Editorial: Un resultado inocultable, más indigencia ¿Y qué esperaban?
- La Juventud Diario
- 1 jun 2019
- 3 Min. de lectura
En estos días se han conocido cifras de crecimiento inocultable de personas que en forma alarmante están en situación de calle, y él provoca como es lógico todo tipo de reacciones a los efectos de pretender darle una explicación al problema. Hace ya un buen tiempo el precandidato por el partido de gobierno, Daniel Martínez, por aquel momento ejerciendo el cargo de Intendente de Montevideo envió una carta al gobierno sobre la situación creciente de personas que viven en las calles de la capital, con todos los problemas que se derivan de ello en la función pública municipal. Ello provocó en su momento una reacción fuerte de la Ministra Arismendi, que luego fue contenida y la unidad en las alturas del gobierno primó, pues cosas mayores estaban en juego desde el punto de vista de la acción de gobierno. Lo cierto es que, más allá de toda especulación superficial, el crecimiento de las personas en situación de calle no puede relativizarse con números, o con análisis unilaterales a los efectos de justificar la gravedad de los hechos y sus implicancias inocultables. A pesar que existe un Ministerio que se ocupa de la indigencia, lo cierto es que no ha podido con ella a pesar que en plena campaña electoral, el partido de gobierno propugna por un nuevo período electoral. Sin embargo el tema de la pobreza no ha abandonado la estructura social del país y con el asentamiento de la sucesión de gobiernos frenteamplistas, ello se ha extendido en forma increíble, y subestimada por los nuevos políticos del poder, a pesar que cuenta como si ello fuera poco con un nuevo Ministerio. Nuestros honorables ministros e integrantes del gobierno deberían saber, que en ninguna parte del mundo en que una sociedad funcione sin considerar su sistema político o social, para definir su combate a la indigencia o la pobreza en general, no pasa por crear nuevos ministerios, sino por la pujanza del desarrollo productivo en general y la distribución de la riqueza. En materia social los últimos gobiernos han optado por ocuparse de las manifestaciones del problema sin poder erradicarlo, ni mucho menos neutralizarlo para impedir su crecimiento, pues las bases macroeconómicas sobre las cuales ha desarrollado su política generan esta situación de marginación social y de pobreza en forma constante. Los últimos datos oficiales que muestran la desocupación en el país evidencian esta situación pues es muy claro que el tema del empleo sigue estando en forma constante sobre la mesa, en la medida que aumenta en forma permanente en los últimos tiempos en la medida que cierran empresas en todo el país, y se dispara la tendencia recesiva en la economía, así como el crecimiento del déficit fiscal, que se ha transformado en una de las principales preocupaciones de la política del gobierno. Lo que sí llama la atención que el hecho provoque sorpresas, pues en todo el mundo lo que producen las políticas de privatización y de achique generalizado de la inversión pública es una generalización de las demandas sociales que no son tenidas en cuenta pues las exigencias de las políticas financieras y en especial el endeudamiento externo, y que los últimos gobiernos han aceptado es lo que genera la preocupación por la existencia creciente de personas en situación de calle, aunque la situación para el gobierno no parece ser una preocupación central dentro de sus equipos de conducción.
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