Columna: El rastrillo izquierdo del progresismo es trucho
- La Juventud Diario
- 25 jul 2019
- 2 Min. de lectura

Escribe: Prof. Andrés Freire
Mientras el candidato a Presidente por el progresismo, el Ingeniero Daniel Martínez anuncia su voluntad política de acordar en todos los grandes nacionales con la derecha tradicional, la candidata a vicepresidenta enuncia un discurso de barricada estableciendo una contradicción principal “oligarquía o pueblo”, la que en sí es correcta, el problema es que quienes están del lado de UPM 2, de las PPP, de la ley de riego, de la ley de usurpación, están del lado de la oligarquía y el capital extranjero, no del pueblo. Ahora bien, la estrategia no es para nada nueva, tenemos como ya hemos establecido un rastrillo derecho en operaciones, ese es el papel del candidato presidencial, y tendríamos un rastrillo izquierdo tocando las emociones de quienes amenazan por salir del corral progresista en Octubre. La cuestión es que esta vez el rastrillo izquierdo es trucho, y aquí no nos referimos a la persona que merece todos nuestros respetos, sino a los posicionamientos políticos e ideológicos: ¿una edila electa por el astorismo llamando a resistir la embestida restauradora neoliberal? ¿Una dirigente política que apoyó a Mario Bergara tocando clarines para enfrentar al imperialismo, o a la oligarquía? Es más o menos lo mismo que un carnicero abogando por el veganismo o un traficante de armas llamando a la paz. Cuando el 24 de agosto del 2015 el gobierno de todo el Frente Amplio decidía no negociar con los trabajadores de la educación e incumplir su promesa del 6% del PBI, fue Astori uno de sus principales impulsores en el Consejo de Ministros, eso nos daba cuenta la prensa de la época, a su vez en todas las “negociaciones” salariales en el sector público la traba fue siempre la misma, los no del excelentísimo ministro de economía. Ahora bien: ¿Puede ser una representante de izquierda alguien que hasta ayer estaba en las listas municipales del astorismo? Como si eso fuera poco, la señora Villar hizo campaña por Mario Bergara, el precandidato salido del riñón del astorismo, el que ha manifestado posiciones concordantes con la derecha tradicional en educación y en seguridad social por ejemplo. ¿Puede ser una dirigente de la izquierda alguien que hizo campaña por Bergara? La respuesta para las dos preguntas es la misma, la fórmula presidencial del Frente Amplio si bien esboza dos discursos contradictorios al mismo tiempo, no es coherente solo en apariencia, porque en esencia es totalmente coherente, es derecha derecha, por un lado el candidato presidencial apoyado por Astori y por otro lado una candidata a vicepresidente que anteayer estaba con el mismo señor ministro y excelentísimo ex vicepresidente y ayer con el delfín frustrado del mismo. Por lo que el Frente Amplio va a esta elección con un rastrillo izquierdo, que en realidad es trucho, porque lo real debajo de lo aparente, es que así como no existe un gobierno en disputa desde mediados del 2005, tampoco hay Frente Amplio en disputa, los caminos que se recorrieron no tienen retorno, y por más que un Valenti despechado se enoje y critique con dureza, a lo que él cuestiona es al fruto mismo de sus desvelos. Nuestra senda, dura y reconfortante a la vez, consiste en barajar y dar de nuevo. Somos Izquierda (una izquierda de verdad) y Somos Patria (oriental, no finlandesa).
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