Entrevista al maestro e historiador Gonzalo Abella “El capitalismo es muerte, hay que demostrar que
- La Juventud Diario
- 23 nov 2019
- 20 Min. de lectura

“Eclipse en Rusia” se llama el nuevo trabajo del maestro e historiador Gonzalo Abella que pone a disposición de quien lo desee solicitar a través del mail isgo@internet.com.uy. Para hablar sobre el contenido de este material, que es la reelaboración de un trabajo sobre “La verdadera historia de la URSS” que define como eclipse y no como un ocaso a la caída del socialismo, compartió ‘Mañanas de Radio’ en CX36, donde explicó el alcance de su trabajo, los capítulos que contiene y las razones ideológicas que lo llevaron a escribirlo. Abella también evaluó el resultado de las elecciones y dijo que a 10 días del balotaje, “llegaba el primer camión cisterna a Guichón, lo que nosotros dijimos hace 10 años de que Guichón se iba a quedar sin agua por la fumigación aérea pasó, porque el arroyo Guayabos no iba a dar más. El mismo día que estos señores se dedicaban a debatir llega el primer camión cisterna a Guichón, un debate donde soslayaron conscientemente los grandes temas de la patria”, expresó. Transcribimos parte de esta relevante entrevista realizada días atrás.
María de los Ángeles Balparda: Abella, estás trabajando en estos momentos sobre un libro, vos lo dijiste durante la campaña, que tenías atraso en algunas cosas con los libros, y ahora estás trabajando en uno que tiene que ver con mucho de lo que está sucediendo. Gonzalo Abella: Sí, estoy tratando de reeditar -pero eso en formato papel- “Historia diferente del Uruguay”, que ahora se va a llamar, “Historia muy diferente del Uruguay”. Es un proyecto para el año que viene. Estoy también ahora sí aceptando algunas invitaciones de debate en algunos centros educativos sobre otro libro mío, “Educación, resistencia y cambio social”, que (por la campaña electoral) pospuse todo te imaginarás. A veces Isabel (Izquierdo, compañera de Abella) me decía ‘a mí me da vergüenza la cantidad de gente que le tengo que decir no’; de gente que quería discutir sobre ese tema. Pero aparte de eso, las derrotas y lo que tuvimos fue una batalla en derrota dentro de una guerra que no cesa, a veces permite u obliga a revisar no sólo la práctica, la práctica personal, la práctica colectiva, sino también revisar la teoría: ¿hacia a dónde vamos? El mundo va a colapsar, el mundo se hunde en una cloaca horrible, los amos del mundo están creando pequeñas islas de sobrevivencia, la gente como Astori que es servil al modelo destructor, cree que para su hija o para sus seres queridos va a haber un espacio en el Arca de Noé… no la va a haber, les van a hacer el trabajo duro y van a quedar como los otros. Y en ese marco la revolución sigue vigente. Entonces si la revolución en el país más grande del mundo, triunfó y después colapsó, era interesante hacer un análisis de por qué triunfó, por qué tuvo los éxitos culturales, educativos, económicos y militares que tuvo, y por qué colapsó, cómo se echó a perder. Yo tenía muchísimos apuntes, dos años atrás con el 100 aniversario de la revolución rusa, yo había hecho una serie de notas para el diario la Juventud, y dije: ‘no, esto para las nuevas generaciones vale la pena hacer un libro’. No lo voy a poder publicar, no tengo recursos económicos, pero lo pongo en internet, el que me lo pida a mi correo electrónico, se lo doy con muchísimo gusto, porque como decía un primo mío: ‘cuando pasás los 60, ya no sos historiador, sos testigo de la historia’. Entonces, yo viví allá, conocí prácticamente todos los períodos, estuve en contacto, hablo