Prof. Adriana Marrero cuenta lo que padeció en la UdelaR: “Tendrá muchos méritos, dará lindas clases
- La Juventud Diario
- 16 nov 2019
- 15 Min. de lectura

Persecución política, acoso laboral y agresiones, es lo que ha padecido Adriana Marrero, Socióloga Grado 5 de la Universidad de la República, en el ámbito universitario por pensar diferente. Así lo relató en ‘Mañanas de Radio’ Marrero, que tiene una Maestría en Educación y un Doctorado en Sociología, sin embargo no le permiten dictar Sociología de la Educación, una materia para la que se ha formado específicamente. Señaló que renunció “totalmente harta de un acoso sistemático” desde que ingresó en la Universidad en el año 1996 por Concurso de Oposición. “Todo porque el proyecto que había presentado planteaba los problemas de los jóvenes enfrentados al mundo del trabajo, hubo personas que consideraron que enfrentar o encarar el mundo del trabajo a los jóvenes era un enfoque economicista y algunos hasta no me dejaron de hablar”, explicó. Incluso sostuvo que en las Actas “había más de un Consejero que decía que yo podía tener muy buenas investigaciones, lindas clases pero políticamente no era lo querían para el Departamento de Investigación”.
Reproducimos un fragmento de esta entrevista, que en otro pasaje contó que ella fue echada del programa En Perspectiva -donde compartía La Tertulia de los días lunes- con el argumento de ser “crítica de izquierda”. “Yo iba gratis, de corazón, porque me gusta el diálogo, las discusiones de ideas, creo que hace bien, que es otra forma de docencia” y “esa ha sido mi lucha siempre con los estudiantes, con todos, es decir, hay que pensar con cabeza propia. Hay que pensar”, subrayó.
Hernán Salina: Estamos recibiendo a la Socióloga Grado 5, Adriana Marrero, Investigadora, Docente, o sea el nivel máximo a nivel de docencia al que se puede aspirar en la Universidad de la República de nuestro país. Lamentablemente, esta invitación y este recibimiento a Adriana, no es tanto por su trabajo, su investigación o lo que podríamos hablar del punto de vista académico sino por otras cosas que se dan en la Universidad de la República y de las que se habla mucho menos. También cómo reacciona la comunidad universitaria, la comunidad docente ante estos hechos como estos. A veces figuras muy notorias públicamente, que se transforman en alguna referencia desde el punto de vista de su análisis sociológico, político que incluso dan valoraciones de ética sobre distintas figuras políticas y que ellos mismos quedan atrapados en estas situaciones de las que se habla menos. Adriana bienvenida a Radio Centenario, gracias por estar esta mañana. Adriana Marrero: Muchísimas gracias por la invitación, es un gusto estar acá en esta casa, verdaderamente les agradezco a ustedes la invitación en este momento tan difícil.
HS: El motivo, o lo que queremos profundizar, es a partir de la decisión que tuvo bastante prensa de tu renuncia tanto a la Facultad de Humanidades como a la Facultad de Ciencias Sociales de la Facultad de la República. ¿Qué originó eso? Repasemos por favor. AM: Verdaderamente yo a la Facultad de Humanidades había renunciado en el año 2009, también totalmente harta de un acoso sistemático prácticamente desde que ingresé en el año 1995 por Concurso de Oposición. Todo porque en el proyecto que yo había presentado yo planteaba los problemas de los jóvenes enfrentados al mundo del trabajo, entonces hubo personas allí en ese Tribunal que consideraron que eso era un enfoque excesivamente economicista y algunos de los miembros del Tribunal hasta me dejaron de hablar. A partir de allí yo entré como Grado 3, luego gané el Grado 4, me Doctoré, gané un Grado 5 -que no me querían dar por razones políticas- porque además incluso en las Actas del Consejo de la Facultad de Humanidades, había más de un Consejero que decía que yo podía tener muy buenas investigaciones, que yo podía dar lindas clases, podía tener mucho reconocimiento internacional, pero que políticamente no era lo que querían para el Departamento de Ciencias de la Educación. Finalmente gané otro Grado 5 y a partir de allí fue insoportable porque me pusieron como Directora un Grado 3, totalmente absurdo; y por supuesto ese Grado 3 se dedicó hacer lo posible para que yo no estuviera más. Es decir, evidentemente lo que hizo fue hacerme todas las trampas posibles para que me tuviera que ir.
