Los compañeros en nuestra memoria
- La Juventud Diario
- 27 ago 2019
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GARCIA de GELMAN, María Claudia. Det.-Desap. 24/8/76. María Claudia era de nacionalidad argentina. Había nacido el 6 de enero de 1957. Estudiante de Filosofía y Letras en la Facultad de la Universidad de Buenos Aires, estaba casada con Marcelo Ariel Gelman y estaba en avanzado estado de gravidez, cuando el 24 de agosto de 1976 ambos son secuestrados en Buenos Aires por agentes de la SIDE (Secretaría de Informaciones del Estado) y -según testimonios de otros detenidos- fueron trasladados al Centro clandestino de detención Automotores Orletti. Según pudo conocerse posteriormente, Marcelo fue asesinado y el 14 de octubre de 1976 su cadáver arrojado al Canal San Fernando oculto en tanques de cemento, junto con otras siete personas. Una vez descubiertos los cadáveres, fueron enterrados como NN el 21/10/76 y recién pudo ser identificado en 1989. En cambio María Claudia fue trasladada ilegalmente a Uruguay, siendo alojada en el SID (Servicio de Información de Defensa), en la calle Boulevard Artigas y Palmar, en Montevideo. Diversos testimonios coinciden en que a fines de octubre fue trasladada al Hospital Militar donde luego de dar a luz una niña, fueron retornadas las dos al SID. Hacia fines de noviembre las dos son trasladadas con destino desconocido, presumiéndose que la niña se entregó en adopción y María Claudia fue ejecutada. En el libro “A Todos Ellos” publicado por la Comisión de Familiares de Detenidos Desaparecidos, al final del capítulo referente a María Claudia García de Gelman, figura el dictamen de la Comisión para la Paz: “1. La Comisión para la Paz considera parcialmente confirmada la denuncia sobre desaparición forzada de la ciudadana argentina María Claudia García Iruretagoyena ó Irureta Goyena Casinelli (C.I. 7.808.422 de la República Argentina) porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que: a) Fue detenida en la madrugada del 24 de agosto de 1976 junto con su esposo, Marcelo Ariel Gelman (también desaparecido y cuyos restos fueron luego ubicados en la Argentina), en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires y trasladada al centro clandestino de detención “Automotores Orletti”. b) A pesar de que no tenía ninguna militancia política que la relacionara con Uruguay, fue trasladada en la segunda semana de octubre de 1976, cursando un avanzado estado de gravidez, al Uruguay, siendo alojada en la sede del Servicio de Información de Defensa (SID), ubicado en la Avenida Bulevard Artigas esquina Palmar. c) Se mantuvo en la sede del SID, separada de los demás detenidos que se hallaban en ese centro clandestino de detención, en la planta baja del edificio. d) A fines del mes de octubre o principios de noviembre fue sacada del centro clandestino de detención y llevada al Hospital Militar para el parto, donde dio a luz una niña. e) Después de dar a luz, fue reintegrada junto con su bebé al SID, donde volvió a permanecer separada del resto de los detenidos allí alojados. f) A fines de diciembre de 1976 fue sacada del SID, junto con la niña, que le fue sustraída y entregada a un policía, quien la inscribió como hija legítima.
MORRONI, Fernando y FACAL, Roberto. Asesinados el 24/8/94 en el Hospital Filtro. En 1994 bajo el gobierno de Luis Alberto Lacalle, Uruguay comienza a vestirse de vergüenza prestándose a una burda farsa para dejar de lado la histórica posición sobre asilo político que distinguiera al país durante largo tiempo, a la vez que suscribe un “tratado de cooperación” con España, consistente en el trueque de ambulancias, coches patrulla y préstamos por varios cientos de miles de dólares a cambio de ocho presos vascos. La justicia uruguaya aprobó la extradición de tres de ellos y negó las cinco restantes. El conocerse la resolución, Jesús Goitía, Luis Lizarralde y Mikel Ibáñez, presos en Cárcel Central, inician una huelga de hambre. A los nueve días dejan de ingerir líquidos y su estado de salud se deterioró hasta que el 19 de agosto se los traslada al Hospital Filtro. Al día siguiente unas cien personas comienzan una vigilia frente al hospital. Para el 22 de agosto una importante marcha se encamina hacia el Filtro, sumándose a las miles de personas que a diario recorrían las inmediaciones. El 23 de agosto se realiza un paro general con concentración y marcha desde el Obelisco hasta el Filtro. Simultáneamente se conocía que más de 52 legisladores respaldaban el asilo, mientras el SERPAJ y varias organizaciones de Derechos Humanos realizaban intensas negociaciones con el objetivo de detener la extradición. El miércoles 24 de agosto poco antes del amanecer, se comienza a desatar la