ruso, tengo acceso a un montón de materiales… hay un libro por ejemplo que yo lo cito mucho que es, ‘Mi verdad’ de Vitali Vorotnikov, un hombre que estuvo 30 años en el Comité Central, desde Brézhnev hasta Gorbachov, tomó nota de cada acta, de cada reunión, de cada debate, de cada postura de Gorbachov, de cada postura de Brézhnev, y cuando colapsó la Unión Soviética, lo publicó. Dijo: ‘yo ya no hago mal a nadie’, y el libro lo publicó, y es un tesoro para entender las tendencias, las luchas, las resistencias de los verdaderos comunistas para que no se echara a perder el proceso. Y por qué y cómo se echó a perder. Entonces yo dije: ‘bueno, no tengo tiempo, no tengo la posibilidad de publicar este libro, ni recursos en este momento, pero sí tengo la posibilidad de ponerlo en internet’, la ventaja de que vos agarrás un archivo en internet, copiás las partes que te gustan, y ponés suprimir, ‘supr’, y ya está. Entonces lo he ofrecido a un montón de amigos en América Latina, diciendo: ‘mirá, yo tengo este libro’, ustedes me ofrecieron que estuviera en la página de la radio… y esto es absolutamente libre, es un aporte militante. ¿Y por qué me pareció que este era el momento para largarlo? Mirá que yo el lunes después de las elecciones, con mucha amargura, dije: ‘no, uno no puede rendirse’, y con una oreja seguía lo que estaba pasando y ya estaba escribiendo en la computadora la estructura final de este libro. Y seguí trabajando prácticamente por dos semanas en esto, hasta que ahora lo tengo, porque hay que volver a la teoría, es decir, nosotros sabemos que el capitalismo es muerte, ¿pero puede ser vida el socialismo? ¿o fracaso? Y a eso habría que demostrarlo, y entonces Rusia fue el laboratorio más grande; bueno vamos a hablar de ese laboratorio para no inventar la pólvora en el siglo XXI. ¿Qué pasó?, ¿qué fueron los elementos positivos y cuáles fueron los elementos que permitieron su colapso?, de eso trata el libro. En 5 secciones, la última se llama Eclipse, porque realmente yo no me puedo dar el derecho de pensar… primero pensé, Ocaso, pero después dije, ‘no, yo conozco el pueblo ruso’. Tuve la felicidad ahora en el 2013 creo, por ver a un hermano mío que en ese momento estaba en Praga, tuve la oportunidad de volver a conversar con el pueblo ruso. Ahí no se rindió nadie, ahí la pérfida acción desde la cúpula de un partido lleno de oportunistas que escupía sobre su propia historia, generó cierta desmovilización y cierta desmotivación. Pero la gente sigue añorando aquellos procesos de dignidad y de felicidad compartida que fue el período del mejor socialismo, el de los años ‘30.
Diego Martínez: Más allá de que siempre los libros son para todo público, para una amplia cantidad de lectores, ¿en este caso vos cuando lo escribiste, lo hacías pensando en quiénes, en quiénes como depositarios de esa escritura? GA: Sobre todo los jóvenes, porque para muchos jóvenes como mis nietos, no está muy claro si la era jurásica y la revolución rusa cuál fue antes de cuál, entonces a mí me parece importante reproducir la época, reproducir las grandes disyuntivas que tuvo el partido conductor, cómo fue su política de alianzas, cómo fue su trabajo de consignas, cómo es lo que se llamó en ese momento la dictadura del proletariado, que significa la imposición, hacer saltar por los aires la legalidad burguesa y construir una legalidad diferente de base obrera y campesina y cómo además la tesis del momento era que era imposible avanzar en la construcción de un proceso solidario social si no se ponía fin a una constitución propietarista, por más democrática que fuera.