María de los Ángeles Balparda: Para el que está escuchando y no tiene por qué saber, en base a qué se da el grado, ¿quién los da y en base a qué? AM: La carrera académica en la Universidad de la República es una carrera que empieza en el Grado 1 como ayudante, Grado 2 asistente, Grado 3 adjunto, Grado 4 agregado y Grado 5 que es Profesor Titular, de grado a grado se asciende por concursos abiertos, se puede presentar cualquier persona en el mundo. No son concursos para egresados universitarios se puede presentar un sociólogo del Primer Mundo, cualquier persona se puede presentar y son concursos duros.
HS: ¿El Tribunal quién lo forma? AM: El Tribunal lo conforma a medida que va ascendiendo el Grado, cada vez es más importante la conformación en los Tribunales de personas externas que suelen ser ya personas en el Grado 5 extranjeros, personas destacadas de la región, sobre todo por razones económicas porque hay que pagarles el pasaje, etcétera. Pero son personas muy destacadas y en mi caso como digo en la carta, yo no provengo de un hogar universitario, provengo de un hogar con primaria completa, yo descubrí la carrera académica y fue un enorme esfuerzo de trabajo, sobre todo, de juntar trabajo doméstico con trabajo remunerado y además trabajo académico para reunir un conjunto de producción que yo pudiera presentar a esos Tribunales. Yo seguí todo lo que me dijeron que yo tenía que hacer lo hice, me porté como una niña aplicada, me decían que tenía que a Congresos yo iba a Congresos; me decían que tenía que publicar yo publicaba; me decían que tenía que dar muchas clases yo daba. Y además daba clases en dos Facultades simultáneamente por un solo salario. Muchos se concentran en una Facultad yo había elegido hacerlo en las dos: Sociales y Humanidades. Entonces yo hice todo lo que me dijeron. Lo hice lo mejor que pude, daba cinco, seis cursos por año que es un disparate, publicaba, sacaba libros, saqué premios internacionales, también saqué premios acá en Educación. Sin embargo, lo que me daba la sensación es que cuanto mejor me iba más resistencia iba teniendo.
MAB: ¿Nunca hubo un cuestionamiento a tu formación? AM: Al contrario, este era el tipo de discurso, tendrá muchos méritos, dará muy lindas clases, tendrá mucho reconocimiento internacional pero políticamente no la queremos.
MAB: ¿Eso es normal que en la Universidad se plantee lo político? ¿Qué quiere decir? AM: Yo creo que es algo más tácito que explícito. Una vez un decano en “una buena” me dijo: “Bueno Adriana, si tú estás en una Universidad cogobernada, tenés que hacer política”. Y yo le dije: ‘Mira política yo hago pero hago política partidaria, yo era muy militante de la Vertiente (Artiguista-Frente Amplio) iba dos veces por semana, una vez a la Comisión de Educación y otra vez a la Comisión de Género. Es decir, yo trabajaba en política pero no trabajaba en la política universitaria, porque yo a la Universidad iba a lo que a mí me interesaba. Yo no tenía proyectos políticos en la Universidad, nunca quise ser Directora de Departamento, nunca quise ser Decana, yo realmente lo que quería era llegar a Grado 5, lo quería mucho, para no tener que presentarme más a Concurso, poder sentarme, escribir en paz, trabajar en paz y no tener que estar siempre corriendo. Incluso la vez que yo creía que me tocaba fui y hablé con un compañero que realmente no era amigo mío, después terminó perjudicándome mucho, le dije: “Mirá Alberto yo no me voy a presentar a la Dirección si querés preséntate vos”. Porque no era mi proyecto y eso a veces no se entiende. Yo creo que se habla poco de eso, pero en el fondo existe la sospecha que si tú estás haciendo tanto esfuerzo no es porque estés un poco insegura de tu backcram, no es porque estés un poco insegura del valor de lo que producís, no es porque sientas que siempre es poco porque siempre están exigiendo más. Si no es porque tenés algún tipo de plan maquiavélico atrás, no sé qué, de llegar a no sé dónde. Y desplazar a otros que sí están tratando de llegar; porque vamos a decir la verdad, hay mucho poder y hay dinero también atrás de esos cargos, proyectos de investigación, convenios, que no se publican y que los usan los Directores. En fin.
