Columna Derechos Humanos
- La Juventud Diario
- 22 may 2019
- 8 Min. de lectura

Por Gonzalo Abella Precandidato a la presidencia de la República
“Pasó el 20 de mayo, un día que nos remueve a todos. A los veteranos nos remueve la memoria, el recuerdo y a los jóvenes ese compromiso emocionante de reafirmar una vez más los principios. Realmente dignifica ver la disposición de los jóvenes a seguir luchando por Verdad y Justica. Los Derechos Humanos; se habla tanto de eso y a veces no se reflexiona, hablar no es necesariamente reflexionar. En la infancia de la humanidad, lo que algunos llamamos el comunismo originario, en aquellas comunidades no había discriminación, y el nosotros era el pronombre personal más importante. Entonces había distintas maneras de decir nosotros, según si se incluyera al que nos está oyendo o no, pero el nosotros era lo más importante. De alguna manera lo recuerda en un tiempo muy triste de España, lo recuerda Cervantes pero lo pone en boca de Quijote para no ir preso. Dice Quijote a los arrieros: Dichoso aquel tiempo que no existía el tuyo y el mío, y no era necesaria la andante caballería para desfacer entuertos; una crítica brutal a la violación de los derechos de los pueblos en aquella época. En la esclavitud el esclavo y la esclava eran medios de producción, eran como los bueyes; y muchas veces además en las sociedades esclavistas no solo fueron bueyes sino que fueron ofrenda a los dioses, se degollaba a un niño de las clases oprimidas o a un joven, a los efectos que su energía palpitante energizara a los espíritus protectores de la oligarquía. En realidad en Occidente el primer movimiento fuerte por el derecho del prójimo fue el cristianismo originario, memoria de escrituras muy antiguas incluso del Talmud que hablaban de la igualdad del prójimo, pero profecía de un mundo mejor, un mundo con Evangelio, un mundo con la buena nueva, aquel cristianismo que narra hechos de los Apóstoles es una militancia por el derecho de todos. Eso cambia en el año 300 en el Concilio de Nicea cuando el poder de apodera de la cúpula de la Iglesia y la transforma en un instrumento de opresión; pero ese cristianismo, ese mensaje cristiano en Occidente quedó latente, y muchas veces el propio cristianismo popular fue releído en este sentido de fraternidad, de peces y panes compartidos. La Revolución francesa no planteó igualdad para todos, la igualdad ante la ley era contra la nobleza absolutista; ellos planteaban el derecho de la gente que había acumulado fortunas pero no tenía título de nobleza, que podría también acceder al poder. Decía de todos pero en realidad era de los burgueses lo que defendía, y en todo caso planteaba para el pueblo la filantropía de los burgueses en el poder. Solo Robespierre se pasó de la raya y habló de los más humildes, Robespierre y Marat, pero duraron poco. La revolución francesa puso todo en su línea y cuando los esclavos haitianos creyeron que también para ellos era la igualdad, la fraternidad y la libertad la Revolución Francesa les dio su merecido: se trataba de una revolución burguesa y sólo burguesa. En realidad los Derechos Humanos tal como los entendemos, o deberíamos entenderlos hoy, son hijos del movimiento obrero, del socialismo utópico, del pensamiento anarquista, de aquellos obreros organizados que realmente se sentían y se sienten sepultureros de todas las injusticias, que al liberarse ellos como clase del trabajo, liberan a la humanidad de todos los yugos opresores. Ahí empieza el tema de los Derechos Humanos, no en la farsa de las Naciones Unidas y en sus decretos de papel que nadie atiende, y de sus programas -como el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, para la niñez - UNICEF, para la alimentación – FAO, donde la gente cobra sueldos altísimos para que todo siga como está. No, ni en los Cascos Azules. Es en las luchas obreras, en la lucha de los pueblos, en la lucha de los trabajadores donde realmente avanza la bandera de los Derechos Humanos. Hoy más que nunca la bandera de los Derechos Humanos es imprescindible. Primero porque la explotación a nivel mundial de los trabajadores es mayor que nunca; mientras nos hablan el verso que las nuevas tecnologías, el trabajo se robotiza, sigue habiendo gente escupiendo sangre en las minas, llenándose de agroquímicos en las plantaciones, viviendo jornadas terribles en las maquiladoras. Que de