MÁB: Vos estás hablando de problemas que en esta época tienen expresión muy clara, muy concreta. Lo que pasa en Bolivia, lo que pasa en Brasil, lo que pasa en Argentina, lo que pasó en Perú hace muy poquito, lo que pasa en Colombia, en todos lados estamos viendo expresiones de los problemas actuales. GA: Y daría la impresión de que el enemigo imperialista entiende más la dinámica de los procesos sociales que a veces muchas vanguardias revolucionarias. Porque el golpe en Bolivia fue absolutamente fulminante, no dejó ni respirar, ni negociar, ni maniobrar; el golpe se hizo de la mejor manera desde el punto de vista del servicio de los intereses del imperialismo, usando y combinando desde el tema del fanatismo racista de la llamada juventud cruzenia, que por suerte hay otro Santa Cruz, mucho más digno, pero el de la juventud cruzenia hasta el papel de Almagro. Es decir, todo jugó con una articulación que claramente sabemos de dónde viene. Entonces cómo tenemos que aprender cuáles son los golpes que nos dan, yo te digo, sin ser futurista, yo te digo que quizá una de las cosas que permitió sobrevivir a Venezuela más que Bolivia son las milicias, hay que pensar en eso. ¿Por qué cayó Allende abruptamente? ¿Por qué le pueden dar el golpe a Evo? ¿Por qué sobrevive Maduro -que posiblemente haya cometido más errores que Evo-?, ¿por qué sobrevive? Entonces hay que pensar en todos esos factores, tenemos que estudiarlos, yo creo que como esto es muy temprano porque sería muy fácil ahora fruncir la nariz y decir, Evo debería hacer esto, hay que estar en el pellejo de él, hay que estar en el pueblo boliviano, es decir, vamos a ver cómo responde la gente, yo confío mucho en el pueblo boliviano. Pero a mí me parecía que volver a la experiencia de la revolución rusa, al más grande laboratorio socialista que hubo en la historia. Valía la pena incluso como pautas y marco teórico de un análisis que después podría aplicarse a países más pequeños, porque una cosa que uno demuestra fácilmente leyendo la historia, es que la revolución y la contrarrevolución, tienen leyes universales, y que esas leyes se aplican de manera peculiar en cada momento. Por ejemplo es muy claro que uno de los elementos que favoreció la revolución rusa fue la guerra mundial, estaban los obreros armados por el propio servicio militar obligatorio, estaban los campesinos armados por el mismo servicio militar obligatorio, el imperio se portaba con mucha torpeza, y la gente se cansó y con los fusiles en la mano, en las trincheras dijeron no peleamos más, y crearon los consejos auto-convocados que se llamaron Soviets. Y eso hubiera podido ser, esto es lo interesante de la revolución rusa, una conmoción que la clase burguesa y los capitalistas extranjeros entendieron enseguida. Sí, la gente está muy caliente, ojo que está armada, vamos a cambiar el gobierno, vamos a pedirle al zar que se vaya y formamos un gobierno burgués.
Hernán Salina: ¿Podría decirse que si no hubiera estado la guerra, no hubiera sido posible en ese momento concretar la revolución? GA: El problema es que la guerra era absolutamente inevitable, por el propio desarrollo del capitalismo en su fase imperialista; había Estados imperialistas que habían llegado temprano al reparto de colonias, y había estados imperialistas que habían llegado tarde al reparto de colonias, entonces inevitablemente hubo una confrontación. Ya lo plantea Engels en el 90: el tema no es la guerra, el tema es qué actitud tomar ante la guerra; y el movimiento obrero internacional dijo: no vamos a ser carne de cañón de una guerra entre países imperialistas que se venía, que era inevitable. Entonces el problema era una estrategia ante la guerra. Y los sectores más revolucionarios, que a veces son tan calumniados, fueron los más consecuentes en la defensa de la paz: no queremos la carnicería imperialista. Es más, la revolución rusa coherente con esa postura del sector revolucionario, levantó tres consignas básicas, y esas fueron las tres consignas de la revolución rusa: paz, pan y tierra. No dijeron dictadura del proletariado, que en los hechos la estaban ejerciendo a través de la dictadura democrática armada de obreros y campesinos que enfrentaban al poder burgués; es más, muchos bolcheviques creyeron: bueno ahora tenemos los soviets, cayó el zar, estamos legalizados, vamos a ser el partido de oposición. Y Lenin les dijo: ojo, los obreros y campesinos están armados, si nosotros nos ponemos en una legalidad burguesa, la propia legalidad burguesa exige desarmar a los obreros y a los campesinos. Y en este momento por las consignas avanzadas que están planteando los obreros y campesinos, sería retroceder. Por eso la famosa tesis de abril: ni un átomo de apoyo al gobierno provisional, todo el poder a los soviets. O sea los consejos de pueblo armado, y muchos bolcheviques les decían a Lenin: - pero no tenemos la mayoría en los soviets - ah, problema nuestro, pero ¿a quién vamos a apostar como poder? ¿Al poder burgués o al poder de los obreros y campesinos levantados que quieren paz, pan y tierra?
