Columna Política internacional y liberación nacional
- La Juventud Diario
- 19 jun 2019
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Por Gonzalo Abella Precandidato a la presidencia de la República
“Con la alegría de estar en la recta final de una batalla absolutamente trascendente para nosotros, para la patria, yo diría para la región en las internas en las cuales la Unidad Popular va a mostrar su crecimiento; yo quería hacer una reflexión sobre algunos aspectos de política internacional. Días pasados hablábamos que en nuestra Plataforma Electoral quedaba bien claro al final en el Punto 24 que nuestra política internacional es de solidaridad, por la autodeterminación de los pueblos, contra todo tipo de agresión y que en una visión internacionalista, un concepto de integración, Patria Grande, que es un concepto esencial, artiguista que nosotros recogemos. Yo quería profundizar hoy en un aspecto más, el marco internacional en el cual estamos nosotros moviéndonos. Es importante recordar que hay una contradicción muy fuerte entre las potencias mundiales, y que la contradicción entre las potencias es la oportunidad para los pueblos y los Estados soberanos. Es mucho peor un mundo unipolar, como amenazó crearse en los ‘90 entorno a EEUU. Hoy nosotros tenemos dos proyectos mundiales diferentes, ninguno de los cuales es el nuestro, pero son dos proyectos diferentes y uno para nosotros concretamente mucho más peligroso que el otro. Me refiero al proyecto predominante, el proyecto que nos domina, que nos controla, que en política de Estado podríamos decir que es la alianza entre EEUU, la Unión Europea, el Reino Unido de la Gran Bretaña Irlanda del Norte -el Reino Unido, que fuera de la Unión Europea o dentro de ella sigue siendo un satélite de los EEUU-, la OEA -el Ministerio de Colonia en los EEUU-, Australia y Nueva Zelandia -que aunque tengan la caja registradora mirando para China el corazón ideológico es pro yanqui-, la India -que esta con un gobierno servil a favor de los EEUU-, Israel, Arabia Saudita, los aliados árabes son el grupo predominante, el grupo que nos controla, nos somete y nos saquea. Frente a eso hay proyecto mundial vinculado a la ruta de la seda, a la integración, que lideran de alguna manera entre Rusia y China -“rivales y hermanos”, como diría Jaime Roos-, una ruta marítima y terrestre que a ellos les sirve en este momento la paz mundial. Porque están creciendo, porque China se ha transformado en la segunda potencia mundial, porque Rusia es la segunda potencia militar del mundo, y que tienen como aliados -en este segundo proyecto, dentro de la diversidad enorme de objetivos y fines políticos pero dentro de este mismo proyecto, de este mismo bloque con Rusia y China- Irán, Siria, la República Popular Democrática de Corea; porque ahí hay alianzas de intereses diversos que a todos ellos les sirve la paz frente al bloque belicista. No significa que ellos dentro fuerzas belicitas, significa que en este momento están en contra de los intereses ávidos de poder y de saqueo, que son los que lidera EEUU, el otro bloque. En medio de estos dos bloques hay países importantes en disputa como el caso de Turquía, Paquistán, Filipinas con sus tremendas contradicciones y Vietnam, que si bien trata de ser independiente desgraciadamente los conflictos de frontera con China hace que muchas veces se aproxime peligrosamente y dolorosamente al primer bloque que hablábamos. A pesar que nosotros confiamos plenamente en los resortes de conciencia y de patriotismo de ese heroico pueblo que marcó una página histórica en la historia de la humanidad. En ese sentido nosotros tenemos un bloque imperialista que nos oprime, un bloque muy contradictorio que se le enfrenta por intereses geopolíticos, países que oscilan entre los dos bloques, y terreno donde está al día la liberación nacional -el heroico pueblo yemenista, ni que hablar de los palestinos, del frente polisario que sigue vivo allí en ese rinconcito del norte africano, y los movimientos emergentes en África del Sur que siguen luchando en condiciones sumamente difíciles contra el ébola impuesto desde afuera, contra las tropas de paz, las mal llamadas tropas de paz, pero ahí hay una lucha heroica en los pueblos de África del Sur-. Nosotros vemos claramente estos dos bloques, vemos los países en disputa, somos solidarios con los procesos de liberación -ni que hablar-, pero además manejamos con mucha independencia. Si bien sabemos el bloque que nos oprime, también como UP planteamos muy claramente nuestro rechazo al Puerto Chino en el oeste montevideano que nos viene a saquear nuestra riqueza pesquera, que nos viene a contaminar y hacer una factoría, un enclave extranjero en nuestro territorio. En ese