de los escándalos más grandes, y ahí en ese momento con el quiebre de la tablita, ya la dictadura pierde los últimos aliados que tenía. La propia Cámara de Industria se declara en estado de emergencia y se empieza a sumar al bloque opositor digámoslo así lentamente y esa es la consecuencia de eso, que fue un escándalo.Una de las consecuencias de la compra de la cartera fue que las reservas del Banco Central eran en 1978 tenía 599 millones de dólares, y luego de la compra de las carteras tiene sólo 300 millones de dólares. Entonces es uno de los números ahí que, recordando que esas cifras tendrían hoy en día otra dimensión, que no la podemos trasmitir porque no somos economistas, pero sí 300 millones de dólares es mucho más que 300 millones de dólares actuales. O sea que el Uruguay sólo en esa maniobra pierde la mitad de las reservas. Para que tengan una idea hoy están cerca de los 6 mil millones de dólares a las que tiene acceso el Estado, es como perder 3 mil millones de dólares. Es una suma de dinero enorme, eso fue porque el Estado se hace cargo de las ruinas del sistema financiero, lo que hace es socializar las pérdidas del sistema financiero, esa es una de las demostraciones. Acá siendo más concretos, en un primer momento se le compró a los bancos que tenían dificultades reales, pero luego se les compró las carteras a otros bancos que no tenían dificultades, como por ejemplo el Citibank, el banco de Londres, el Banco de Boston y el Bank of the America, que no dependían del cobro de esas deudas para subsistir, o sea que no estaba en juego tampoco la estabilidad, el conjunto de todo el sistema financiero.Una inyección de dinero.Una inyección de dinero, en total entre solamente cuando se hace esta denuncia -que este tema lo tomó Carlos Julio Pereira-, se calcula que más o menos en total 820 millones de dólares al final de toda la maniobra de compras de cartera, 820 millones de dólares en perjuicio, hubo algunos casos que llegaron a la justicia, pero fue por cuestiones laterales de herencia, de legados, pero, podemos dar más datos, más nombres…

¿Es común que un argentino se tome el trabajo de hacer un libro sobre la dictadura uruguaya?

¿Qué quiere decir que lo haga un argentino?No es tanto que sea tan común, es que hay un interés por el tema y el estudio trabajado ya en otros países que luego se traslada hacia acá.Porque hay puntos de contacto fuertes, él tiene un juicio determinado que es el que empieza, que un poco yo lo compartí en cierta forma cuando él dice que la dictadura no fue un proyecto criminal, descabellado, hecho por un puñado de asesinos, es un programa político de disciplinamiento social, implementado a sangre y fuego, que buscó y logró una profunda redistribución de la riqueza en beneficio de las élites económicas y en contra de los trabajadores, entonces esa es la interpretación que trasmitíamos al final.


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