represión contra las personas que hacían la vigilia. El clima se fue enrareciendo cada vez más hasta que alrededor de las 17 horas hacen su aparición el plantel de perros y la policía montada, que embiste con los caballos a los manifestantes a la vez que arremeten sable en mano contra todo aquel que encontraban a su paso. Durante varias horas se produce una verdadera batalla campal en las calles de Jacinto Vera. Los manifestantes se refugiaban en los jardines de las casas pero no podían evitar sufrir los efectos de los gases lacrimógenos. En medio de ese clima llegan ambulancias, motos y patrulleros, éstos ya disparando armas de fuego. Al enfermero Esteban Massa le asestan cuatro balazos en la espalda; a las 8 de la noche Fernando Morroni es alcanzado por tres disparos en hombro, tórax y corazón, cayendo muerto en la esquina de Campisteguy y Bvar. Artigas. Carlos Font recibe una herida de bala que le provoca pérdida de masa encefálica. A las 21 horas se apaga el alumbrado público en lo que sería el comienzo del operativo para sacar a los vascos del hospital. La represión continuó por varias horas. En la madrugada Roberto Facal es sacado de su casa, torturado en la calle y rematado de 12 puñaladas. La muerte de Roberto se intentó presentar como un hecho totalmente desvinculado de los acontecimientos del Filtro. El Ministerio del Interior da cuenta de más de 100 civiles heridos graves y varios heridos leves, entre ellos 44 policías, mientras que en el Parlamento el Ministro del Interior, Angel María Gianola, se mostraba compungido porque había sido necesario sacrificar un caballo. Intervino la justicia y en agosto de 1997 a casi tres años de los hechos denominados “La masacre de Jacinto Vera”, el Juez Imas dicta sentencia condenatoria contra el Capitán Jacinto Omar Ojeda, el Teniente Coronel Juan Miguel Rolán (con poder de mando sobre los Coraceros) y los Mayores Héctor Darío Domínguez y Miguel Nery Moura (con poder de mando sobre los Granaderos) como autores responsables de reiterados delitos de lesiones personales graves y gravísimas, fijándoles penas que van desde los doce a los veinticuatro meses de prisión. Como es norma en nuestro país, los militares jamás se hacen cargo de sus acciones y para justificarse o evadir, son capaces de inventar las más burdas mentiras que no resisten el menor análisis. Esta vez no fue la excepción, lo que llevó a que en un aparte de su extenso dictamen el Dr. Imas se preguntara si:“a nadie se le ocurrió que si todos los heridos y el muerto fueron con postas de escopeta de las que usan los grupos policiales, el informe de que las armas no fueron disparadas podía haber sido falso”. Ninguna fuerza policial se hizo responsable tampoco del asesinato de Roberto Facal. Años después recordando los hechos del 24 de agosto de 1994, Josu señala: “El pueblo uruguayo tenía muy asumido lo del derecho de asilo, y no creía que nos expulsarían. La gente se volcó porque creía en ese derecho, aunque la política sea otra cosa distinta. Vieron claramente la injusticia, y la represión por movilizarse contra ello fue verdaderamente dura. Aunque lo agradezcamos mil veces, nunca será suficiente”.
ALTAMIRANO ALZA, Ricardo. Muerte: 25 de agosto de 1976 Argentina. Nació en Mercedes, departamento de Soriano; el 4 de agosto de 1934, del matrimonio entre Armando Altamirano y Leonor Elvira Alza Castro. En los años 70 fue a vivir a la Argentina, radicándose en Buenos Aires, lugar donde se produce su desaparición en 1976 Su nombre no figura en las listas de detenidos desaparecidos de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas de Argentina (CONADEP) ni en las listas de FEDEFAM (familiares uruguayos). Se sabe que su padre muere en 1973 mientras que no se conocen más datos sobre su madre. Ricardo Altamirano es asesinado de un tiro en la cabeza el 25 de agosto de 1976, según los datos que figuran en la partida de defunción correspondiente y fue enterrado como NN junto a otras personas. La identificación fue posible gracias a la investigación que realiza en Argentina el Equipo Argentino de Antropología Forense basándose en partidas de defunción, denuncias, denuncias a nivel judicial, pericias e informes policiales, así como investigaciones en los distintos cementerios del país para ubicar probables lugares donde se hubieren producido enterramientos clandestinos en la época de dictadura. Como consecuencia del incansable trabajo de los antropólogos argentinos, en noviembre de 2009 se produce la exhumación de una tumba NN en el Cementerio Santa Mónica, de Merlo, Provincia de Buenos Aires, donde son encontrados restos de dos masculinos, jóvenes, ambos muertos por disparos de arma de fuego. Uno de ellos resultó ser Ricardo Altamirano, cuya