Columna Con Eduy 21 todos menos Unidad Popular
- La Juventud Diario
- 17 jul 2019
- 3 Min. de lectura
Escribe: Prof. Andrés Freire
Con las cartas sobre la mesa queda en claro que del conjunto de los partidos con representación parlamentaria, todas sus formulas presidenciales menos la de Unidad Popular apoyan y están comprometidos, en cierto grado por lo menos, con las propuestas reaccionarias del lobby académico de referencia. En este caso no valen los silencios como respuesta, tampoco que se nos diga desde tal o cual sector del Frente Amplio que sus propuestas son otras, y lo mismo específicamente para su Comisión de Programa en su área temática de educación, la misma es simplemente decorativa, no tuvo, ni tiene, ni tendrá incidencia real en la acción gubernamental. No pudo asegurar el cumplimiento del 6% del PBI para la educación, ni impedir la esencialidad, y aceptó pasivamente la designación de una ministra de Educación y Cultura totalmente ajena a la educación, del mismo modo la existencia de cargos de personas de notoria extracción colorada en dicho Ministerio. Sabemos que Daniel Martínez mantuvo antes de las elecciones internas una reunión con Pablo Mieres a pedido de este último, buscando un acuerdo en materia educativa previo a las elecciones de Octubre y de Noviembre. “Buscar un acuerdo educativo” es un eufemismo para decir recabar apoyos para la propuesta de Eduy 21. El contenido de esa reunión y si llegaron a un acuerdo o no, no trascendió. Los silencios también tienen múltiples significados. Damos cuenta además que quien ganó las elecciones internas dentro del partido de gobierno fue el candidato de Astori, y que su vicepresidenta también proviene del ala derecha del Frente Amplio: fue edila astorista, luego apoyó a Mario Bergara, y que explícitamente por ejemplo Banderas de Líber, invocando interpretar la posición no desmentida de este último, proclamó su apoyo a Eduy 21. En cuanto al Partido Independiente y los candidatos de la derecha tradicional, estos ya se han pronunciado expresamente a favor de dichos planes, y han mostrado su voluntad de imponer como sea todo o parte de su menú. A eso se debe el anuncio de que están dispuestos a decretar la esencialidad en la educación, saben que los cambios regresivos que se proponen solo serán posibles recurriendo al peso coactivo del Estado, el correlato de las peleas a cuchillo que se anunciaron por parte del lobby académico está recogido en esas palabras. Todos ellos están dispuestos y prontos a pasar por la puerta siniestra que abrió el gobierno de todo el Frente Amplio en la mañana del 24 de agosto del 2015, después de todo se preguntarán: ¿sí ese día se decretó la esencialidad y el PITCNT no quiso parar 36 horas por ataque grave a la libertad sindical, por qué habrían de tomar contra nosotros dichas medidas? Un paro general de cuatro horas, y luego ver a los sindicatos docentes desgastándose en soledad en un conflicto, luego de años de haber sido convenientemente estigmatizados, es un pequeño precio a pagar para imponer sus planes. No es que necesariamente vaya a suceder así, pero debe estar en sus cálculos este escenario. Nadie en el ámbito de la educación pública va a aceptar que desaparezcan el escalafón vigente y el Estatuto del Funcionario Docente, siendo reemplazo por la elección a dedo por parte de los directores. Y esto es solamente una punta más de un terrible témpano de hielo submarino; no existe ningún sindicato, ni asociación profesional, ni asamblea técnica que pueda suscribir una propuesta de esas características. Es por el carácter profundamente regresivo de los cambios propuestos, que no son una reforma educativa sino una reforma administrativa y laboral precarizadora de la función docente, y conscientes del rechazo que conllevan de la inmensa mayoría de los docentes, que la fórmula presidencial del gobierno no puede, aunque quiera, pronunciarse a favor de la misma en pleno período electoral; les basta con guardar silencio, y decir que “la están estudiando”. A la vez el rastrillo izquierdo junta votos para ellos y dicen que no tienen nada que ver, invocando un programa único y demás elementos que solo existen en la mitología frenteamplista. El asunto es que en política hay muchas formas de decir sí o no, que decir sí o no expresamente. Por lo que hasta no escuchar un imposible y altamente improbable “no” de parte de algún otro candidato presidencial, reafirmamos nuestra postura de que los partidos con representación parlamentaria solamente la Unidad Popular se opone a los planes de Eduy 21, y esto deberían tenerlo en cuenta especialmente todos los trabajadores de la educación en la elección parlamentaria de Octubre. ¿Votarán diputados y senadores comprometidos con la defensa de la educación pública y con ésta del Estatuto del Funcionario Docente, o votarán quienes por acción u omisión, a gusto o por disciplina partidaria, terminen levantando la mano en contra de la educación pública y los derechos laborales de los trabajadores de la educación? Seamos tan valientes como ilustrados. Somos Izquierda. Somos Patria.
Entradas relacionadas
Ver todoLa posibilidad de aumentos de tarifas y de impuestos había sido negada enfáticamente por el presidente Luis Lacalle Pou durante la...
En estos días es evidente que ante un nuevo aniversario del Movimiento 26 de Marzo, muchas cosas y conceptos se ponen sobre la mesa en...
En los últimos tiempos han ido surgiendo en forma cada vez más amplia problemas y situaciones cada vez más difíciles de atender, con las...
Comments