A lo oscuro, donde no llegan los flashes oficiales: Los afectados por UPM que no salen en las fotos
- La Juventud Diario
- 27 jul 2019
- 5 Min. de lectura

La Administración Nacional de Puertos (ANP) y la empresa UPM firmaron, este jueves 25, el acuerdo para construir una terminal especializada en celulosa en el puerto de Montevideo, con un acceso ferroviario para posibilitar la descarga directa de la producción hacia los buques. La inversión, a cargo de la firma finlandesa, suma unos 280 millones de dólares, informó el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi. Así lo consignaba el jueves el Portal de Presidencia, bajo el título: “Comienza en puerto de Montevideo construcción de terminal especial para celulosa tras firma de acuerdo Gobierno-UPM”.
Para el momento de la firma y que el gobierno pudiera anunciar que comienza la construcción de la terminal celulósica, con apenas una semana de antelación se expulsó a más de 500 trabajadores con sus empresas, infraestructura y proveedores, para trasladar toda la operativa portuaria que allí se realizaba para dejar la zona despejada para la multinacional. Ofrecemos nuestra presentación de la noticia y los testimonios de tres trabajadores horas antes de tener que abandonar la zona (en próximas ediciones brindaremos más testimonios de quienes realizan diversas tareas), desmantelando sus galpones y talleres al tiempo que realizaban los trabajos de rutina en plena zafra.
Firma del acuerdo
Se firmó acuerdo para la construcción de la terminal de celulosa para UPM en el Puerto; la ANP cedió para ello 9 hectáreas que van desde la calle Colombia hasta el codo con la vieja Central de AFE. Esto incluye todo el Malecón -es decir el muro del Muelle Mantras-, la planta y talleres del Dique flotante Tsakos. Nueve hectáreas, 90 mil metros cuadrados cedidos a UPM. Para el desarrollo de la obra, la empresa finlandesa invertirá unos 280 millones de dólares y una vez concluida UPM tendrá un acceso directo por ferrocarril desde la fábrica a una terminal portuaria que funcionará bajo el régimen de concesión. Consultado por la cláusula que le permite a UPM dejar sin efecto todo el negocio por su sola voluntad, sin pagar multa, el ministro Víctor Rossi dijo que no es su especialidad los temas jurídicos y que él se dedica a la infraestructura. Sin embargo responde preguntas como por qué vienen y por qué se van las inversiones... Rossi agregó que el nivel de inversiones de UPM en el país “es tan importante” que retirarse le supondría a Uruguay consecuencias nada favorables. Además de la terminal y la vía de ferrocarril directo a la terminal desde la planta, tendrá el viaducto y no descartó otras obras que puedan llegar de la mano de éstas: por ejemplo un ajuste de la terminal granelera que está frente a la Central Batlle, y en Puntas de Sayago. Para Puntas de Sayago se acaba de cerrar un llamado a interesados y se aprestan a estudiar las propuestas.
Testimonios de los trabajadores
La Juventud ingresó a la zona en pleno desmantelamiento y mudanza, y dialogó con los trabajadores, brindando cámara y micrófono que no les dio Presidencia y los grandes medios, para conocer cómo viven esta apropiación de UPM de estas 9 hectáreas del Puerto. “Nosotros somos mecánicos de tierra en los barcos. Hacemos mantenimiento de una empresa, trabajamos directo para ella”, nos mostraba un trabajador. “Este era el taller nuestro, ahora nos dan un contenedor solo y nos vamos a un muro que no tiene ni vista para los barcos chicos… donde atraca el barco tenés cada 50 metros. Acá tenemos el tamaño de 4 contenedores y nos pasan a trabajar en 1 y medio, porque tenemos medio compartido con otra empresa. Pero todo esto que tenemos acá no va a poder ir obviamente”. “Allí a donde vamos todavía no hay luz, no hay agua, te dan solo el contenedor, manejate con eso. Después supuestamente van a poner”, nos decía con total incertidumbre. “Y aparte lo tuvimos que acomodar todo de apuro. El miércoles avisaron, a mí me llamaron por teléfono el jueves: tienen que desarmar todo. Con barcos trabajando, en operativa en plena zafra. Te complica”. Nos explicó que “Esto tiene una zafra, entonces están los barcos de salida que tenés que estar entrando y haciéndole mantenimiento, y aparte de apuro la mudanza porque según una carta que nos entregaron a las 6 de la tarde de hoy (miércoles 24) te trancan acá y lo que dejes no te lo dejan sacar y lo perdemos. Y así estamos. Después de esto, queda UPM”, afirmó. Sobre lo que les implicó este traslado, nos contaba: “Estamos desde ayer todo el día, desde las 6 de la mañana. Hoy también. Tratando de sacar todo de apuro, haciendo lo que podemos antes de la hora límite. Gente de trabajo, gente de familia, de un día para el otro nos cambian las condiciones”. En ese sentido, dijo que “Desde hace meses se viene diciendo que supuestamente nos vamos a ir por UPM, pero siempre supuestamente. Pero no fue que en tal fecha nos vamos, el comunicado fue el miércoles pasado, a mí me avisaron el jueves: el miércoles se tienen que ir”. Hablamos con otros trabajadores que hacen changas en la pesca, durante la zafra. “En mi caso yo pertenezco a la pesca. Tengo la changa acá como todos los años, y este traslado por UPM afecta a toda la gente de la pesca, a los galpones y a las empresas. En montones de cosas. Allá capaz que estás a contramano”, nos decía. “Yo hace 12 años que estoy acá más o menos y es el sustento de la familia. De todos, no solo yo”. Sobre el nuevo destino, nos dijo: “Ahora nos vamos a trabajar en otro lado, pero tenemos incomodidades e insuficiencias allá. Porque vinieron así de golpe ¡y prácate!, pusieron contenedores y vamos todos para ahí. Han corrido los galpones de acá, de allá -nos señalaba-, el (dique de) Tzakos, todo”. Los trabajadores no fueron tenidos en cuenta. “Acá trabaja montones de gente, cientos, y todos afectados por este cambio de operativa. Y no hubo ninguna consulta a nadie, al menos en nuestro caso no, no sé a la otra gente”. “Aparte no se sabe qué se va a hacer con los galpones, vinieron de un día para el otro diciendo que hay que vaciar los galpones, y la infraestructura de esto acá no se sabe qué va a pasar”. Otro trabajador de la pesca, con muchos más años en la tarea, nos decía que “Estos galpones tienen más de 10 años, antes estaban en el fondo y los pasaron para acá, donde tenemos las comodidades para trabajar. No podés compararlos con un container. Acá tenés espacio, en el container estás encerrado con todos los materiales y tenés que vivir ahí adentro”. “Allá no hay baños. No sabemos si irán a poner baños químicos o qué, por ahora estamos así nomás”, agregó con la misma incertidumbre que el resto.
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