Columna La niñez es una emergencia
- La Juventud Diario
- 1 jun 2019
- 7 Min. de lectura

Por Gonzalo Abella Precandidato a la presidencia de la República
“Hoy vamos a hablar del tema de la niñez. No es un tema más la niñez, porque hoy nos duele y nos aterra realmente la situación en la que está nuestra niñez. ¿Por qué hay tantos problemas de salud? Ha aumentado el autismo, ha aumentado el cáncer infantil, han aumentado los nacimientos con malformaciones, las enfermedades digestivas. Es notoria la dispersión, la desmotivación, la inquietud de los niños en el aula y en la casa; la violencia verbal; la tecno-dependencia que hace de los niños dependientes de una tecnología que no razonan, que simplemente les atrae como cuentas de vidrio; la desnutrición, los desnutridos compensados. Eso que vemos a veces en un partido infantil que están jugando equipos de la misma categoría, de la misma edad, pero unos parecen mucho mayores y los otros son más chiquitos, y es porque unos son de un barrio donde hay trabajo estable y los otros son de asentamiento; entonces el retardo de peso y talla hace que aparentemente no tengan desnutrición pero si la tienen, lo que hace que los llamen los desnutridos compensados. La plombemia de la que no se habla más, pero negarla no significa que no exista. Las adicciones infantiles. ¿Qué nos está pasando? ¿Cómo podemos permitir que la niñez esté así? ¡La niñez y la educación!, el fracaso inocultable por más Plan Ceibal que nos metan, el inocultable retroceso de nuestros niveles educativos, la repetición disimulada, la presión descarada a los docentes para no dejar repetidores, la incomprensión lectora de la mayoría de nuestros niños y de nuestros adolescentes, la dificultad excepcional de matemáticas que tienen todos ellos. ¿Qué nos está pasando con la niñez? Lo vemos todos, rompe los ojos. Tuvimos además una tradición educativa extraordinaria. Hay una explicación que tiene que ver con las dos fases distintas que vive el capitalismo en nuestro país. Empecemos por una época pujante, una época de avance: la época de la Dictadura de Latorre. En la dictadura de Latorre tenemos el alambrado de los campos, el avance de la propiedad rural latifundista; pero además el dictador Latorre pone a José Pedro Varela de Ministro de Educación, porque la pujante clase industrial y comercial importadora – exportadora, toda esa pujante clase precisaba obreros calificados, necesitaba calificación de mano de obra, pero además formación de cuadros intermedios para la industria, gente altamente calificada. Y sobre todo en el siglo XX, se reforzó eso en la época de la Guerra Fría después de 1945, Uruguay podía ser un modelo de que para mejorar la situación de los de abajo no se necesitaba una revolución social; bastaba con una inyección de capitales del Estado en el marco de una sociedad capitalista. Esa esperanza, esa alegría de una burguesía capitalista comercial en avance, permitió avances educativos extraordinarios. Hoy vivimos un capitalismo que está totalmente entregado, totalmente de rodillas ante las transnacionales. Entonces hay muchísimos niños de nuestros sectores populares que se consideran -desde el punto de vista de la producción- descartables; lo piensa así el gobierno, lo piensa así la oposición de derecha: la mayoría es descartable, por más beneficencia que hagamos con algún liceo privado o alguna escuela privada para atender algún puñadito, por más que demos rienda suelta a la empresa privada son sociedades de beneficencias, los que piensan tienen que ser los que pagan en colegios ricos, los que se educan de verdad. Lo que hace la educación pública uruguaya, a pesar de la resistencia de los buenos docentes que siguen haciendo cosas muy buenas, el objetivo no dicho de la educación uruguaya hoy es el entrenamiento, el adiestramiento en nuevas tecnologías; no pensar, ser adicto a tecnologías que no sabemos producir, y por eso los docentes vienen el infierno del control, de la presión, la carrera docente se ve también cuestionada. Y el adiestramiento de los niños y el control de los niños y los adolescentes pasan a ser el objetivo central que impone el Banco Mundial, que nos impuso la manipulación terrible de mentes infantiles que fue el Plan Ceibal, y lo que propone Eduy21 a un límite insospechado de privatización de la enseñanza donde las empresas, las grandes empresas extranjeras meten la mano en la educación, pagan a los docentes y por lo tanto el Estado se libera de ese gasto. Nada es casual, es decir la crisis educativa actual no se resuelve con buenas palabras; como la pobreza infantil -la pobreza de nuestro país tiene rostro de pobre- tampoco se resuelve con medidas caritativas ni asistenciales. ¿Dónde nacen nuestros niños? Esa es la primera pregunta. Mientras las muchachas de ingresos medios, familias de ingresos medios o superiores posponen su primer embarazo hasta los 35 años, son las niñas adolescentes que tienen hijos; el rostro del orientalito y la orientalita de nuestro tiempo, desde hace quince ó veinte años están naciendo en los hogares más pobres. ¿Quién los cuida? Ni siquiera hay árboles genealógicos en los asentamientos, en las pensiones ruinosas. Hay enredaderas genealógicas donde todo se confunde, y el rol de papá no existe -y el de mamá, pero mucho menos-. ¿Qué oferta reciben de educación del Estado? Miremos la desmotivación de las mamás; ya no se percibe la educación como una ruta de ascenso social. ¿Qué asistencialismo reciben, qué caridad reciben? ¿Qué cosa reciben que no sea asistencialismo y caridad por proyectos públicos privados para someterlos, para atontarlos, para entrenarlos, para creer que tecleando una ceibalita están haciendo opción por unos puestos de trabajo en el futuro que nunca van a ser para ellos? El observatorio de los derechos de la niñez habla de 