Presentaron reclamo a los candidatos: Usuarios del Cachón insisten con su lucha por una buena rehab
- La Juventud Diario
- 22 nov 2019
- 5 Min. de lectura

Verónica Orrico, usuaria del Centro Tiburcio Cachón informó las propuestas que presentaron a los presidenciables para que el instituto vuelva a su lugar de origen. Orrico recordó que en el año 2016 el Mides resolvió su traslado a un predio ubicado en Cno. Maldonado y Libia, y que el instituto es el lugar de rehabilitación donde asisten las personas que pierden la vista. Esa rehabilitación apunta a que puedan manejarse en la vida cotidiana, en la calle, y les proporciona herramientas para la reinserción laboral, pero el lugar donde se encuentra ahora no es adecuado. Además explicó que pasaron de tener 25 salones a 8 mucho más pequeños.
El Centro Cachón ha tenido una dura pelea por parte de sus usuarios y sus familias, para que se restablezca como lugar de atención. En los últimos días les solicitaron a ambos candidatos a la Presidencia de la República que se comprometan a trabajar en ese sentido. Consultada por Mañanas de Radio, el periodístico de radio Centenario, Verónica Orrico explicó que se trata de un centro de rehabilitación al que van las personas cuando pierden la vista, a aprender a manejarse en la vida cotidiana, en la calle, en las actividades de la casa, aprender computación; todas las herramientas para después poder reinsertarse en la sociedad conviviendo con su ceguera o baja visión. “O sea que es muy importante para la posterior inserción social y laboral de este colectivo. Para que lo puedan hacer con autonomía y con dignidad”. Orrico recordó que desde 2016 trabajan por la permanencia del Centro Cachón, ya que desde ese entonces el MIDES manifestó su interés en trasladar el Instituto a Camino Maldonado y Libia: “Eso llevó a varias instancias en el Parlamento, luego una interpelación a la ministra, y finalmente el traslado se realizó y ahora la rehabilitación se realiza en Camino Maldonado y Libia, una zona que nosotros entendemos no es la adecuada para personas que salen con mucho miedo a la calle porque recién perdieron su vista y todavía no han adquirido las herramientas para manejarse con autonomía”. La vocera de los usuarios aclaró que el reclamo no se trata de un problema de distancias ni que la gente esté acostumbrada a la ubicación anterior “porque de hecho la gente va rotando, o sea, la gente que está haciendo rehabilitación hoy no es la misma que hace 2 años atrás por ejemplo, porque por suerte esa gente ya está independiente y retomó sus actividades”. No obstante dijo que se trata de dos zonas muy distintas. “Estamos hablando de que el Cachón en su ubicación original, en Quesada, está a pocas cuadras de General Flores, a pocas cuadras de Luis Alberto de Herrera, de Propios, de San Martín, o sea, con más de 20 líneas de transporte, en una zona con semáforos, con cebras, con peatones que pueden oficiar de guía en caso de ser necesario. Y por otro lado Camino Maldonado que es una zona suburbana por donde pasan vehículos a alta velocidad, porque de ahí van directo a la Ruta 8”. Ello implica “camiones, vehículos a gran velocidad, pocos peatones que puedan oficiar de guía -que es muy importante a veces para avisar un ómnibus o cruzar una calle-, no hay semáforos porque no se pudieron poner en esa esquina. Es una zona con muchos espacios abiertos, lo cual favorece más que la persona se pueda desorientar”. Tampoco hay muchas veredas, y eso complica a los no videntes “porque la vereda es lo que uno toma como referencia, sino te podés ir directo a la calle sin darte cuenta, con lo que puede significar en cuanto a riesgo de accidente”. Además de la zona, otro problema esencial son las características de uno y otro edificio. Orrico reconoció que se hicieron algunas reformas en la nueva ubicación en Camino Maldonado, pero siguen siendo desventajosas frente a la de calle Quesada: “hicieron algunos salones más, pero son mucho más pequeños y son menos cantidad. En el Cachón teníamos 25 salones y acá tenemos 8, y además son chiquititos”. Ello también afecta la rehabilitación “porque una cosa importante, que a veces la gente no sabe, que uno cuando va a rehabilitarse no aprende sólo del docente sino también de otros compañeros, de la historia de vida de otras personas ciegas que pudieron salir adelante, de cómo se arreglan ellos, de las experiencias de los demás” y “al ser salones tan chiquitos, no entran más de dos personas, el docente y el alumno; por lo tanto no se puede dar el intercambio en una clase donde haya 3 o 4 participantes, con su docente y unos vayan acompañando a los otros en ese proceso”. La usuaria reafirmó que “las características del edificio de Camino Maldonado cambió la manera en que se hace la rehabilitación, porque al ser más chicos los salones no se da ese intercambio entre las propias personas ciegas, lo cual es otro factor en contra”. Otra desventaja es que la rehabilitación en Camino Maldonado se hace en tres edificios separados por espacios abiertos: “no es en uno solo, con lo cual para la persona que recién está aprendiendo a manejarse y a ubicarse en el espacio, es mucho más difícil que en un lugar físico único”. Si bien Orrico informó que a pesar de tener menos salones y con espacios más reducidos, en este momento no hay lista de espera para acceder a la rehabilitación, señaló que hay gente que directamente no va a la nueva locación. “Y no va por varios motivos, porque le queda mucho más lejos, porque de repente las primeras veces que todavía no se maneja solo tiene que ir en taxi y le sale mucho más caro, o porque el familiar directamente no quiere llevarlo a esa zona. Entonces, hay gente que queda por fuera pero va a entrar porque está en lista de espera, pero hay otra gente que directamente no va”. Para quienes se desplazan en transporte colectivo, hoy tienen apenas 5 líneas de ómnibus contra 20 que los llevaban al Cachón. “Eso cambia absolutamente, y cambia que si tú te bajás en General Flores y te desorientás, está lleno de gente. Si tú te bajás en Camino Maldonado, bueno, yo qué sé...”. Hay aspectos de la movilidad que no se solucionan con medidas concretas si realmente no se tiene en cuenta la realidad cotidiana que padecen los usuarios. Por ejemplo la vereda de Libia y Camino Maldonado se hizo a nuevo, “pero si tú te bajás y el ómnibus te baja mal, en vez de bajarte en Libia te bajás un par de paradas después, está todo descampado. Porque puede pasar, nosotros dependemos del guarda que nos avise para bajarnos, tú le decís voy a tal calle y él te avisa, pero si se olvida -que puede pasar, es un ser humano- te bajás en el medio de la nada. Eso, para una persona que recién está empezando puede significar que se asuste y no quiera seguir saliendo solo. Hay que cuidar todos esos detalles”, reivindicó Orrico. El pedido de retornar la rehabilitación al Centro Cachón fue trasladado a ambos candidatos a la Presidencia, quienes ya acusaron recibo. “Sabemos que en este momento puntual no se van a tomar grandes decisiones pero nosotros queremos que el tema siga vigente, que ellos tengan claro que seguimos peleando por esto, que lo que se hizo no es correcto, y la idea es mantenerlo en la opinión pública y que sepan que alguna decisión con respecto a esto van a tener que tomar”.
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