Lo que no viste por la TV Cárcel PPP Unidad 1 Punta de Rieles: modelo de un gobierno privatizador
- La Juventud Diario
- 11 ago 2019
- 7 Min. de lectura

¿Recuerdan antes, cuando los presidentes de derecha cortaban cintitas durante la campaña electoral? Este jueves se inauguró la Unidad 1, cárcel de Punta de Rieles con más de 1.550 internos presentada como el modelo de rehabilitación, de primer mundo y de hacia dónde debe ir el sistema penitenciario en el Uruguay del siglo XXI. Autoridades del Poder Ejecutivo, de la Justicia, del Instituto Nacional de Rehabilitación y la prensa recorrieron las instalaciones. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, brindó una conferencia de prensa revelando las bondades del recinto construido y gestionado por modalidad de participación público privada (PPP) y con un discurso de mano dura a los delincuentes, responsabilizando a los privados de libertad por las malas condiciones en las que se encuentran recluidos en el resto de las cárceles y que por eso se resisten a permanecer en la cárcel modelo.
En un Uruguay con una violencia social creciente y desde el oficialismo y la oposición de derecha se propone más mano dura hacia la delincuencia, tenemos un sistema carcelario con absoluto hacinamiento y violaciones sistemáticas a los derechos humanos que no rehabilita, y donde en esas condiciones se liberan más de cinco mil presos al año que en su inmensa mayoría en el afuera tampoco accede a condiciones dignas de vida. No es solo una insuficiente política dirigida a los liberados, sino que el modelo de país restringe a los sectores populares el acceso digno al trabajo, salario, vivienda, educación, salud, alimentación. ¿El resultado? Con una altísima tasa de cantidad de presos por habitantes, unos 320 cada 100.000, casi el 70% reincide en el delito. Mientras la teoría, confirmada con la experiencia en el mundo y también en nuestro país demuestra que los mejores resultados en cuanto a la rehabilitación se registran en centros de reclusión pequeños, bien dotados de infraestructura y recursos humanos, educación, trabajo y actividades fuera de la celda, ¿cuál es la solución que se ofrece? Megacárceles con miles de plazas, bajo una modalidad privatizadora donde la mercancía son las propias personas. Veamos algunos elementos que no estuvieron presentes en los informativos centrales pero que dan cuenta de la verdadera cara de la “cárcel modelo” del gobierno, que da cuenta del modelo fracasado del gobierno que ha mostrado su incapacidad de resolver los principales problemas de la gente apostando en cada paso a beneficiar al capital.
¿Modelo de inauguración?
El jueves 8 de agosto de 2019 se inauguró la Unidad 1 de Punta de Rieles con unos 1.553 internos, sin embargo el centro de reclusión venía trabajando hace más de un año y medio. Además de acompañarse con una actividad pública en plena campaña electoral, lo cierto es que nunca podría haberse inaugurado cuando no estaba terminada la construcción. Además de las dificultades que pueda ocasionar el movimiento, la presencia de obreros, herramientas, materiales de construcción y escombros, se registró una irregularidad al menos en cuanto al espíritu de lo que plantea la nefasta y privatizadora ley de PPP. La misma establece que el privado se hace cargo de la obra encomendada, que recuperará con creces, cuatro o cinco veces más que el valor de la inversión, cobrando cuotas año a año en entregas semestrales durante 20 ó 30 años, con la contrapartida de garantizar durante ese período el mantenimiento de la obra y quedándose con parte de la gestión. Según la ley de PPP el privado comienza a cobrar una vez culminada la obra, sin embargo la Unidad 1 de Punta de Rieles funciona desde comienzos de 2018 y desde entonces estamos pagando por ella, aunque recién fue inaugurado esta semana.
¿Modelo arquitectónico?
Recordamos cuando el gobierno defendió el diseño de la Unidad 1, algo que fue reafirmado por el ministro Bonomi este jueves, donde la misma fue construida de modo que los elementos de infraestructura no pudieran ser vandalizados por los internos. Sin embargo la realidad es que los “cortes carcelarios” son moneda corriente, todo se convierte en arma blanca, y así se refleja en el funcionamiento cotidiano donde todos los días llegan internos a la enfermería lastimados. Los sistemas de seguridad del primer mundo no son tales; tiempo atrás se viralizó un video donde se enfrentaron internos de un módulo a otro vulnerando los “rastrillos” que dan acceso a los mismos, empuñando elementos de todo tipo, demostrando que si no se han registrado peores sucesos, es porque los internos no han querido. La cárcel modelo fue inaugurada este jueves con 3 muertes en su haber, dos asesinados y un suicidio.
¿Modelo de rehabilitación?