HS: ¿No se publica, no se transparenta esa información? AM: No, muchas veces cuando llegan convocatorias a los Departamentos el Director muy simplemente o se lo agarra para él o se lo da a un amigo. Y sobre todo con los convenios con el Estado. Es decir, convenios con el Estado, en el campo de la Educación y con el MIDES hemos tenido en el Departamento millones, yo nunca vi uno. No lo vi ni pasar, es para los amigos.
HS: ¿Tiene un procedimiento establecido la Universidad en general sobre eso o cada Facultad? AM: Yo he estado reflexionando evidentemente sobre esto. Hay un concepto de autonomía muy curioso en la Universidad. La Universidad es autónoma del gobierno central pero al mismo tiempo se entiende que cada una de las instancias son autónomas entre sí, entonces el Rectorado funciona como si cada Facultad fuera autónoma y cada Facultad reivindica su autonomía. Dentro de cada Facultad cada Departamento reivindica su autonomía respecto del Decanato y dentro de cada Departamento, los Institutos o las personas reivindican su autonomía. Entonces es una cosa de que no hay una Universidad, hay miles. Entonces cuando hay compañeros que me dicen: “Adriana a ver esto no pasa en la Universidad”, yo les digo: “No pasa en la Universidad que vos conoces, pasa en la que yo conozco”. Por eso en la carta de renuncia yo pongo ahí en un momento, la gente que trabaja en las áreas básicas, en las áreas tecnológicas no dependen de la opinión de lo que estudian. Entonces claro, si hacen biología molecular o trabajan en física teórica o matemática, por supuesto que hay problemas que no tienen. Tienen igual problemas de poder pero claro, cuando uno se mete en mi especialidad, la Educación, entonces qué se toca, qué no se toca, de qué se habla, si se reflexiona o no se reflexiona sobre ciertos puntos, son temas políticamente relevantes. Esa es la razón por la cual a mí me dejaban dar Teoría Sociológica que es muy abstracta y no me permitían impartir mi curso, que yo tenía obligación de impartir de Sociología de la Educación. Pusieron una persona de menor Grado y yo decía es una Optativa yo tengo que darla, la doy a contra turno, le cambio el nombre, hago lo que ustedes digan, no me importa que otra persona la esté dando. Hay muchos enfoques, pero yo quiero darla también. Y me lo…
HS: ¿El Consejo de la Facultad decide que cursos se dan? AM: Realmente dentro sí, lo decide el Consejo pero a propuesta de los Departamentos. Y los Departamentos a su vez tienen Comisiones que son cogobernadas donde se expresan causas, razones, cosas a las que los profesores -yo al menos- nunca tuve acceso. Yo sé que eso salía de esas condiciones pero nunca se me dio una explicación de por qué no. En Sociología nunca se me dijo: “Mira Adriana, vos no vas a dar el curso de Sociología de la Educación porque los estudiantes no quieren o porque…”. Nada. Nunca tuve la explicación. Entonces son todas hipótesis las que yo puedo hacer. Pero hubo un momento -en el año 2014- a partir del cual ya no pude dar esos cursos y cuando voy hablar con los Directores me dicen que no. Cuando voy hablar con el Decano éste me dice: “Ah cada Departamento es autónomo” y todavía hay un Decano que me dice “Sociología es el peor Departamento de la Facultad”. Bueno muchachos, es el Decano no se puede meter, pero ¿para qué es el Decano? Es una cosa muy opaca, es como un laberinto del cual no conoces las reglas. Yo entré ingenuamente a la Universidad pensando que las reglas eran las reglas que la Universidad decía: que había libertad, que había crítica, que lo que importaba eran los méritos, etc.
