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Editorial: El mal menor es estar cada vez peor, ahora a cambiar

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 16 ago 2019
  • 2 Min. de lectura

El Ministerio de Exteriores de Rusia reveló un plan para entrenar a supuestos refugiados venezolanos en una base militar británica en Guyana. “A ese lugar han sido trasladados ya decenas de supuestos refugiados venezolanos, pero lo cierto es que se trata de gente que llegó a ese lugar para recibir entrenamiento e integrar grupos de sabotaje y espionaje”, dijo la portavoz de la Cancillería, María Zajárova. Indicó que “los británicos están culminando la construcción de esa base militar en una de las islas en la desembocadura del río Esequibo” presuntamente con el pretexto de combatir “el contrabando de armas y drogas”. La diplomática alertó que el objetivo final es desplegar esos grupos en territorio venezolano para desestabilizar la situación y perpetrar actos terroristas. Venezuela y Guyana mantienen una disputa por la región del Esequibo desde 1966, aunque las tensiones comenzaron en 1899, cuando Venezuela fue despojada de 160.000 kilómetros cuadrados, a través de lo que el Gobierno denomina como el “Laudo arbitral de París”, donde el Reino Unido entregó a Guyana esa parte de su territorio. Las declaraciones de la portavoz rusa, muestran la gravedad de la situación y cómo se tensa la cuerda contra el pueblo venezolano y el presidente Maduro. Los hechos son evidentes, claros, transparentes, los EE.UU. y sus aliados quieren el petróleo y el gas venezolano y sus multinacionales se relamen por extraerlo y comercializarlo. Por eso han boicoteado, desestabilizado y agredido desde siempre al gobierno de H. Chávez y de N. Maduro. Los dirigentes frenteamplistas antes se sentían amigos, iban y venían, había intercambio político y comercial, desde Venezuela hubo ayuda solidaria. Hoy ante el apriete yanqui, los ataques y acusaciones de los más importantes dirigentes y candidatos del FA están en línea con lo que dice EEUU, la OEA y Luis Almagro. Para ganar un voto ahora que no hay viento de cola pero sí de la derecha internacional, sirve todo, aplaudir M. Macri y J. Bolsonaro por el acuerdo Mercosur – Unión Europea y planear ajustes junto a los candidatos de la derecha tradicional. Se ha logrado hacerle creer a los trabajadores y el pueblo que tener una buena salud, buena alimentación, buena vivienda, buena educación, una jubilación digna, desestabilizan la economía del país y que es mejor vivir con el cinturón ajustado y el bolsillo vacío. Que cuando la economía crece, cuando el vaso se llene y empiece a derramar es cuando el pueblo recibirá lo que se merece. La famosa teoría de hacer crecer la torta o la del vaso lleno y derramando, ha calado hondo en filas oficialistas, con nombres tal vez más técnicos, con más detalles y la prueba más clara es el acuerdo con UPM. La gran mayoría del PIT CNT ha aceptado tercerizaciones, pérdidas de beneficios laborales, en muchos casos firmó acuerdos de salarios a la baja. La zanahoria está delante del burro llevada por los dirigentes que se abrazan a las políticas fondomonetaristas, diciendo que es preferible el mal menor, ganar menos que quedarse sin trabajo, pero la única realidad es que las grandes empresas cada vez ganan más, condicionan más al país y a los trabajadores. No hay mal menor cuando vas de mal en peor, ¡son horas de cambio, tiempos de UP!


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