Editorial: Otro regalo del gobierno, sube el déficit fiscal En el horno…

Hace no mucho tiempo el gobierno nacional a través de su ministro de Economía Astori advertía a los uruguayos que la economía del país estaba en problemas ante el crecimiento del déficit fiscal que andaba por algo más del 2%, cosa que era preocupante para el país y también para la propia política económica que el gobierno viene aplicando con extrema rigidez fondomonetarista. Claro que ello tiene una enorme repercusión en la extrema dependencia que tienen las finanzas del país en relación al capital financiero internacional, que si ve el estado de las cuentas públicas y el llamado gasto supera al ingreso al Estado; el desfinanciamiento del país empieza a producirse pues la política de venta de dólares sin pausa y en constante crecimiento hace necesariamente que las reservas del país disminuyan abruptamente. Lo que resulta cada vez más evidente que el desfinanciamiento que tiene el país resultado de una política impulsada por el gobierno que se ve, no tanto en las obligaciones salariales dentro de los trabajadores del Estado sino que se expresa en la agresividad impositiva contra la población. Los ejemplos más notorios radican en el IVA, un impuesto altísimo que pagamos todos hace unos cuantos años, y la innovación del IRPF que entre los dos son los mayores recaudadores que tiene la política del Estado para afrontar sus compromisos. El problema es que las políticas financieras son tan agresivas, no perdonan en la recaudación y ante un crecimiento de los costos del país el ingreso fijo, o sea el salario y las jubilaciones quedan constantemente rezagadas, con las consecuencias sociales de marginación, desocupación y todo tipo de penurias sociales. Por otra parte, ello lleva a una constante suba de los precios al consumo en un mercado interno cada vez más reducido; la carne, los alimentos, están constantemente a la suba afectando la alimentación de la familia trabajadora, y especialmente los niños y las personas mayores que dependen de bajos ingresos. La vía impositiva para aumentar los ingresos del Estado que resulta la más abstracta, es la más feroz para los que viven de un salario o dependen en su actividad productiva, que en general están endeudados sin llegar al pago de sus deudas. En realidad lo que empieza a ponerse dramáticamente sobre la mesa es la crónica largamente anunciada de lo que viene sucediendo en el país y en el mundo, con las políticas de privatizaciones y de entrega de la soberanía nacional. Sin duda que la integración orgánica de las políticas de endeudamiento financiero están mostrando sus efectos nefastos en la economía nacional, pues no queda ni una fábrica parada ni mucho menos pequeños productores agrarios, agobiados por las imposibilidades de llegar con precios dignos al mercado y endeudados sin salida. Lo que sí está resplandeciente es UPM2, con subvenciones y privilegios de todo tipo. Este sin duda que ha sido uno de los centros del problema, pues los privilegios han sido para el gran capital extranjero, que no piensa ni en las necesidades del país ni mucho menos de las personas que necesitan trabajar con salarios dignos. El espejismo se desvanece ante los hechos económicos y sus inevitables consecuencias sociales que van contra los trabajadores y el país.