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Educación: formar para el hombre nuevo

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 29 sept 2019
  • 5 Min. de lectura

En nuestra columna pasada expresamos lo que significa para nosotros la enorme responsabilidad de homenajear al Che, tarea que desde los jóvenes de la Unidad Popular se asume año a año con gran alegría por lo que el legado del comandante implica. Al tomarlo como referencia junto a otros grandes revolucionarios, nos permite ver más lejos por estar parados sobre hombros de gigantes.

Nos interesa sobremanera analizar los diferentes postulados realizados por Ernesto Guevara sobre educación, cuestión que como estudiantes consideramos central. El mejor homenaje posible para un revolucionario de la categoría del Che, además de colectivizar el reconocimiento tomándolo como figura unificadora que representa a todos los revolucionarios, es dejarlo expresarse con su propia voz, por lo que les dejamos un fragmento seleccionado de su escrito en 1965 bajo el título de “el socialismo y el hombre en Cuba”. “Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo. De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social. Como ya dije, en momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela. Las grandes líneas del fenómeno son similares al proceso de formación de la conciencia capitalista en su primera época. El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargados de explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha. A continuación viene la esperanza, y en esto se diferencia de los anteriores regímenes de casta que no daban salida posible. Para algunos continuará vigente todavía la fórmula de casta: el premio a los obedientes consiste en el arribo, después de la muerte, a otros mundos maravillosos donde los buenos son los premiados, con lo que se sigue la vieja tradición. Para otros, la innovación; la separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquella a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etcétera. Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas: es la demostración interesada de que una mentira es verdad. En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparato de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra. Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se autoeduca. En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender al camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma. Ya no marchan completamente solos, por veredas extraviadas, hacia lejanos anhelos. Siguen a su vanguardia, constituida por el partido, por los obreros de avanzada, por los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero esta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista”. Este fragmento nos transmite la esencia de la comprensión que el Che tenía sobre el hombre nuevo, necesario para elevar al socialismo de un simple sistema de distribución de riquezas en algo mucho más complejo y desarrollado. En el socialismo debe existir una educación en la que el pueblo destine su rumbo hacia sus propias necesidades y no use y abuse de las ciencias para el beneficio de unos pocos. Implica tomar consciencia del rol de la educación sin engaños, sin mentiras transformadas en verdades para disfrazar la explotación del hombre por el hombre, implica sí utilizar la supraestructura para potenciar y desarrollar un sistema de producción liberado en el trabajo de la acumulación individual del beneficio por la apropiación ilegítima de los medios de producción por parte de privados, cuestión central en el modelo capitalista destinando su educación para la reproducción de ese modelo. La enseñanza debe disponer de un rol preponderante en el desarrollo crítico del hombre inmerso en el trabajo, naciendo de la masa social y no buscando una recompensa individual sino la construcción de una sociedad nueva en beneficio de toda la humanidad. Tenemos coincidencia plena con el desarrollo del Che y la convicción de que es el rumbo que ha de tomarse para la transformación de la realidad de los trabajadores, modificando la estructura productiva, los mecanismos de distribución de los beneficios pero esencialmente la consolidación de los pilares fundacionales de esa nueva sociedad desde la educación en estos términos.

Por esto, los invitamos al acto homenaje el 8 de octubre, día que hace fecha de su caída en combate, a las 18:30 en Plaza Libertad; y a sumarse a los jóvenes del 26 para luchar por la construcción de una nueva sociedad donde no existan oprimidos ni opresores. Pueden contactarse con nosotros para conocernos por mail a jovenes26m@gmail.com, facebook Juventud 26 de marzo e Instagram j26demarzo.


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