Editorial: O enfrentamos al FMI o habrá más pobreza general

Occidente está ensayando en Venezuela un mecanismo universal de “guerras híbridas”, alertó el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Serguéi Narishkin, al comparar esta labor subversiva a la de un virus que destruye un organismo sin presentar síntomas durante décadas. Las revoluciones de colores orquestadas por Occidente empiezan “con la creación de redes que recogen información sobre conflictos explícitos y latentes, problemas económicos y sociales acuciantes, guerras de clanes, etc.”, y son utilizadas después para influir en la situación y poner en marcha procesos destructivos en un país determinado, explicó el alto funcionario ruso, al intervenir este 18 de junio en un foro internacional de altos cargos de seguridad que se desarrolla en la ciudad rusa de Ufá. En el momento oportuno, agregó, los movimientos de protesta son sincronizados, lo que provoca el colapso del anterior sistema político y la subida al poder de una fuerza nueva. A través de canales controlados se introduce en la conciencia colectiva un nuevo modelo de comportamiento, al tiempo que en los medios de comunicación dominantes se orquesta una campaña de propaganda para convencer a las masas de que no hay alternativa y justificar una intervención, si fuera necesario. “La implementación más visible de este escenario ahora es Venezuela”, subrayó Narishkin. Para el jefe de la inteligencia rusa, se trata de elaborar un algoritmo universal de continuas operaciones de influencia encubierta a escala global, una labor subversiva que no hace distinción entre amigos y enemigos y que no cesa nunca, ya sea en tiempos de paz, crisis o guerra. “Cabe compararla a la actividad de un virus que puede destruir el organismo humano sin manifestarse durante décadas y, una vez descubierto, ya es imbatible muchas veces”, así concluyó su informe el alto funcionario de seguridad ruso. Analicemos entonces estimado lector, a dónde ha llegado el mundo con el mando unipolar capitalista donde los enormes avances científicos, tecnológicos, no sirven a los pueblos ni a los trabajadores, muy por el contrario sirven para destruirlos. El acuerdo firmado por el FMI con el gobierno argentino de Mauricio Macri tendrá efectos demoledores para el pueblo del vecino país, pero esto demuestra también la política general del organismo financiero internacional “mandatado y guionado” por EEUU, entonces es fácil imaginar lo que se viene para jubilados y trabajadores uruguayos tras las elecciones de octubre y noviembre. Decimos esto porque ya se habla de un ajuste general en pasividades, leyes laborales y es necesario alertar al pueblo que el déficit fiscal, el endeudamiento público, cuando sean encarados por los partidos mayoritarios, pagarán más quienes tienen menos. La deuda pública es un camino para continuar empobreciendo y dominando a los pueblos; es necesaria una auditoría de la para determinar si es legal, legítima y ética. La deuda pública que no estuviera en cualquiera de esas categorías no la tiene que pagar el pueblo de Uruguay, porque no fue contraída en su beneficio; auditar es controlar el origen de la Deuda Pública, y determinar cuál es la causa de cada saldo. UP propone el camino de la liberación nacional; con pasión y razón es imprescindible transitarlo.