135.377 menores de 17 años por debajo de la línea de pobreza. Los trabajadores del MIDES y del INDA hablan de alarmantes recortes en estos últimos dos años a todos los servicios del MIDES y del INDA. El cese del apoyo a las embarazadas adelgazadas; hablan que casi un 5% de los niños viven en una total inseguridad alimentaria, que el programa de riesgo nutricional que antes atendía a menores de 18 ahora solo atiende a menores de 3, que de 7 comedores del INDA en Montevideo quedan 3, que 300 CAIF ya no tienen vigilancia nutricional, que tomando una muestra de 136 niños en zonas vulnerables de Montevideo el 60% tienen parásitos intestinales, y una logística compleja porque ellos no tienen acceso a Hospital. ¡¿Pero de qué estamos hablando?! Estamos hablando del Uruguay. Por eso la batalla de la Unidad Popular por trabajo para los padres, para los familiares, para la gente mayor; por vivienda también para esos niños que la merecen; por salud; por educación digna, por una educación que haga pensar; por una alimentación; la batalla de la UP es una lucha de colisión directa contra los planes del gobierno, contra el Banco Mundial, contra el Plan Ceibal en su implementación actual, contra Eduy21 que buscan adiestrar, resignar y después con planes asistenciales bancar la pobreza extrema, sin transformarla. La Unidad Popular no se queda ahí; la UP plantea un Instituto Nacional de Seguridad Alimentaria para la primera infancia, un instituto que resuelva el elemental derecho de la niñez a ser bien alimentada, incluso para su desarrollo intelectual. También es una seguridad para nosotros mismos porque estos niños que nacen, que crecen y rápidamente se hacen adultos son el relevo para la gran batalla de la humanidad por su supervivencia contra el capitalismo, contra las transnacionales, contra la contaminación. Necesitamos niños inteligentes, adolescentes actuantes, es una siembra imprescindible. Y este Instituto Nacional de Seguridad Alimentaria que propone nuestro Programa y nuestra Plataforma Electoral, se plantea producir hortifruticultura y comprar directo, tener derecho institucional a comprar directo a los productores, sobre todo a los agroecológicos pero a todos los que producen frutas y verduras y carne, compra directa sobre todo dando prioridad absoluta a los pequeños productores. Con lo cual el Instituto Nacional de Seguridad Alimentaria fortalece la pequeña propiedad, la producción de los pequeños siempre atosigada, siempre desconocida. Rafael Barret escribió en Paraguay hace muchos años: Que haya hombres ricos y hombres pobres es una injusticia, que haya niños ricos y niños pobres es una monstruosidad. A mí lo que me sorprende no es solo el siniestro plan del Banco Mundial, de las transnacionales, de meterse en la educación, de privatizar la educación pública, de impedir el pensamiento libre, de destruir la capacidad de pensar y solo entrenar; no solo me asusta eso. Me asusta la insensibilidad con que muchos compañeros ven esto, porque nos hemos acostumbrado tanto que ya no nos revelamos en la medida que deberíamos hacerlo. Yo quiero terminar citando textualmente el punto 10 - La pobreza infantil, lo que establece nuestra Plataforma Electoral, que son frases que me llenan de orgullo como militante de la UP. Dice texturalmente: Se creará un Instituto Nacional de Seguridad Alimentaria para asegurar la producción de alimentos y su distribución en calidad y cantidad suficientes a la población. El Instituto tendrá facultades para comprar de forma directa a los pequeños y medianos productores, fijando centralmente el precio de los alimentos de la canasta básica. Eso en el capítulo 10, que empieza diciendo: Poner fin a la desnutrición infantil es un compromiso. La pobreza y la desnutrición infantil constituyen un verdadero flagelo y son consecuencia del sistema capitalista y de la actual política económica… y repite lo que les decía antes: según el observatorio para los derecho de la niñez y la adolescencia en el Uruguay 135.377 niños y adolescentes entre 0 y 17 años están por debajo de la línea de pobreza. No deberíamos olvidar estas cifras, porque en última instancia la creciente tragedia de la niñez, que no es la tragedia en sí solamente sino la tendencia a la destrucción de su pensamiento crítico, de su capacidad de pensar, hasta de su capacidad lectoescritora que tiene que ver con la desesperanza y la desmotivación escolar, con la violencia, pero que tiene que ver también con la mala calidad de la alimentación. El 5% tiene inseguridad alimentaria, eso quiere decir que ni siquiera come una mala comida; pensemos en los niños de muchos asentamientos y de pensiones ruinosas sábados y domingos que no está abierto el comedor escolar, cómo incide eso. La calidad del agua que les estamos dando a nuestros niños, que a veces para nuestros seres queridos tratamos de comprar agua embotellada. La calidad del aire, ¿por qué tantas enfermedades bronquiales, tanto asma infantil?, no nos dan el mapa de dónde hay más asma infantil y donde hay más problemas broncorespiratorios en los niños; niños que necesitan usar un mecanismo, un aparato para respirar mejor. En zonas podríamos citar unas cuantas, pero fue lo que pasó muy cerca de la ciudad de Treinta y Tres, en Villa Sara. Realmente la niñez es una emergencia y hacia ella también tiene sentido una fuerte bancada de la Unidad Popular.
Entradas relacionadas
Ver todoLa posibilidad de aumentos de tarifas y de impuestos había sido negada enfáticamente por el presidente Luis Lacalle Pou durante la...
En estos días es evidente que ante un nuevo aniversario del Movimiento 26 de Marzo, muchas cosas y conceptos se ponen sobre la mesa en...
En los últimos tiempos han ido surgiendo en forma cada vez más amplia problemas y situaciones cada vez más difíciles de atender, con las...
Commentaires