MAB: No sé si está bien llamarlo el imaginario colectivo sobre qué es la Universidad, pero te lo imaginas como un lugar de mayor libertad, uno piensa que de allí tenés que esperar lo máximo en cuanto a lo nuevo, lo que va adelante, lo que hace avanzar. No estamos diciendo que todos los investigadores de la república van a ser Einstein, pero sí que se pueden abrir espacios en cualquiera de las áreas donde sí se podría avanzar. Siempre hubo mucha apuesta por parte de la sociedad uruguaya al papel de la Universidad, entonces es muy chocante saber -tal vez esta vez esté más explicitado- que no es así, que hay más límite allí, si está todo bien, si lo que vos enseñas está bien, tu formación está bien, sos Grado 5, ¿por dónde puede venir que políticamente no es lo que estamos buscando? AM: O como si fuera un gobierno electo, porque yo creo que si Tabaré Vázquez dice políticamente este Ministro no me sirve, está en todos su derecho, son las reglas de juego. Ahora en la Universidad, hay dos cosas. Por un lado yo creo que apostar a una Universidad pujante, apoyada en la investigación con buenos investigadores, que incentive la investigación, es clave para un país pequeño, porque es un país que nosotros no tenemos grandes recursos naturales, no podemos vivir de las commodities, entonces lo único que nos queda es vender conocimiento.
MAB: Todos lo dicen. AM: Obvio, pero todos lo dicen en abstracto. Pero en concreto llega el gobierno del Frente Amplio con una promesa enorme de incentivo de la Educación y la Investigación, la Universidad de la República de hecho recibe grandes cantidades de fondos y sin embargo cuando tú ves la situación actual de la Universidad de la República te encuentras con qué un Grado 1 de la Universidad de la República -que igual tiene una Licenciatura completa, una Maestría completa- la gente capaz que tampoco lo sabe, pero ahora las carreras ya no alcanzan por sí solas, después de estudiar 4 o 5 años una carrera además hay que hacer un Posgrado -una Maestría primero y después un Doctorado-, tanto la Maestría como el Doctorado son posgrados que además llevan una Tesis, que lleva años de elaboración y que tiene que ser defendida delante de un Tribunal también internacional. Entonces cuando nosotros vemos cual es la situación de ese joven que está iniciando una carrera académica, que tiene ya dos carreras, él gana $14.000 por mes nominales por 20 horas de trabajo dando cursos a nivel universitario. Muchas veces distintos cursos. Para que nos hagamos una idea y comparemos, una maestra hoy gracias a los aumentos que dio el Frente Amplio, gana $32.000. Entonces si es maestra gana $32.000 y si es docente universitario con Grado y Posgrado gana $14.000, porque a pesar que el gobierno le otorgó a la Universidad importantes aumentos, la Universidad en el Consejo Directivo Central consideró que esos aumentos estaban usados mejor de otra manera y no se les dio a los investigadores, no se les dio a sus docentes. Entonces tenemos una Academia donde dedicarse a la Academia es un lujo, sólo lo pueden hacer personas que pueden ser mantenidas por otros, por sus padres o pareja. O sea, no es para cualquiera lo cual es una elitización de la carrera académica. Y por otro lado tenemos -que fue la razón por la cual yo renuncié- un vaciamiento de los fondos dedicados a la Investigación que es lo más fundamental, para que los profesores más antiguos y más formados nos vayamos, en momentos en que yo ahora debería estar produciendo a full, me siento desempleada, no me siento jubilada a pesar que voy a seguir trabajando hasta diciembre, nos dan un incentivo para que nos vayamos porque no hay dinero para pagar a las dedicaciones totales. Dedicaciones totales es un docente que se dedique 8 horas por día –en realidad más, porque cuando uno tiene un problema en la cabeza no se lo suelta nunca- y, si vos sos empleada en un shopping sabes que trabajas 8 horas por día, pero cuando te emplea la Universidad te puede emplear por 10 horas, 6 horas, por 20 horas.