MAB: Decías que el libro está disponible para todo aquel que lo quiera, ¿cómo tiene que hacer aquel que se sienta interesado? GA: Escribe a mi correo electrónico, isgo@internet.com.uy, y yo les mando el archivo con las 58 páginas de word, van a ver además que está organizado de determinada manera.
DM: ¿Cómo? GA: La primera parte tiene que ver con la filosofía y el marco teórico de la revolución, eso a mí me parecía importante. Es decir, porque nosotros decimos a veces, marxismo leninismo, y en realidad es nombrar a los autores de una teoría sumamente basta que podríamos definirla como materialismo dialéctico, materialismo histórico, y teoría científica de la revolución socialista. Abreviamos por el nombre de los autores que lo organizaron, una teoría que no surge de la cabeza de un iluminado, si no que es una acumulación de la experiencia del movimiento obrero desde el año ‘48, después en el ‘71 en la Comuna de París, todo eso va acumulándose sabiendo cómo hay que luchar como clase obrera, cómo tiene que ser el partido de la clase obrera, cómo tiene que ser la alianza con los obreros y los campesinos, todo eso es teoría. Pero además esa teoría se basa y eso es muy interesante, lo dijo Lenin además, esa teoría de la revolución se basa en tres fuentes: el socialismo utópico francés, desde luego la economía política inglesa, y la filosofía clásica alemana. Porque en Alemania había un filósofo, Hegel, del siglo XVIII, un hombre muy reaccionario, racista incluso, pero que decía una cosa en sus cursos, que eran bien interesantes, y es que las contradicciones en la naturaleza, en el espíritu, no son una rareza, son el motor de todo desarrollo y de todo movimiento; y que realmente entendiendo las leyes del movimiento, uno puede entender cómo se desarrolla el espíritu, pero también cómo se desarrolla la historia. Ese concepto del método dialéctico aplicado a la historia, Hegel decía más, para entender la dialéctica del universo, el método tiene que ser dialéctico, porque tiene que copiar el desarrollo natural; y dice que si bien Aristóteles había creado, desarrollado la lógica de las cosas quietas, había que empezar a pensar en la lógica de las cosas en movimiento. Los alumnos de este Hegel en el siglo XVIII, alumnos burgueses pero inquietos, dijeron: bueno, pero si todo es movimiento, si todo se transforma, ¿de dónde sacó el propio Hegel que el Estado prusiano es inmutable? Es decir, si todo se transforma, también la sociedad puede transformarse, o sea que ahí era el freno pre-juicioso de Hegel a su propio método. A partir de ahí lo que hacen Marx y Engels fundamentalmente, es lograr una síntesis extraordinaria entre un movimiento obrero ya fuerte, pero para el cual la teoría le era ajena, y un pensamiento científico y dialéctico que ellos pusieron al servicio de la clase obrera. Entonces realmente la teoría marxista, la esencia de la teoría marxista es la síntesis de la experiencia obrera acumulada más el pensamiento teóricos de Europa Occidental fundamentalmente, desde el punto de vista de la economía política, de Ricardo y Adam Smith, desde el punto de vista de la filosofía de Hegel, y del socialismo utópico francés, de los sueños franceses que eran los más adelantados. Entonces esa síntesis formidable que empieza a hacer Marx, que se desarrolla, que después se transforma en un laboratorio formidable cuando la Comuna de París, que pone a prueba muchas cosas por ejemplo observando el aislamiento de los obreros de París cuando hacen un gobierno obrero, Engels dice una frase maravillosa: “el coro obrero sin el coro campesino, es un canto fúnebre”. Entonces todas esas cosas que van acumulándose, no salen de la cabeza de nadie, simplemente son los grandes sistematizadores. Y a comienzos del siglo XX el gran problema que tiene el conductor de la revolución rusa es que el partido obrero mundial tenía una cúpula oportunista, el partido obrero mundial fundado por Marx y Engels que se llamó La Internacional, el himno todos lo cantamos, que después había renacido, después de una durísima represión, se le empezó a llamar la Segunda Internacional, ese partido obrero mundial se estaba echando a perder. ¿Y cuál era el barómetro fundamental? Que tartamudeaba y no condenaba la guerra imperialista. Eso era clave. Y el tema de la paz en Zimmerwald agrupó a todos los verdaderos izquierdistas.
