Columna La verdadera oposición
- La Juventud Diario
- 24 jul 2019
- 3 Min. de lectura

Según un estudio que se acaba de publicar con la firma de Gerson Texeira, ex presidente de la Asociación Brasileña de Reforma Agraria, en sus primeros 200 días el nuevo gobierno de Brasil aprobó 239 agrotóxicos. Esa cifra es un escándalo si tenemos en cuenta que la UE en los últimos ocho años aprobó 229. ¡En menos de seis meses Bolsonaro aprobó más agrotóxicos que la UE en 8 años! GRENPEACE denunció que de esos 239 productos aprobados en este breve tiempo, 43% están clasificados como “extremadamente tóxicos” y el 31% está prohibido en la UE. Con buena razón dice esta ONG que Brasil “se está inundando de veneno”. La gran excusa de Bolsonaro es que abriendo el mercado a la mayor variedad de ofertas, bajan los precios de estos productos con lo que el país mejora su competitividad internacional. Ese argumento típicamente capitalista prioriza la rentabilidad por encima de la salud de las personas, ya que está sobradamente demostrado que cuanto más químicos se utilizan, más enfermedades padece la comunidad. Marina Lacorte, coordinadora de la campaña de Alimentación y Agricultura de Greenpeace, lo dice claramente: “cada vez más venenos llegan a la mesa del pueblo brasileño”. Con Bolsonaro como Presidente, la llamada “bancada ruralista”, integrada por miembros de la poderosa clase terrateniente, evita discusiones parlamentarias para aprobar sus iniciativas que ahora son impuestas por decreto desde el Poder Ejecutivo. Según cifras del MST de Brasil, actualmente el 50% de las tierras brasileñas son propiedad del 1% de la población. Sin embargo la Constitución brasileña prevé en su artículo 184 “expropiar por interés social, para fines de reforma agraria, el inmueble rural que no está cumpliendo su función social…”, definida en el 186 como “aprovechamiento racional y adecuado; utilización adecuada de los recursos naturales disponibles y preservación del medio ambiente; observación de las disposiciones que regulan las relaciones de trabajo; explotación que favorezca el bienestar de los propietarios y de los trabajadores”. ¿Se puede esperar que el presidente Bolsonaro se preocupe por cumplir este mandato constitucional? Sus promesas electorales y sus primeros seis meses de gobierno no permiten tamaña ingenuidad. Brasil tiene casi 210 millones de habitantes, hay 305 pueblos originarios con 274 lenguas distintivas, según el último censo de 2010, que situó la población indígena en 817.963 personas, por lo que hay coincidencia en que actualmente se aproxima al menos al millón. “La caballería estadounidense fue eficiente, al diezmar los indígenas y eliminar ese problema, al contrario de las fuerzas militares brasileñas”, lamentó Bolsonaro. El primer día de su gobierno, promulgó un decreto que pone en manos del Ministerio de Agricultura las decisiones sobre los reclamos de tierras indígenas y designó como Ministra de esa cartera a Tereza Cristina da Costa Dias, integrante de la “bancada ruralista” de los terratenientes. Desde entonces se ha desatado un proceso violento de desalojo de pueblos indígenas obligados a entregar sus territorios a los grandes terratenientes que los codiciaban. En Uruguay hay quienes elogian abiertamente a Bolsonaro y quienes estratégicamente disimulan su simpatía. Unos y otros se presentan como falsa oposición para sacar del gobierno al FA. En otro plano, fuera de ese espectro político de competidores neoliberalistas, está Unidad Popular, que como verdadera oposición, incluye en su programa de gobierno la Reforma Agraria. Su capítulo 6 dedicado a este tema es el más extenso con 33 apartados en los que se desarrolla la idea de revertir el proceso de extranjerización y concentración de la tenencia de la tierra que se ha consumado en los últimos años, poniendo énfasis en frenar el uso de agrotóxicos, transgénicos en general y los grandes monocultivos forestales con fines celulósicos, promover la agricultura orgánica, los bancos de semilla criolla, la apicultura, la lechería, la agroindustria. Quien busque lo más opuesto al modelo Bolsonaro, lo encuentra en la UP. El programa completo se puede leer en www.unidadpopular.org.uy.
Treinta y Tres, julio 21 de 2019 Aníbal Terán Castromán Vocería del Partido Humanista, integrante de Unidad Popular 092 916 334, ateran@adinet.com.uy
(Adjunto foto del acto de cierre de campaña de las recientes elecciones internas. En primer plano Lorena Casco, candidata a la Diputación por el humanismo en la lista 1969, acompañada de la traductora a LSU)
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