ahí surge el sudor y surge la riqueza de los opresores, sigue saliendo de ahí. El tema de la salud, el despojo a la salud por la contaminación; el despojo a los pueblos de su saber tradicional, de su agricultura como fitomejoradores a través de las patentes de la Organización Mundial del Comercio que roba conocimientos extraños y los patenta al servicio de los laboratorios. El colapso del planeta, que cada vez está más cerca si no derrotamos al capitalismo, el saqueo, y el rostro de la pobreza en los niños de las familias más fértiles, que son las más pobres. ¡Si habrá que hablar de Derechos Humanos! Nosotros necesitamos mirar el Uruguay. La explotación de la clase trabajadora es brutal; sueldos de miseria en gran parte, y a veces donde hay sectores como en la construcción donde todavía los salarios son medianamente dignos, no hay empleo. El desempleo. El desespero además de los pequeños productores rurales, agobiados por una carga impositiva brutal igual que los pequeños empresarios urbanos que no pueden más, todo está al servicio de las grandes superficies, todo está al servicio de los inmensos latifundios forestales que este gobierno impulsó. No solo perdonó sino que impulsó, e hizo crecer los latifundios forestales en mano extranjeras. La extranjerización de la tierra. ¡Fíjense si habrá que hablar de derechos humanos! El desempleo, la tierra extranjerizada, la coyunda financiera que nos obliga a pagar una deuda sin preguntar qué parte sí deberíamos pagar y qué parte deberíamos auditar y realmente no pagar porque no nos corresponde. Los venenos, esos también son derechos humanos. La salud de nuestros niños, la enfermedad, la gente sufriendo por agroquímicos, la gente tomando un agua de mala calidad, el no poner bañarse en nuestras playas por las cianobacterias, generando además un ataque violento al turismo. Pregunten en Las Cañas cómo estuvo el turismo este año, pregunten en la Costa de Oro, pregunten en Piriápolis ¡y la que se viene! Porque la irresponsabilidad de ese organismo que se llama DINARA, que tendrían que estar todos presos igual que la DINAMA, la irresponsabilidad del gobierno en general permitió un colapso que llega hasta la agonía del Río Santa Lucía. Cuando hablamos de Derechos Humanos, para los que tienen el rostro de desfilar por los Derechos Humanos deberían recordar que son parte de un gobierno que tiene una tremenda responsabilidad. Que se incorpora además en los pactos del silencio, que ahora vamos entendiendo la magnitud que tienen; pactos de silencio que vienen del Club Naval, que la gente honesta del Frente Amplio siempre resistió, pactos del silencio que vienen que no se esforzaron algunos sectores del Frente Amplio para que saliera el Voto Verde, y que permitieron que persistiera la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Es decir, una violación constitucional -esto hay que repetirlo una y mil veces en días como éstos-, la ley de caducidad es la violación de un principio constitucional fundamental, que ya inspirado en las Instrucción del año XIII de Artigas, la separación de poderes. La Ley de Caducidad implica que un poder del Estado, el Poder Legislativo ordena a otro poder -que debería ser independiente-, el Poder Judicial, el Poder Legislativo le ordena: a éste podés juzgar y a este no, porque es militar. Es una violación fragrante del espíritu de nuestra Constitución. Y eso cuando subió nuestro único diputado a la Cámara y propuso un Proyecto de ley para ANULAR la Ley de Caducidad, nadie ¡nadie! le llevó la corriente. Por los pactos de silencio que existen, que visualizaron con Huidobro, que se visualizaron cuando el Dr. Tabaré Vázquez no quiso mirar, o miró sin mirar, firmó sin mirar un documento gravísimo que atenía a delitos de lesa humanidad. Cuando hablamos de Derechos Humanos vamos a la marcha, o no vamos a la marcha si no nos sentimos bien en esa compañía, pero hay gente que no debería estar ahí, que tendría que tener un poco de vergüenza por la complicidad con este gobierno porque lo integra, porque a veces discrepa de palabra pero como son simples rastrillos de votos en los hechos siguen votando lo que la cúpula Astorista le dicta. Derechos Humanos… ¿y los cuerpos de paz? ¿Podemos defender nuestros Derechos Humanos, marchar por nuestros Derechos Humanos mientras votamos que vayan militares a Haití? ¿Cómo quedó Haití con los famosos cuerpos de