Jóvenes de Gaza hacen deporte en patineta desafiando la difícil situación que viven

La ciudad de Gaza, por lo general, es un lugar ruidoso. Está lleno de vendedores ambulantes que gritan, y los conductores tocan las bocinas de sus autos sin cesar, pero en el puerto de la ciudad se puede escuchar también un sonido desconocido para muchos: el de las patinetas. Las rampas y las salientes a unos cientos de metros del mar pueden no parecer mucho, pero constituyen el primer y único parque de skating en el enclave palestino. Los jóvenes que van al lugar casi todos los días dicen que les brinda una oportunidad única para divertirse en Gaza, detenidos físicamente por el bloqueo israelí, y mentalmente por una cultura conservadora. Se llaman a sí mismos “Gaza Youth Skate”, (Jóvenes patinetistas de Gaza), un grupo de aproximadamente 20 jóvenes que realizan sesiones de entrenamiento semanales supervisadas por dos entrenadores, que ven videos en Internet para mejorar sus habilidades. Los equipos para el patinaje son difíciles de conseguir en Gaza, donde la pobreza es profunda; y tampoco pueden adquirirlos en Israel o Egipto por razones de seguridad, pues mantienen estrictas restricciones en la frontera. “Recorremos los mercados buscando material de segunda mano. Lo recolectamos y lo adaptamos”, dice Mohammed al-Sawalhe, uno de los entrenadores. “Intento cambiar la forma de pensar de los chicos y tratar de no pensar en el bloqueo, las fronteras y la muerte, y pensar en el deporte”.

Rajab Reefi, de 23 años, es oficialmente un constructor, pero no hay mucho trabajo debido a la economía estancada de Gaza. “Nos encanta el skate, pero más que eso, nos encanta vivir. No solo queremos estar aquí, queremos ir a competiciones internacionales para mostrar al mundo occidental que los palestinos, y nosotros en Gaza, no vivimos solo la guerra y la destrucción. Vivimos por la libertad, aunque estemos bajo un bloqueo”. La práctica de este deporte también está creciendo en la Cisjordania ocupada por Israel, la otra parte importante de los territorios palestinos, con varios parques construidos.

Para construir el parque, que se completó en enero, el Centro Cultural Italiano en Gaza superó obstáculos administrativos israelíes para poder traer unas pocas docenas de patinadores al año. En cada visita se quedaron varias semanas, construyendo el parque y también capacitando a jóvenes. “La coordinación necesaria para que 30 personas pasen por Erez (punto de control israelí) no es fácil”, dijo Sami Abu Omar, parte del equipo del centro cultural.