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Columna El tren vuelve con la Patria liberada

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 16 jun 2019
  • 3 Min. de lectura

Escribe: Prof. Andrés Freire

15 de junio como si fuera una burla amarga a un nuevo aniversario del nacimiento de nuestro Protector cuatro días después, se va nuevamente el ferrocarril de pasajeros. Primero fue Sanguinetti y ahora es el Frente Amplio, la diferencia es que en el primer caso era para siempre, y en este se nos dice que es algo provisorio, y que en 36 meses volverían los servicios. La cuestión es que provisorio es como interino, y en nuestro país puede durar para siempre; conozco gente que se jubiló después de treinta años de interino, hay tantas cosas demasiadas que son por un tiempo y después son para siempre. Normalmente si de cargas fiscales o sacrificios adicionales se trata, permanecen. Ahora el que se va es el tren de pasajeros, un servicio que en el eje de la Ruta 5 funciona muy bien, con un precio mucho más bajo que el de ómnibus y una velocidad y comodidad mucho mayores. En realidad se va lo que ya venía agonizando desde que se clausuró la Estación Central y se inventó una centralita mucho más apartada del centro. 15 años de gobierno frenteamplista fueron tiempo más que suficiente para recuperar este espacio y potenciar un medio de transporte mucho más eficiente económico y ecológico, pero no se intentó ir en esa dirección. Es trágica la historia del Ferrocarril en nuestro país, una inversión cuantiosa realizada por algunos capitales nacionales, y el capital inglés, contratos leoninos donde el Estado pagaba a los ingleses por kilómetro de vía férrea colocada, y garantizaba una ganancia mínima pasara lo que pasara. Esto determinó un negocio desastroso para el interés nacional, los productores rurales pagaban más caro el envío de la lana al puerto de Montevideo en tren, que todo el trayecto en barco hasta Amsterdam. Las vías como se pagaban por kilómetro se tendieron sin hacer casi túneles o puentes, no importaba que el desgaste de las locomotoras fuera mucho mayor, al tener que subir por un cerro o bajar por una quebrada, total el Estado garantizaba una ganancia y asumía todas las pérdidas. José Batlle y Ordoñez intentó nacionalizar el ferrocarril y no pudo más que las líneas que eran de capitales nacionales. Será su sobrino el que lograra ese objetivo, nuestro Estado se quedó con el ferrocarril inglés a cuenta de las deudas que la otrora reina de los mares adquirió con Uruguay durante la segunda guerra mundial. La situación del ferrocarril era como ya he explicado mala desde su origen, pero había empeorado por la falta de inversiones elementales durante la guerra; algo de razón tenía Luis Alberto de Herrera cuando dijo que eran fierros viejos. Prontamente vino la crisis permanente en la que vivimos, el Pachecato, la Dictadura Militar, y las democracias neoliberales. Ahora en una de ellas, el tren de pasajeros nuevamente se va. ¿Y cuándo volverá? Ellos dicen que en 36 meses, tenemos elementos para pensar que no. En primer lugar porque las obras están pensadas sólo en función de UPM y en segundo lugar porque el parque operativo actual no servirá a esas alturas. El tren se va, pero el tren volverá, ¿saben cuándo volverá?: Con la Patria liberada volverá. ¿Queda mal que hable de Patria? Yo creo que los que nos critican por eso son los que no entendieron absolutamente nada, nosotros no renegamos ni del socialismo ni del nacionalismo revolucionario, ni de nuestra historia. Nosotros amamos a nuestra Patria, por eso somos antiimperialistas y antioligárquicos, la amamos como nuestros hermanos cubanos aman a la suya y hacemos nuestras las palabras que nos llegan desde la isla caribeña: “Amar a la Patria es un compromiso con nosotros mismos. Cuidar, por el bienestar de todos, y apoyarnos de manera que podamos unirnos a nuestros vecinos para buscar el bien común, colaborar para hacer más digno nuestro barrio, amar nuestro pueblo o ciudad, conocer nuestra historia, sentir orgullo de nuestra cultura y tratar de conservarla; es también amor a la Patria. Y este sentimiento va más allá de la economía y la política, trata de las raíces, del amor a lo que fuimos nosotros, nuestros padres y abuelos. Hay un dicho popular que dice para que el mundo para que sea mundo tiene que haber de todo, malas y buenas personas, malos y buenos padres, malos y buenos hijos. Desgraciadamente existen tantos malos hijos de la patria que la ofenden con el olvido, con el desarraigo y hasta con el rechazo”. http://www.radiorebelde.cu/noticia/amor-mi-patria-20181107/ Ya llegará el día en que nuestra tierra sea liberada de las cadenas que la someten, y ese día, incluso antes, cuando estemos en algún momento de ese proceso, el ferrocarril de pasajeros volverá. ¡¡¡Somos Izquierda. Somos Patria!!!


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