paz? ¿Con el cólera, con la violación de niños, mejoró la situación de Haití? ¿O se agravó el hambre, se agravó la destrucción del pueblo? Que era el verdadero objetivo de etas misiones, que desgraciadamente autorizó el gobierno uruguayo. ¡Y ahora nos vamos a el Golán! ¿Pero nos hemos olvidado que el Golán es territorio Sirio, que es territorio ocupado? Qué significa que con esta votación que todo el FA menos el PVP votó -todo el FA, el Partido Comunista, el Partido Socialista, todos los sectores votaron-, ¿qué significa enviar un cuerpo de paz a una territorio ocupado? ¿Qué significa si no ser cómplice con la ocupación? Es brutal. Entonces cuando hablamos de derechos humanos tenemos que hablar de todo eso, tenemos que hablar de la Ley Antiterrorista. Ninguno de nosotros quiere que haya terroristas contra población indefensa, ninguno de nosotros lo desea. Es absurdo sospechar que alguno de nosotros nos opongamos a que Al Qaeda, a que Daesh -el Estado Islámico- no fuera reprimido. ¡Ojalá sean bien reprimidos! Pero la Ley Antiterrorista es la que se está usando en Chile para reprimir a los Mapuches, no a los asesinos de crímenes de lesa humanidad. La Ley Antiterrorista no menciona el verdadero terror desatado por Trump, por Bolsonaro, por el gobierno criminal de Colombia. La Ley Antiterrorista detrás de ese nombre importante en realidad apunta contra la lucha de los pueblos, contra el legítimo derecho de los pueblos a expresarse, y el legítimo derecho en los territorios ocupados a la lucha armada en territorio ocupado. La Ley Antiterrorista es una ley contra los pueblos. Y el gobierno actual -junto con blancos, colorados e independientes por supuesto- firmó la Ley Antiterrorista a escala uruguaya, que es la misma ley que el imperialismo norteamericano impuso en Australia, impuso en todos los países. En ese marco los actuales gobiernos y el partido de gobierno firman en el papel leyes muy bonitas, leyes que después ni siquiera se implementa el dinero para hacerlas cumplir. Tenemos que tener claro, porque esto es hablar de Derechos Humanos: o cambia el mecanismo económico financiero, o nos liberamos de la opresión, de las garras de la opresión, de la parte de la deuda externa ilegal, de todo ese dinero que se llevan gratuitamente nuestros grandes opresores y nuestros grandes saqueadores… si no ponemos las cosas en su lugar y aliviamos además la carga impositiva de los pequeños, no podemos hablar de derechos humanos. Son solo leyes en el papel que hablan muy bonito, y dicen: ven, hicimos unas leyes muy positivas… sí, pero la realidad es totalmente lo contrario. Se vota las ocho horas para el trabajador rural y cada vez hay más gente envenenada por agroquímicos trabajando en las plantaciones ¿o no? Por suerte sectores memoriosos de nuestra generación y un relevo joven extraordinario toman las causas de los Derechos Humanos y salen a las calles a manifestar. Pero la movilización ciudadana sin respuestas políticas se agota en sí mismas. Por eso nosotros necesitamos por los Derechos Humanos duplicar, triplicar, multiplicar la bancada de la Unidad Popular, con una gran manifestación ahora en junio marcando nuestro crecimiento para ser creíbles, y con una gran reafirmación en la primera vuelta de que nuestra bancada crece y se fortalece. Que no arriesga para nada el que nos vote en primera vuelta; marcar a un presidente o a otro, eso se define en la segunda vuelta. Lo que hace cada uno cuando está en octubre en el cuarto secreto, cada uno de nosotros solo con nuestra conciencia, con nuestra memoria y como diría Atahualpa Y en nosotros nuestros muertos pa´que naides quede atrás, en ese momento de soledad con nosotros mismos que es un momento muy acompañado, en octubre -votemos lo que votemos en noviembre-, en octubre dar el voto para una fuerte bancada de la Unidad Popular. Ese es el homenaje a los muertos, es el homenaje a los desaparecidos, ese es el homenaje que todos nuestros niños pobres y hambrientos merecen y necesitan. La alianza de una fuerte bancada de la UP con movimientos sociales con independencia de clase, sin ser manipulados, la alianza de la bancada de la UP fortalecida y al servicio de los movimientos sociales, forman una ecuación invencible por los Derechos Humanos, por la patria, por la liberación nacional, por el futuro que nos merecemos”.
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