Días atrás en la inauguración se destacaba la limpieza de la cárcel PPP, el estricto horario para levantarse, los talleres de trabajo, las aulas de estudio, las actividades culturales y extracurriculares, los deportes. Si bien es cierto que cuando inició su trabajo los distintos talleres y áreas educativas y laborales funcionaban en buena forma, nadie podría asombrarse si se dijera que se trata de una exageración las expresiones en cuanto al aseo o los hábitos; es habitual que cuando uno abre las puertas de su casa se despierta temprano y presenta todo lo visible de la mejor forma. Pero cuando el ministro Bonomi afirma que los presos piden ser trasladados de allí porque no se bancan levantarse temprano, trabajar, estudiar, hacer deporte y estar en un ambiente digno, y que prefieren el hacinamiento y la mala alimentación, nos vemos obligados a revelar otros elementos que son deliberadamente omitidos. Considerando que son importantes para la rehabilitación, todas las actividades ya sean educativas, laborales, talleres u otro tipo de tareas que pueden realizar los internos se rigen bajo un sistema que canjea las horas en las que se participa por reducción de la pena a cumplir. El afán por mostrar los excelentes números de la cárcel modelo, lleva a ponderar la cantidad de ppl (personas privadas de libertad) que participan de las actividades por encima de los resultados que ofrece. De esta forma en los hechos, en lo individual el acceso a la oferta de actividades se ve restringida. Los internos, quizá no por un altruismo de trabajar y estudiar más y rehabilitarse, sino en la búsqueda de pasar más horas a la semana fuera de los pabellones de reclusión o para lograr reducir el tiempo de condena, aspiran a conseguir el traslado buscando tener mayores posibilidades en algún otro centro.
¿Modelo de trabajo?
La cárcel PPP tiene unas 1.900 plazas, por las cuales el privado cobra día a día por cada una de ellas que esté disponible, esté ocupada o no. A comienzos de 2018 comenzó a trabajar con algunos cientos de internos, que seis años después ascendía a una cifra cercana a los 800. Ya desde entonces, la carga laboral para los operadores penitenciarios, preparados con anticipación para desempeñarse en la Unidad 1 de Punta de Rieles, ha ido en aumento. En los últimos meses el centro penitenciario ha sufrido importantes cambios; la custodia ha pasado a manos de la Guardia Republicana y la población carcelaria se ha incrementado en mucho más del 50%, superando hoy los 1.500 privados de libertad. Es lógico afirmar que para que una cárcel pretenda ser modelo de funcionamiento y de rehabilitación, no basta con tener un diseño de infraestructura de primer mundo y maravillosos planes educativos, laborales y recreativos en los papeles, sino que depende en gran medida de los trabajadores que puedan llevar adelante el correcto funcionamiento y ejecución de los protocolos dispuestos. Ya antes de los masivos traslados desde otras cárceles a la Unidad 1 de Punta de Rieles, los recursos humanos eran insuficientes. Las autoridades tenían previsto el ingreso de una nueva camada de funcionarios, que según supo la Juventud ya se realizó el llamado y están orientando dentro del penal. ¿Pero si esa sería la solución cuando había menos de mil internos, serán suficientes para los 1.500 que hay actualmente? Y si aún no terminó de oficializarse el ingreso de la segunda camada de operadores, ¿tendrán previsto llegar a tiempo con personal suficiente para satisfacer cuando se ocupen las otras 300 plazas disponibles, y por las que ya estamos pagando? Pero por sobre todo, ¿en qué condiciones están trabajando los funcionarios hoy, atendiendo el doble de población carcelaria? Tres semanas atrás había unos 1.200 internos que ha superado los 1.500 con los traslados desde el ex Comcar, algo a lo que ha intimado la justicia por un habeas corpus presentado por el comisionado parlamentario para el sistema carcelario Juan Miguel Petit y Juan Ceretta, quien dirige el Consultorio Jurídico y Litigio Estratégico de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República. “(La Unidad 1 de Punta de Rieles) Está en esa etapa muy compleja de poblamiento, ya que son personas que vienen desde distintas unidades”, indicó Petit ya en aquel momento. La versión maravillosa de las autoridades ya la conocemos, pero no es fácil acceder a la de los trabajadores, dado que existe una suerte de estatuto del funcionario que no lo permite. Según pudo averiguar la Juventud a través de fuentes no oficiales, los recursos humanos están completamente desbordados. Un solo operador al frente de un módulo entero durante todo el turno se vuelve cada vez más usual. Y no son las condiciones fantasiosas que se mostraron el jueves en la TV, lidiar con los problemas cotidianos entre los reclusos que comparten espacios comunes llevan a los trabajadores a quedar en medio de enfrentamientos con arma blanca, siendo usados como escudo. Para superar este tipo de situaciones, nada peor que encontrarse otro día más y otro también, siendo un solo operador para atender todo el módulo. La insuficiencia es tal que algunos turnos se sabe a qué hora empiezan pero no cuando terminan. El rápido aumento en la población carcelaria y el ingreso de la Guardia Republicana han generado un caos en la gestión y la organización del trabajo. Órdenes y contraórdenes se han vuelto habituales, en una cárcel donde coinciden autoridades del centro penitenciario, de la empresa privada e incluso ahora de Cárcel Central, dado el reciente traslado.
La rehabilitación no es un juego y el sistema carcelario no es un spot de campaña electoral; mientras las autoridades hacen discursos en todos los canales, son los privados de libertad y los trabajadores los que padecen día tras día, también en la megacárcel privada.
Entradas relacionadas
Ver todoLa posibilidad de aumentos de tarifas y de impuestos había sido negada enfáticamente por el presidente Luis Lacalle Pou durante la...
En estos días es evidente que ante un nuevo aniversario del Movimiento 26 de Marzo, muchas cosas y conceptos se ponen sobre la mesa en...
En los últimos tiempos han ido surgiendo en forma cada vez más amplia problemas y situaciones cada vez más difíciles de atender, con las...
Comments