HS: Zimmerwald fue un Congreso de la Internacional en Suiza (Conferencia de Zimmerwald se celebró entre el 5 y el 8 de septiembre de 1915). GA: Exactamente. Donde Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y Lenin mancomunaron esfuerzos en decir: ‘no, hay que reafirmar, esto que se viene es una carnicería imperialista, tenemos que reafirmar que estamos en contra aunque nos cueste la persecución por traidores a la patria a los distintos destacamentos’.
HS: Y a ella les costó la vida. GA: Y a ella les costó la vida. Entonces una de las cosas más grande, a veces yo hablo con los viejos comunistas, una de las enseñanzas más formidable de Lenin en sus 35 años, fue el coraje de romper con el Partido Obrero Mundial. Es muy fácil decirlo ahora, pero fue acusado de traidor, fue acusado de agente alemán, fue acusado de enemigo de la revolución, porque había roto con la dirección oportunista de un partido donde estaba la flor y nata del movimiento obrero europeo. Entonces la primera parte del libro tiene que ver con la teoría. Destaca además una cosa muy interesante que se está repitiendo ahora, ahora todos siguen la teoría cuántica de Planck. Cuando en 1905 la revolución rusa fue derrotada militarmente, brutalmente derrotada, fue una represión terrible contra lo que ya se llamaba partido Bolchevique, muchos bolcheviques se fueron al exilio y dijeron hay que revisar la filosofía. ¿Cómo definimos nosotros materialismo dialéctico, que la materia es universal? Cuando en realidad Einstein demuestra que la masa se transforma en energía. Y a partir del relativismo de Einstein, se hizo la misma corriente escéptica que hoy se trabaja con el neokantismo y con Max Planck y la teoría cuántica. De una teoría que intenta explicar cosas del micro mundo o del macro mundo, se falsifica como teoría filosófica. Y aunque parezca mentira, la filosofía de (Ernst) Mach y (Richard) Avenarius que era la filosofía crítica de la realidad, la realidad no se engaña… Que en realidad era la renuncia a la revolución. Y Lenin en plena debacle, en plena destrucción de toda la revolución, en medio de la masacre de los campos de concentración de las deportaciones a la Siberia; Lenin dice: no, tenemos que atender también el plano filosófico, tenemos que dar el debate. Entonces genera en ‘materialismo y empirocriticismo’, aquella definición maravillosa sobre el mundo exterior. ¿Quién dijo que el mundo exterior es la masa? No, el mundo exterior es la masa, es la energía, y todas las formas de materia que todavía no conocemos; la materia es una categoría filosófica para explicar el mundo exterior, y no la masa que tanto cuestiona Einstein. Entonces, aunque parezca mentira, yo quiero explicar en la primera parte del libro, quiero explicar filosóficamente el debate y por qué para el partido de la revolución el debate filosófico no es un debate ajeno, la mayor tolerancia con las concepciones filosóficas de los compañeros crean lo que crean. Hay una anécdota de (Kliment) Voroshílov preciosa sobre que él era un joven guardia rojo, y cuando se va a encontrar con Lenin dice: yo tengo que decir algo importante porque es Lenin. Y Lenin lo toma por sorpresa y le palmea la espalda y dice: ¿qué tal, joven Voroshílov? y él le contesta, bien, gracias a Dios, camarada Lenin. Y después queda avergonzado y Lenin se ríe, y dice, eso es bien ruso. Entonces no se trata de sectarismo, se trata de que hay una guía filosófica que inspira la práctica de la revolución de la gente de vanguardia. Entonces, a mí me parece que esa parte yo no podía soslayarla por más que parezca una poco árida. Entonces la primera parte tiene mucho que ver con la filosofía, la primera de las cinco partes.
