“LA VIDA Y LA MUERTE NO EXISTEN COMO SITUACIÓN POSIBLE EN UNA CONTIENDA DEPORTIVA”
- La Juventud Diario
- 3 nov 2019
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Santiago López es psicólogo. Trabaja en el club Rosario Central de Argentina. Fue entrevistado por el portal Globalonet donde habló sobre la tarea que desarrollan estos profesionales en torno al principal deporte del mundo. Compartimos parte de la nota:
¿Está bien hablar de psicólogos deportivos o son psicólogos trabajando con deportistas? En primer lugar somos psicólogos, por ende, nos dedicamos a escuchar el malestar y “lo que no funciona”. La función básica es escucha y lectura de la situación. En segundo lugar, en el marco del deporte, existen una serie de teorías y técnicas que son específicas y que construyen un objeto de indagación y una forma de abordaje. La persona o el sujeto en situación deportiva, en contexto deportivo, precisa un abordaje distinto que una persona en otra situación. Allí es donde está el nudo entre la psicología general y la psicología del deporte. Lo que va a orientar el trabajo siempre va a ser el “problema” que construya el deportista. Es decir un problema para un deportista no tiene necesariamente un tinte negativo. Es un estado de situación que quiere superar o llevar a otro plano. Y esto es tan válido para el atleta que atraviesa un momento de frustración como para el atleta que acaba de terminar una excelente competición y está comenzando a proyectar cómo superarse para la próxima. Lo que siempre hay en común es esta necesidad de superarse y de encontrar los caminos para lograr ese “más allá” que se anhela.
¿Hay deportes más difíciles de afrontar desde lo psicológico o la problemática de cada deporte está relacionada con su contexto particular? Las demandas psicológicas de un deporte se dan en diferentes dimensiones. Los “fenómenos psicológicos” pueden ser ordenados y delimitados no sólo por diferentes teorías, sino también por exigencias mismas de las disciplinas deportivas, como lo es un reglamento, la táctica de un equipo o un atleta individual o el juego del rival. A su vez, el deporte se da en un contexto social e institucional. No es lo mismo la presión que siente un futbolista profesional que se desempeña en primera división del fútbol argentino que la que siente una jugadora de hockey en un torneo de Primera de la Asociación de Hockey del Litoral. Otra dimensión a tener en cuenta es la realidad institucional del club donde se realiza la actividad. La idiosincrasia de la institución, de sus socios, la dirigencia y el proyecto que determinado club despliega para ese deporte, con la composición de un cuerpo técnico y el vestuario.
¿Es posible que al resolver cuestiones personales de un deportista se atente negativamente contra el desenvolvimiento deportivo? La práctica deportiva se da en el contexto de una vida. Esa práctica deportiva puede ocupar mayor o menor “espacio” o “energía” para esa vida particular. Al trabajar algunas cuestiones personales se va a demandar determinada carga de energía psíquica y por ende, determinada carga emocional. Entonces es posible que un atleta se desenfoque de su disciplina porque quizás una cuestión personal cobra más relevancia. Una cuestión personal de por sí va a afectar la subjetividad de un atleta, y debido a su importancia podrá afectar o no su rendimiento.
¿La presión por el resultado es el problema más común para los deportistas de alta competencia? Estamos en una sociedad que supone que el éxito es el mismo para todos, y la realidad es que el “éxito” es distinto para todos. Por eso no hay que confundir niveles, es decir, no es lo mismo “ser el mejor” que “hacer lo mejor posible”. La realidad es que sólo unos pocos pueden aspirar a ser el mejor o los mejores en la disciplina en la que se compita. Por lo tanto suelen establecer objetivos realistas y que tienen que ver con sus posibilidades actuales y con los desempeños que se quieren alcanzar a futuro. Por eso los deportistas de alto rendimiento saben que “hacerlo lo mejor posible cada vez” los acerca a la excelencia personal y muchas veces a competir por un campeonato, un título, una copa o una medalla, sea en la disciplina que sea. Hay que saber distinguir entre una fantasía y una posibilidad real. Generalmente fuente de estrés no es el resultado, sino lo que se asocia al mismo, por ejemplo “salir campeón” para un jugador puede significar sentirse el mejor y para el otro, darle una satisfacción a una persona especial. Ganar un partido puede representar para un técnico la continuidad en su cargo y para un jugador puede ser un escalón más en su carrera profesional que tenga por consecuencia la posibilidad de una venta y un mejor salario. El rol del psicólogo en este punto, consiste en trabajar sobre los objetivos que tiene el deportista, las formas de alcanzarlos por medio de un plan con instancias a corto, largo y mediano plazo, la elaboración de las significaciones que posee la competencia, la derrota, el fracaso o la victoria y el éxito, la importancia asignada a una competición o a un entrenamiento, el sentido que se le da a los aciertos y a los errores, pero sobre todo a la búsqueda de los motivos individuales y colectivos de los resultados esperados y por ende, el esfuerzo invertido.
¿Creés que dentro de los planteles deportivos existen líderes? ¿Los identificás y actuás de manera diferenciada con ellos? Siempre hay líderes, son los depositarios de los ideales del grupo. Son aquellos que poseen un rasgo que otros admiran y desearían poseer. Suele haber líderes estables y líderes situacionales, es decir, que emergen de las situaciones y se colocan una serie de decisiones y procesos al hombro. Hay que tener cuidado con el hecho de que no es lo mismo un líder que una persona que le toca ocupar un lugar de liderazgo. Un líder es un líder porque tiene seguidores y quien está en un lugar de liderazgo puede tener gente que deba seguirlo por el lugar que ocupa y no porque elija seguirlo. Los líderes pueden ser calmos o más sanguíneos, silenciosos o ruidosos, pero tienen además otra característica específica, inspiran, construyen algo. El miedo no inspira liderazgo, por eso no hay que confundir miedo con respeto, esta última característica es propia del líder.
Una de las frases más trilladas del deporte debe ser: “este partido es de vida o muerte”.
¿Cómo se planta la psicología ante este tipo de cuestiones? La atención debe fijarse en otros condicionantes más pertinentes que la vida y la muerte, ya que estas últimas son en lenguaje figurado, es decir, no existen como situación posible en una contienda deportiva. Pueden utilizarse para darle un color emocional a la contienda, como recurso metafórico y folclórico. Jamás se puede preparar una competencia en base a ese tipo de frases. En el profesionalismo se usan muchas veces estas frases de la boca para afuera, pero en el seno del grupo y la preparación, la performance la sostienen otros pilares. El estrés que va a generar una competición se enfrenta con planificación, no con frases condicionantes. Y esto vale tanto para profesionalismo y amateurismo, tanto en niveles formativos como en primeras divisiones.
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