HS: Puede ser de mañana o de noche. AM: No eso ni que hablar. Por lo general las clases son de noche porque hay estudiantes que trabajan, eso me parece correcto, eso no es el problema. El problema es que las personas que la Universidad contrata no tienen garantizada ni una jornada de trabajo completa, ni un salario decoroso y para peor aunque sean efectivos, aunque hayan dado concursos pueden ser echados de un día para el otro sin causa y sin indemnización.
HS: ¿Las leyes laborales? AM: La leyes laborales son del siglo XIX en la Universidad de la República, todo lo que es Derecho Laboral cesa. Es decir, imagínate que un trabajador adecuado, que no tiene ningún tipo de problemas en su trabajo, que cumple con sus obligaciones, de un día para el otro pueda ser echado sin causa alguna, sin indemnización y de un día para el otro; sin preaviso.
MAB: Nos preguntamos qué pasa con los pares. Algunos son más mediáticos, muy conocidos, que se toman como referentes, digo por lo que sucedió con Gerardo Caetano, que por lo que contabas, lo que leíamos nosotros en redes, que a Gerardo Caetano se lo planteaste personalmente el problema, pero pasó el tiempo y él no acusó recibo. AM: ¿Por qué primero fui a hablar con Gerardo Caetano? Eso es muy raro, ahora me alegro de haberlo hecho porque puedo venir acá y contarlo. Pero hubo un momento en que yo recurrí a todo el mundo, a los Directores, a los Decanos, al Rector, a los Rectores, sobre todo a (Rodrigo) Arocena que fue el que verdaderamente entregó mi cabeza dos veces -por apoyos o cambio de qué no lo sé porque yo incluso había apoyado su Rectorado-; ahora hay un momento en el cual fíjense yo soy… Todos mis títulos tienen que ver con la Educación, menos Sociología, pero yo soy Profesora, después fui Socióloga, después Magister en Educación, y después Doctora en Sociología de la Educación con Mariano Fernández Enguita que los que están en Educación conocen muy bien, es un español muy destacado en ese cargo. Entonces claro, hay Maestrías en Educación, nunca fui convocada, fui convocada hace millones de años, nunca más fui convocada, y nunca más pude integrar, o tutoriar a alguien, nunca pude integrar Tribunales. Y una vez un amigo que ahora lamentablemente está enfermo, Luis Delio, me consultó si yo quería integrar un Tribunal con él, en una Maestría Interdisciplinaria de Educación. Le dije que por supuesto, que era un gusto, que estaba encantada, cuando propuso mi nombre, mi nombre fue vetado. Entonces, además de Docente de la Universidad yo pertenezco al Sistema Nacional de Investigadores, pero desde siempre, desde que se conformó. Estoy en el Nivel 2, y por más que yo publico y publico -o hago lo posible- siempre sigo en el Nivel 2. Entonces, Gerardo Caetano, que es un personaje importante dentro del Sistema de Investigadores, yo ya había hablado con una persona absolutamente fantástica, que es Rafael Radi, que está en Medicina, pero lo hablé de un modo -él no es de mi área- y lo hablé de un modo más informal. Gerardo Caetano le pedí una entrevista la primera vez, me dejó plantada, la segunda vez fue y se portó conmigo absolutamente estupendo, me abrió su despacho, me escuchó largamente, estuvimos hablando una hora, yo le contaba cuál era el problema, le explicaba que venía a hablar con él, porque quería que se entendiera en el Sistema de Investigadores que si yo no hacía más cosas era porque estaba siendo vetada, me estaban impidiendo hacer Méritos, no me dejaban integrar un Tribunal, no me dejaban