MAB: Tenemos un mensaje: “Buen día, soy Nacho, profesor en San Ramón, concuerdo con Abella, pero también hay que hacer hincapié, no sólo en el capitalismo, sino en la modernidad como modelo civilizatorio y desde ahí comprender qué pasó con los llamados socialismos reales. Digo esto porque una de las consecuencias de la caída es no haber superado ciertos postulados de la modernidad como la idea de desarrollo”, dice este joven profesor de San Ramón. GA: Sí, el gran tema es este, sin duda una Unión Soviética que se había anquilosado y no por razones científico y técnicas, eso fue consecuencia; anquilosado por la entrada de oportunistas y gente acomodada al Comité Central, después de la segunda guerra mundial, que fue ahí empezó un declive terrible. Una de las cosas que la Unión Soviética no estuvo al tanto, ya no pudo actualizarse, fue en el tema de los nuevos desafíos de la ciencia y la tecnología cuando -como decían los propios marxistas- la ciencia se vuelve una fuerza productiva directa. Pero hay que recordar que aquella Unión Soviética devastada por la guerra, donde la matrícula escolar en el año ‘50 bajó a la mitad por los niños muertos y los niños no nacidos; y en el ‘57 puso el primer satélite artificial. O sea que la inercia de lo anterior todavía valía. ¿Qué fue lo que pasó en la segunda guerra? Es una cosa interesante, 20 millones de muertos, ahora se habla de más, 20 millones de mutilados y de gente destruida, pero ahí cayó la flor y nata del relevo. ¿Quiénes pusieron el pecho a las balas? Los que estaban más convencidos del proceso. ¿Y quiénes se acostaron abajo del colchón y esperaron que aclarase? Los que después fueron copando fuerza con Nikita Jrushchov. Entonces, claro, cuando empieza el cuestionamiento a los años ‘30, Nikita Jrushchov el nuevo líder acomodado, sabía que había 20 millones de muertos que ya no podían contestarle. Los que habían muerto en la primera fila, y entre ellos los 3 mil jóvenes de aquella organización guerrillera en zonas ocupadas que se llamó La joven guardia. ‘La joven guardia obrera y campesina’, a 3 mil fusilaron los nazis en los bosques cuando les hicieron el rodeo y capturaron porque le estaban haciendo sabotaje a los trenes. Fueron tres mil muchachos entre 15 y 20 años fusilaron los nazis. Y ahí estaba también la flor y nata, el orgullo de la nueva generación, de la nueva intelectualidad soviética que se estaba formando. Entonces, el tema de la ciencia y tecnología es un tema fundamental. El tema de la modernidad es un tema fundamental, ¿pero cambia eso lo esencial desde el punto de vista de un análisis de clase? Es decir, el imperialismo hoy con toda la ciencia y la tecnología, ¿es menos brutal que en la época de Hitler? Y de otra manera, ¿la defensa de los pueblos contra los ataques contrarrevolucionarios, los vamos a dejar en ciencia y tecnología o requieren las mismas respuestas concretas y enérgicas que requirió por ejemplo la guerra civil en Rusia o la defensa de Cuba en Playa Girón? ¿La ciencia y la tecnología cambia eso? Cambia las técnicas, pero la esencia de clase de la revolución y la contrarrevolución, no cambia. Creo que la única diferencia del siglo XXI, que es lo que a veces la modernidad soslaya, es que a diferencia del siglo anterior, si en este siglo no derribamos definitivamente al imperialismo, muere el planeta, que es lo que la modernidad como término soslaya. Porque los términos son muy lindos para jugar: cambio climático, antes se decía efecto invernadero, ¡pero claro! si vos decís efecto invernadero, si hay efecto, hay causa; en cambio si cambiás la palabra por cambio climático, bueno es lo que hay, hay que adecuarse, no hay responsables.
MAB: Dice el profesor Nacho, el de San Ramón: “Justamente la crítica es que siguieron el concepto de desarrollo moderno que implica una destrucción sistemática de la ecología, gracias por tomar en consideración mi aporte”. GA: Estamos de acuerdo.