desaparición nunca fuera denunciada y por tanto no figura en ninguna lista. Al momento de su detención y posterior asesinato, tenía 42 años, se desconoce su filiación política tanto en Uruguay como en Argentina. Informada de este caso, la Secretaría de Seguimiento de la Comisión para la Paz estableció contacto con las autoridades argentinas. El próximo paso sería localizar a familiares directos de Altamirano para poder realizar pruebas de ADN. En ese sentido cabe consignar que habría sido localizado en Montevideo un tío, hermano de la madre de Altamirano. Se trata de Ulises Alza, quien sostuvo que Ricardo viajó a la Argentina en busca de trabajo afincándose en primera instancia en Buenos Aires y posteriormente en el interior del país. En Uruguay Ricardo vivió en Montevideo habiendo trabajado en reparto de correspondencia en Carrasco. Ulises Alza tenía noticias de su sobrino a través de otros integrantes de la familia, quienes le dijeron que en Argentina Ricardo había formado pareja con la que tuvo un hijo que murió poco tiempo después. Añadió que "Lo único que sabíamos era que estaba desaparecido" Su hermana, Leonor Alza, madre de Ricardo, murió en una casa de Salud de Montevideo en fecha posterior a la muerte de su hijo. La localización de Ulises Alza es sumamente importante por tratarse de un familiar directo, lo que permitirá confirmar plenamente la identidad de Ricardo mediante el análisis de ADN. Este caso lleva a preguntarnos, cuántos más habrán quedado por el camino sin que ningún familiar o amigo haya hecho la denuncia. Porque no sabían, porque atribuyeron la ausencia de noticias a otras causas; por las circunstancias que fueren. Lo cierto es que tal como se supone hace mucho tiempo, las listas de desaparecidos y asesinados son tentativas, ya que no pueden considerarse cerradas precisamente por todo lo que se desconoce sobre los alcances del accionar de las dictaduras que asolaron nuestros países con el Plan Cóndor.
RODRÍGUEZ DUCÓS, Carlos Ernesto; PIAGGIO BATELLI, Carlos. PÉREZ BUSTAMANTE, Juan Carlos "Nonó". Muerte: 26/8/72. Publicado en Mate Amargo del 17/3/88: ¿Qué pasó la noche en que murieron Carlos Rodríguez Ducós, Juan Carlos Pérez y Carlos Piaggio? De la minuciosa investigación que realizó nuestro periódico, pueden reconstruirse los hechos. Tres jóvenes de 20 años, Eduardo Rossi, Carlos Piaggio y Juan Carlos "Nonó" Pérez, conocidos militantes frenteamplistas en la zona de Camino Anaya -hoy un comité de base del Frente Amplio del lugar lleva el nombre Carlos Piaggio- activos impulsores del Movimiento de Lucha por el Trabajo (MLT) y trabajadores en una de sus cooperativas agrarias experimentales, colaboraban además con el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros). En una modesta casa de bloques, sin revoque y techo de cartón, situada en las cercanías de Tomkinson y Batlle Berres, Villa Sarandí, tanto esos jóvenes como otros militantes del MLN -el más "viejo" integrante de esta organización Carlos Rodríguez Ducós, el dueño del rancho, una muchacha y otro joven- buscaron refugio ante la intensa persecución que sufrían los tupamaros en el ´72, en particular en el mes de agosto cuando sucedieron estos hechos. En una estrecha pieza -estaban construyendo otra- los siete compartieron semanas de penuria y solidaridad. En la madrugada del 26 de agosto, alrededor de la hora dos, efectivos del ejército rodearon el rancho; al percatarse Rodríguez Ducós, efectuó un disparo desde adentro que fue respondido con ráfagas de M1 por parte de los militares. Ante la abrumadora superioridad del fuego, los habitantes del rancho se rindieron, pero demoraron su salida para evitar una masacre como las que habían sucedido en situaciones similares. Los comenzaron a gasear. Los soldados que estaban detrás del rancho, víctimas también de los efectos del gas, fueron recogidos por un "ropero" de la Metro al mando de José Felipe Sande Lima, quien había acudido al lugar sin esperar la autorización central, al recibir por radio el pedido de ayuda del Ejército. Cuando los ocupantes del rancho abrieron una banderola de la pared trasera -hoy tapiada como se ve en la foto- para que entrara aire, verificaron que desde esa dirección no se efectuaban disparos. Rodríguez Ducós decidió quedarse a cubrir la retirada de sus compañeros que se hizo por dicha ventana con el propósito de huir por el bañado. En su relato, Stella cuenta que Rodríguez Ducós salió luego armado por la puerta de adelante y fue acribillado. Tres de los que salieron por la ventana lograron huir, pero a los pocos metros Eduardo Rossi -quien resultaría ileso y el único detenido vivo-, Carlos Piaggio y Carlos Pérez fueron sorprendidos por el fuego de un destacamento. Eduardo, más separado