Reflexión: A seguir construyendo más Unidad Popular
- La Juventud Diario
- 26 nov 2019
- 3 Min. de lectura
Por Fernando, de Bello Horizonte
Terminando un nuevo período de gobierno del tan apabullado y desdibujado Frente Amplio una vez más quedó en evidencia que esta generación de gobernantes, no solo en nuestro País, digamos en casi toda América, esta América tan convulsionada, tan desangrada, por los que siempre se dedicaron a chupar la sangre de las venas abiertas de un continente sumido al poder del imperio y los cipayos, aquellos que siempre realizan los mandados al pie de la letra, tal cual lo exige el amo. Dista mucho aquello de la liberación nacional, de la emancipación de los pueblos, del hombre nuevo. Mientras sigamos pensando que el imperialismo y el gran capital se “tornó un poco más humano”, seguiremos viendo cómo uno a uno de estos oportunistas, dejarán pasar una vez más tiempos de lucha, de recuperación de los recursos humanos, naturales, la tan anhelada igualdad, equidad de los trabajadores, tratando por todos los medios posibles de convencer “a la masa” de que son ellos los únicos capaces de conducir con éxito nuestros países. Hoy vemos tristemente cómo un presidente, por una simple amenaza abandona a su pueblo, su gente, con la estúpida escusa de sentirse amenazado, esquivando la enorme responsabilidad que su pueblo le otorgó para estar frente de su nación, que lucha vive y sueña, depositando toda esperanza en alguien que creen es su par. Es jodido no pensar en aquellos que realmente brindaron su vida a la causa de los pueblos, sin perjuicio y si así fuera dar la vida. ¿O acaso lo de Salvador Allende no es un ejemplo de entereza y amor a su pueblo, sus ideales? Por otro lado desde alguna oficina, ubicado en su escritorio, bien sentado en su sillón cómodo, anatómico, ven cómo asesinan a mujeres y hombres sin movérseles un pelo, esperando algún mandato que provenga del Norte, para ver si le otorgan el permiso para esbozar una simple crítica, sobre el atropello a los derechos humanos de nuestras hermanas y hermanos bolivianos. Similares caminos transitan los hermanos de Chile, Ecuador y ahora el despertar de una Colombia tan denigrada. A nuestros mandatarios no se les escucha mencionar los brutales crímenes que el pueblo haitiano viene atravesando. ¿O acaso se les olvidó que ese hermano país atraviesa una terrible ocupación, con una injerencia directa sobre el gobierno, y sometiendo al pueblo haitiano a todo tipo de violaciones? ¿Es de pensar que nuestro gobierno mandando las UPA ya cumplió con la solidaridad? Mientras que uno a uno los pueblos comienzan a despertar, aquí en nuestro País nuestros hermanos se disputan una suerte de qué derecha o centro derecha queremos, cuál de ellos defendería mejor los intereses de nuestro país, o tratar de no perder los “logros”, sin analizar a fondo todas las políticas que en estas últimas décadas han llevado al deterioro de toda suerte de independencia. ¿Cómo se podrá explicar que no se puede seguir sosteniendo aquello de libre mercado, de los monocultivos, de la no defensa de los recursos naturales? ¿Hasta cuándo seguiremos soportando el desprecio por nuestra mano de obra, trayendo todo, todo de el exterior, dejando aquí, a suerte de benevolencia, trabajos de servicio, los cuales no denigran a muchos de nosotros, simplemente nos acorralan, diciéndonos “esto es para lo que sirven”? La lucha y el trabajo que nos quedan, seguramente serán arduos, sumándose militantes a la causa noble, de una izquierda pisoteada, traicionada. Pero la historia la escriben los pueblos, aquellos que derraman día a día sangre, sudor y lágrimas, aquellos que aún miran a sus hijos con la esperanza de un mundo más justo, solidario, sin excluidos. Deberemos redoblar la lucha militante, en los sindicatos, organizaciones sociales, en nuestros barrios con cada vecino, una y otra vez mostrándoles el camino. Ese camino de la igualdad entre hermanos de clase, de los trabajadores, del estudiante, caminos que ya han comenzado desde varios puntos de América. En la Unidad Popular se encuentran un conjunto de compañeras y compañeros, que muchos de ellos a lo largo de su vida han dado muestras de lucha y entrega por la causa. Algunos desde los lugares de trabajo, otros desde sus barrios, otros de su sindicato, desde la política en sí. Es por eso que desde mi humilde opinión, deberíamos sumarnos a la lucha, más organizada, reuniéndonos y volcándonos a las calles, a dar esa batalla tan imprescindible para el crecer de una izquierda que nos aclama, y nos dice que es necesario seguir luchando, que nuestras banderas no se arrean, que no es fácil el camino, pero necesario para poder emancipar a nuestro pueblo. Como dice mi hermano de clase, a seguir construyendo mas Unidad Popular. Fernando
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