MAB: Bien, por lo menos menciones breves del resto de los capítulos o partes de este libro que estás presentando además con esa forma de distribución solidaria podemos decir, ‘Eclipse en Rusia’. Vos algo mencionabas, dedicaste un capítulo al papel del partido en la Revolución de Octubre, otro que menciona la revolución en la región de la Transcaucasia, la educación y la revolución, y el último es el que da nombre al libro, Eclipse en la URSS. ¿Por qué destacás el papel del partido en el segundo capítulo? GA: El problema es que nosotros vamos a asistir, estamos asistiendo y asistimos recientemente a un montón de movimientos auto-convocados que tienen planteos extraordinarios, que realmente se convocan a veces por las redes virtuales, que son corajudos y que son como olas que avanzan y retroceden. En última instancia, desde el Mayo francés del ‘68 hasta acá, se repite la misma historia. Ahí hay dos cosas: primero hay una culpa de los partidos de izquierda que han abandonado la lucha, que se han aburguesado. Por otro lado cierta desconfianza natural como correlato. Es decir, de que no hay que confiar en los políticos, hay que hacer las cosas por nosotros mismos, pero ¿qué pasa? Termina faltando la herramienta política. Entonces si vos querés, te importa realmente el poder político, necesitás una herramienta política para enfrentarlo. El partido Bolchevique, el partido que crea Lenin, es un partido extraordinario. Él en ese momento está muy influido por la biología, se había descubierto la célula como ladrillo de toda la construcción biológica. Y cómo la célula tenía la capacidad de nutrirse por sí misma, además de integrar un organismo, nutrirse, reproducirse, y formar parte de sistemas sensoriales, entonces él plantea para el partido revolucionario una estructura de células. Es decir, cada célula está compartimentada -hay que entender, era la persecución más implacable- cada célula tiene la capacidad de nutrirse, de hacer finanzas, de reproducirse, o sea de instalar otras. Él toma el elemento de la biología para plantear el partido, y un partido donde las células tengan sistemas que lleguen también a la legalidad, si se pueden presentar elecciones, hay que presentarse; si se puede participar en una comisión de barrio totalmente apolítica, hay que presentarse; por la inserción necesaria. El partido confundió mucho a los órganos de seguridad del imperio, porque habían infiltrado grupos terroristas, legítimamente terroristas, en unas condiciones como esas, como estaba el hermano mayor de Lenin, que había participado en un atentado contra el zar. También les era fácil infiltrar partidos de lucha parlamentaria, pero el partido Bolchevique tenía una estructura muy complicada de penetrar y realmente el papel del partido desde el punto de vista de la clandestinidad, pero fundamentalmente de la capacidad de vincularse y de insertarse -y ahí hay cosas maravillosas- como Lenin dice: bueno, un partido clandestino tiene que tener un periódico clandestino, y el periódico dice él no es sólo el difusor colectivo, sino que es el organizador, o sea que a través de la distribución clandestina del periódico, y puede ser la distribución legal, la distribución clandestina genera organización, genera reunión y genera redes.
HS: Él en el ‘Qué Hacer’ da la imagen que es como el andamio que permite ir viendo la forma del edificio que se está construyendo, la prensa. GA: Exactamente. Esas son las genialidades de este hombre que reunió una gran capacidad filosófica con una gran comprensión de la necesidad de la práctica. Por eso el partido que se rige además por el centralismo democrático; otro aporte de la época, es decir, no puede ser un partido autoritario dirigido por un comando cerrado, pero tampoco puede ser un órgano deliberativo donde yo esa orientación no la cumplo porque discrepo. Es decir, el partido tiene que tener democracia interna, cada vez que pueda ser necesaria, pero tiene que tener además un canal de arriba abajo de resoluciones para golpear, decía Lenin, como un solo puño a la reacción cuando pasamos a la ofensiva. Entonces sí, el capítulo del partido para mí era muy importante. El de la Transcaucasia se debe a otro hecho, que muchas veces se omite de la revolución rusa. La otra pata de la revolución rusa fue en Bakú, en los campos petroleros, en donde había un proletariado tan numeroso como el de la capital, San Petersburgo, que después se llamó Petrogrado, y ahí los grandes organizadores se llamaron (…) y Stalin. Entonces un poco la historia posterior de la revolución rusa para borrar a Stalin negó toda la revolución en la Transcaucasia que fue interesantísima, fue muy importante, y tuvo personajes legendarios como Kamo, por ejemplo, un guerrillero extraordinario. Y todo eso se había borrado. Al mismo tiempo que la revolución en la Transcaucasia se había borrado y fue la base de sustento de la revolución en occidente, Rusia, por algo el águila imperial rusa tiene dos cabezas, una mira hacia oriente y otra hacia occidente; que ahí Stalin se va transformando en el articulador clandestino de todo el partido, sobre todo cuando después va a Petrogrado. Si Lenin fue la teoría, si Trotsky en el soviet fue la elocuencia, la estructura de base fue Stalin, y eso es una cosa que después se trató de borrar. Entonces yo hablo -documentadamente además- del papel que juega la Transcaucasia en la revolución rusa.