marco es que nosotros estamos planteando la salvaguarda del patrimonio. Y en este momento la defensa del medio ambiente más que nunca tiene más que ver con el manejo de cuencas. Nosotros integramos la cuenca Paraná – Plata; es decir, el Río Uruguay es un río menor, es un río interior de esa gran Cuenca Paraguay, Paraná, Río de la Plata. En esa cuenca co-existen los relitos que nos quedan de selva húmeda subtropical, pradera y pampa; eso es nuestro ecosistema. Y en ese ecosistema, las tareas de un gobierno independiente debe manejar un cuidadoso equilibrio entre la protección del medio ambiente para el futuro, para nosotros mismos, para nuestros nietos, con las demandas del desarrollo de un proyecto popular. El caso Bolivia es interesantísimo de cómo manejar esa aparente contradicción entre medio ambiente y desarrollo -incluso extractivista- con cuidados ambientales a los efectos de satisfacer las demandas incluso en el comercio mundial. En ese sentido nosotros pensamos que la defensa de la Cuenca Paraná - Plata es un proyecto que tiene que ver con la hermandad de los pueblos en la conquista del poder de Uruguay, Argentina, Paraguay y una gran parte de Brasil, enfrentados hoy al agronegocio de las trasnacionales. Esa es una contradicción insoslayable. Y esa contradicción entre la necesidad de salvar el medio ambiente, de incorporar en el medio ambiente aquellas tareas que son necesarias para un desarrollo nacional, para un proyecto productivo propio a una industria nacional, tiene que ver con el concepto de liberación nacional. Si el concepto de liberación nacional romper las cadenas que nos oprimen, frenar el tren de UPM, frenar el saqueo era imperioso desde un punto de vista de la equidad social, de la libertad, de emprender un camino artiguista, hoy la liberación nacional se vuelve más imperiosa aún porque el medio ambiente lo están saqueando. El saqueo ambiental pasa a ser un nuevo rasgo de esta dominación, de esta opresión, y por tanto las tareas de los movimientos de liberación nacional, las grandes banderas de la liberación nacional son las banderas que levanta la Unidad Popular para toda una etapa. Por eso queremos leer algo que dice nuestro Programa -lo mismo que dice la Plataforma Electoral- sobre la vocación de la unidad, la fraternidad, del internacionalismo, de la integración, pero después dice: Es necesario levantar nuevamente las banderas de la nación Latinoamérica, con la mira de formar un mercado y una zona de convivencia humana común. En el terreno extra regional -esto es lo que no está en la Plataforma Electoral por razones de abreviación- y siempre de los principios de soberanía política y libre determinación como pueblo, intensificar las relaciones políticas, económicas y culturales con países que están fuera del bloque de influencia de los Estados Unidos. Este párrafo es de una importancia extraordinaria, porque dice en el terreno extra regional y siempre de los principios de soberanía política y libre determinación como pueblo, o sea tampoco atarnos a nadie, eso es lo que queda claro que dice ahí, intensificar las relaciones políticas, económicas y culturales con países que están fuera del bloque de influencia de los EEUU, es decir, los que estén, grandes potencias o países medianos o lo que sea, que no forman parte del bloque dominante principal. A mí me parece que el contrapeso conceptual en este último párrafo del Programa de Asamblea Popular es excelente, porque en un párrafo se dicen las dos cosas esenciales; no nos casamos con nadie, utilizamos esta contradicción, pero buscamos especialmente fortalecer aquellos lazos con países que estén fuera del bloque de influencia de EEUU. ¿Esos países están dentro de la zona de influencia de otra potencia? Ese es problema de ellos y para nosotros de solidaridad, pero para nosotros lo fundamental es que no estén en el bloque principal, el bloque que nos domina, el bloque nos saquea, porque solo así podremos lograr una política internacional balanceada que nos permita jugar con nuestra propia libertad en los intersticios de los conflictos grandes que están planteados en el terreno mundial. En síntesis compañeros, nosotros hablamos de soberanía, hablamos de autodeterminación, de nuestra solidaridad con los pueblos y Estados agredidos, pero incorporamos además una estrategia inteligente, soberana, de integración por cuenca, de integración de Patria Grande y de enfrentamiento al bloque dominante sin caer en ningún otro sometimiento a ningún bloque, lo que nos permite la coyuntura en la etapa de la liberación nacional, que es la etapa donde una de sus batallas y no la menor, se juega para nosotros en las internas del 30 de junio”.
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