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Los proyectos educativos del capital y el 6% que no llega

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 8 sept 2019
  • 4 Min. de lectura

En los últimos días escuchábamos al candidato campeón del gobierno haciendo alabanzas al modelo educativo de Israel y Estados Unidos, poniéndolos como ejemplo aunque aclarando que no sabía qué tan aplicables eran al Uruguay.

Más allá de su aplicabilidad, nos gustaría rebatir el modelo en sí. Nadie puede negar que tanto Israel como Estados Unidos son grandes polos de investigación y desarrollo técnologico a nivel mundial, pero se constituye necesario preguntarnos, ¿de que manera sucede esto? Cuando escarbamos un poco más nos encontramos en primera instancia con que ambos modelos implican una educación completamente mercantilizada: los avances que indicamos previamente se destinan a las necesidades del mercado y al mejoramiento constante de los métodos de producción asegurando una mayor ganancia de las clases dominantes. Esa no es la única manera de mercantilización, sino que la educación se convierte en mercancia en sí misma. Los estudiantes deben asumir deudas eternas para acceder a una educación medinamente de nivel y en muchos casos ni llegan a eso; la educación de calidad se hace excluyente para los hijos de la burguesía garantizando la reproducción de su dominación. Desde estas Universidades elitizantes podemos esperar cualquier cosa salvo el incentivo a pensar en modelos de sociedad distintos. Parafraseando a Galeano: pueden elegir con qué salsa serán comidos, pero si quieren ser comidos o no, eso está fuera de la cuestión. Una suerte de caja pensante impuesta desde la academia que dirige todos sus esfuerzos al desarrollo del capital y su acumulación por la clase dominante, pero no se cuestiona de forma alguna las estructuras vigentes. Hemos tenido anteriormente algunos intentos de que nuestra educación se asemeje al modelo norteamericano. Tal vez recuerdan de haber visto alguna película hollywoodense donde se presenta un determinado instituto de enseñanza que compite con otros por asignación de presupuesto: Esto, por pintorezco que parezca, es una realidad de este modelo ideal para Martínez, y amagaron a instalarse al Uruguay mediante los proyectos Profime y Promejora. En estos nefastos proyectos gestados en pleno gobierno frenteamplista se proponía modificar la asignación de recursos de ANEP en función de las necesidades edilicias y de la población asistente para proponer como alternativa una distribución que logre acompasar la moda conceptual de la meritocracia: se asignarían entonces los recursos premiando aquellos institutos que presentaran los estudiantes con los mejores promedios y menor nivel de desersión. Así solo podría desencadenarse una mayor elitización de la educación ya que se premiarían a los liceos de las zonas de mayor riqueza: donde no hay inundaciones, donde los padres tienen vehículos para llevar a sus hijos, donde pueden pagar tutores y toda la asistencia requerida en caso de que su hijo tenga problemas con alguna materia. Los liceos que tienen estas posibilidades son casualmente los que presentan los menores niveles de deserción y los mejores promedios. En medio de toda esta situación llega la aplicación de las PPP a la educación como solución mediante los centros CAIF en la primera infancia y los liceos impulso o jubilar a nivel de secundaria. Son iniciativas de privatizaciones encubiertas alejadas de la esfera de control estatal de la educación pública a los que se les brinda todas las exoneraciones fiscales posibles como aporte del Estado, pero se termina llevando el crédito la iniciativa privada en contraposición a la educación pública, a la que verdaderamente debería abocar todos sus recursos el Estado, sin dar lugar alguno a la educación privada, o por lo menos, no aportar para ella. Lamentablemente, los proyectos educativos de los representantes del capital van más allá de todo esto. No les alcanza con lo mencionado anteriormente ni con la privatización de UDELAR mediante el traspaso de contenido curricular a los posgrados pagos, sino que algunos de ellos se enbanderan con el proyecto de Eduy21, propuestas de educación elitizante y mercantilizadora si las hay. Presupuesto digno para la educación pública ha sido un reclamo histórico de los estudiantes, hoy siendo el 6% prometido, del que el gobierno afirma que “se tiende a”, tal como si fuera un límite matemático al que se tiende pero nunca se llega, pero, ¿podemos decir que solamente mayor presupuesto para la educación es el cambio necesario? Sin duda que tiene que destinarse 6% del PBI a la educación pública o más, en lugar del 4,4 actual, pero debe acompasarse necesariamente con un programa de educación popular pensando a la enseñanza como liberadora, desarrollando el pensamiento crítico mediante la garantía de autonomía a la academia en plena igualdad, manteniendo el cogobierno en UdelaR y mejorando la representación de estudiantes y funcionarios, extendiéndolo a los niveles secundarios y generando intelectuales al servicio de las necesidades de la humanidad. Los modelos de estos candidatos son reproductores de la desigualdad en la educación por igual, se nos hace imposible como jóvenes entrar en la lógica del menos malo ya que sus diferencias son cada vez más diluidas y sus coincidencias cada vez mayores. Por una educación soberana, los jovenes tenemos una única alternativa real en octubre. El resto, son puro humo. Los invitamos a sumarse a los jóvenes del 26 para enfrentar el modelo único educativo del gobierno y la oposición. Pueden escribirnos al correo jovenes26m@gmail.com, por facebook juventud 26 de marzo y escucharnos en nuestra audición en 1250AM cx36 todos los jueves de 18 a 18:30.


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