HS: ¿Y a la Educación por qué le dedicás un capítulo? GA: Porque la educación no es sólo la educación formal, que realmente tuvo éxitos extraordinarios en los procesos de alfabetización de la Unión Soviética. Tiene que ver por ejemplo con la educación política, lo que fue la organización de Pioneros, lo que fue el Komsomol -Kom de comunista, So de Soyuz de unión, y Molodiozhi de jóvenes-; la Juventud Comunista que no sólo se educó para leer marxismo leninismo, se educó para estar en la primera línea en la construcción del metro, en la construcción de las grandes represas, lo que se llamaba las tareas de choque de la juventud. Ahí junto a los obreros calificados se mandaban destacamentos de jóvenes que fueron heroicos en la producción. Y eso también tuvo una educación. Realmente una de las cosas que pasó después de la guerra es que se debilitó el factor de educación política, y eso también contribuyó al relativismo y al escepticismo de las nuevas generaciones: echás sombras sobre el período de construcción de los años ‘30 y tampoco formás, la gente baja la guardia.
HS: Porque eso es todo un desafío, se dice, incluso cuando vos mencionabas que fuiste no hace mucho a Rusia ahora, si las viejas generaciones que conocieron la diferencia entre el capitalismo y el socialismo, que vivieron las guerras, pueden estar todavía con una adhesión importante, pero que los jóvenes que no conocieron la diferencia, muchas veces ya dan la espalda. A veces se dice de Cuba lo mismo, que se tiene ese riesgo de que no están impregnados de esa convicción revolucionaria, que ya aspiran a otras cosas. GA: Ahora, vos sabés que eso es muy curioso. En Cuba, donde todavía tienen un régimen de grandes beneficios sociales, los muchachos tienen derecho a decir, criticar, pero a mí un muchacho me dijo en Cuba la última vez que estuve, que hace algunos años: ‘a mí no me gusta esta mielda, pero si nosotros volvemos al capitalismo, no vamos a ser Miami, vamos a ser Haití’. Porque recuerdan el pasado de miseria que habían vivido sus abuelos, un muchacho disidente. ¿Qué pasa en Rusia? En Rusia es todo lo contrario, llega el 9 de mayo, el día de la victoria, un día que es conmovedor, que tiene canciones maravillosas y los adolescentes se ponen la condecoración de San Jorge, es decir, la condecoración naranja y negra que se premiaba a los héroes de la guerra. O sea hay una renovación juvenil, porque ellos sí saben lo que perdieron, porque se lo cuentan los padres, porque se lo cuentan los abuelos. Y la gran habilidad de (Vladimir) Putin es no enfrentar esa memoria, decir, no, somos Rusia unida, con una economía de mercado, nosotros recogemos la tradición de los zares que pelearon contra Napoleón y la tradición de los soviéticos que vencieron a los nazis.
DM: En los 100 años fue clarísimo, ¿no? GA: Fue clarísimo, y en un desfile hace unos días.
Entradas relacionadas
Ver todoLa posibilidad de aumentos de tarifas y de impuestos había sido negada enfáticamente por el presidente Luis Lacalle Pou durante la...
En estos días es evidente que ante un nuevo aniversario del Movimiento 26 de Marzo, muchas cosas y conceptos se ponen sobre la mesa en...
En los últimos tiempos han ido surgiendo en forma cada vez más amplia problemas y situaciones cada vez más difíciles de atender, con las...
Comments