de sus compañeros, simuló estar muerto y sintió los quejidos de los heridos. El grito de "por la patria" de Nonó y un diálogo que alcanzó a tener Carlos Piaggio con un vecino demuestran que éste y Pérez no habían recibido todavía -como después se verificó en sus cadáveres- los "tiros de gracia" en la cabeza. Desarmados y heridos -testifica el granadero Stella- son ultimados por Sande Lima. Parecería que los encargados del operativo por parte del Ejército -cuyos nombres posee Mate Amargo- no dieron la orden para que los asesinaran y que ni siquiera se enteraron del suceso inmediatamente; por el contrario, informaron por radio que volvían a la unidad con un muerto -Rodríguez Ducós-, un detenido -Rossi- y dos heridos Piaggio y Pérez." Edmundo Canalda
CRUZ BONFIGLIO, Mario Jorge. Detenido-desaparecido el 26/8/76 en Argentina. Nació el 15 de agosto de 1955 en Montevideo. Militaba en la ROE y se había trasladado a Buenos Aires, donde vivía en una pensión de la calle Corrientes. Ya en Argentina su militancia política fue en el P.V.P. y estaba vinculado a Washington Cram. El 26 de agosto de 1976 sobre las 21 horas, un grupo de personas de civil que manifestaron ser policías hicieron un allanamiento en la pensión que vivían, llevándoselo con destino desconocido. El informe preliminar de la Comisión para la Paz a la Presidencia de la República de octubre de 2002, en el capítulo II referido a: "Denuncias sobre ciudadanos uruguayos presuntamente desaparecidos en la Argentina" expresa que: "4. Las denuncias referidas a ciudadanos uruguayos presuntamente desaparecidos en la Argentina que recibió la COMISIÓN -incluyendo a 3 extranjeros cónyuges de ciudadanos uruguayos también desaparecidos- ascienden a 176. 5. Las conclusiones son las siguientes: d. Considera confirmadas parcialmente 34 denuncias más, en función de que existen elementos de convicción relevantes que permiten asumir que las personas que se individualizan en ANEXO VIII (en el caso de Mario Cruz Bonfiglio en el Pozo de Automotores Orletti) fueron detenidas en procedimientos no oficiales o no reconocidos como tales y existen indicios de que habrían estado detenidas en centros clandestinos de detención.
DEL FABRO DE BERNARDIS, Eduardo. Desaparecido 27/8/75. Nació el 12 de marzo de 1950 en Montevideo, Uruguay y pertenecía al Movimiento 26 de Marzo. Radicado en Argentina contrajo matrimonio del que nacieron dos hijas: María José e Inés María y se presume su vinculación al ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Eduardo fue detenido el 27 de agosto de 1975 en Guernica, Provincia de Buenos Aires, Partido de Avellaneda, en un operativo policial. La casa donde vivía con su familia fue allanada procediéndose en ese momento a apoderarse de los documentos personales de Del Fabro y su esposa. El informe preliminar de la Comisión para la Paz a la Presidencia de la República de octubre de 2002, en el capítulo referido a “Denuncias sobre ciudadanos uruguayos presuntamente desaparecidos en la Argentina” expresa: "4. Las denuncias referidas a ciudadanos uruguayos presuntamente desaparecidos en la Argentina que recibió la COMISIÓN -incluyendo a 3 extranjeros cónyuges de ciudadanos uruguayos también desaparecidos- ascienden a 176. 5. Las conclusiones son las siguientes: a. Considera confirmadas 13 denuncias, en función de que existen pericias oficiales y acciones judiciales -ya culminadas o en trámite- que demuestran formalmente que las personas que se individualizan en ANEXO V ( una de ellas Eduardo Del Fabro) fallecieron y fueron sepultadas en tumbas NN en cementerios de la Provincia de Buenos Aires." El informe añade que fue enterrado en el Cementerio de Avellaneda de la República Argentina y que falta confirmar si sus restos fueron reducidos. Finalmente en el libro “A todos ellos” se indica que: “Por instrucciones de la Cámara Federal Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de Buenos Aires, con la colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense y el patrocinio de la Comisión para la Paz, se obtuvieron las pericias forenses realizadas a un cuerpo NN hallado el 10 de setiembre de 1975 en Cno. Juan B. Justo, a 300 metros de la Ruta Panamericana, localidad de Sarandí del Partido de Avellaneda. Realizadas las comparaciones de las fichas dactiloscópicas se pudo concluir que coincidían con las de Eduardo del Fabro. El cuerpo fue hallado por un vecino del lugar, se encontraba envuelto con una manta, desnudo, con los ojos vendados y presentaba quemaduras en diferentes partes del cuerpo y otras lesiones de entidad. El cuerpo fue inhumado como NN en el Cementerio Municipal de Avellaneda. Sus restos no han sido recuperados”.
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