integrar una Comisión, no me dejaban dar clases, yo publicaba libros -un libro galardonado por el Ministerio de Educación y Cultura, no pudo ser publicado, porque Marrero ya tiene muchos libros-; y como siempre, cada vez que pienso en esto porque tengo muchos años, por supuesto llanto porque me angustio mucho. Y él estuvo sumamente cordial, dijo: “Bueno, no puede ser Adriana, yo voy a ver con quién hablo”. Me dio un abrazo muy fraterno. Muy bien. Yo no sabía si iba a tener efecto, y efectivamente no tuvo efecto ninguno, pero bueno. Otra cosa fue cuando después que yo renuncio en el momento en que yo hago esto, de mañana yo estoy trabajando, de tarde estoy trabajando, entonces de noche, en lugar de ver televisión, me pongo el youtube, y me pongo a repasar los programas periodísticos a ver qué es lo que se ha dicho, a ver cómo se opina. Entonces bien, vi ‘Buscadores’, que tampoco lo veo, pero vi la entrevista de Caetano y dije, a ver cómo analiza Caetano, no sé la campaña electoral, lo que fuera. Y de pronto, el periodista le pregunta, bueno, sobre el caso de la Facultad de Ciencias Sociales, y él contesta cualquier cosa, se va por las ramas, aquel artículo de El Observador había sido infeliz. Y luego le pregunta de nuevo el periodista: “Si, pero en el caso de Adriana Marrero” y él primero adopta -yo los invito a mirarlo- una conducta corporal, dicen que la conducta corporal no miente. Él está totalmente distendido y cuando le hablan del caso, empieza a tocarse la cara, a rascarse, y simplemente no hace alusión alguna, ninguna… Yo me quedé… Se me partió el corazón. Y se lo voy a decir con claridad: estaba entre la estupefacción y el dolor. ¿Pero este hombre no me escuchó? ¿Es decir, es como que no existo? ¿Qué le podía haber costado a él decir realmente sí, lo conozco es un caso preocupante, seguramente la Universidad va a averiguar o va a investigar qué fue lo que pasó acá? Punto. Eso no lo comprometía, ni siquiera eso. Con Gerardo nos conocemos desde hace 30 años cuando yo trabajaba en el Departamento de Ciencia Política, cuando era el Instituto de Ciencia Política, antes de la creación de la Facultad. No éramos amigos ni mucho menos, pero éramos colegas, compañeros, entonces verdaderamente se arma alrededor de cualquier problema en la Universidad, ¿ustedes se acuerdan del agente F86 y el cono del silencio? Entonces es como en el cono del silencio… Yo tengo un buen amigo que es matemático, Alfredo Jones, un hombre que ya ha culminado hace años su carrera, y le fue otorgado la vez pasada un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de la República. En medio de todo eso, yo dije: “Yo no puedo dejar a mi amigo solo por no ir a la Universidad a ver al Rector, a los ex Rectores”, etcétera. Así que me fui a acompañar a Alfredo, aquí no ha pasado nada, nadie vino y me dijo, excepto mi amigo que bueno ya hablamos por teléfono, su esposa que me dijo ¿cómo estás querida? Excepto eso, nadie se arrimó y me dijo, “Adriana mi solidaridad, ¿qué pasó?” Nadie me llamó a mi casa a preguntarme, “Adriana, ¿qué pasó?”, de la Universidad ni compañeros, nadie. Porque es la lógica de la persecución y del acoso. Es como en el National Geographic, cuando está la manada y un león, unas leonas se enfocan en una presa, los demás la dejan sola, porque que muera una, que sea ella y nosotros nos salvamos. Ese es el comportamiento salvaje que existe en la Universidad, Animal Planet, lamentablemente.
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