En Bella Unión se sigue viendo la misma miseria de siempre: “Cada día se suma más gente a la Unidad
- La Juventud Diario
- 18 may 2019
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Gustavo López, candidato a la vicepresidencia por la Unidad Popular, fue entrevistado por Diego Martínez y Hernán Salina en CX36 para hablar de la gira que los candidatos de la UP realizaron por el norte del país. Explicó que Gonzalo Abella estuvo en Paysandú, donde la Unidad Popular tiene un desarrollo extraordinario, donde se sostiene un local desde hace 5 años y dos audiciones de radio. (De ahí fuimos a Salto) y “en Salto si uno toma como referencia el estado de desarrollo de las elecciones anteriores, hemos crecido significativamente en calidad y cantidad”. Dijo además que Sato presenta similares contradicciones con el departamento de Maldonado, con una aristocracia potente y luego sectores populares en condiciones de miseria lacerante, con un crecimiento tremendo de asentamientos, de violencia social, con la ausencia total de respuestas del gobierno”. López abordó en profundidad la realidad actual en Bella Unión luego de su visita anterior 10 años atrás.
Se está realizando -por parte de los diferentes compañeros, tanto del diputado Eduardo Rubio como ustedes integrantes de la fórmula, una recorrida por diferentes puntos del país. ¿Cómo ha sido la respuesta que han encontrado, qué cambios -si es que los hay- en relación los mismos lugares que han pasado? Con el plan de campaña que definió la Unidad Popular nos propusimos recorrer todo el país previo a las elecciones de junio para iniciar de junio a octubre otra recorrida. En este marco, el diputado Eduardo Rubio tiene un trabajo incansable, él dice un poco en broma y mucho en serio estoy de paso por Montevideo, porque está de forma permanente desarrollando actividades en todo el país. Y luego la fórmula también con una planificación que nos está permitiendo dividir tareas con Gonzalo (Abella) y atender las distintas realidades. Gonzalo estuvo en Paysandú en un lugar donde la Unidad Popular tiene un desarrollo que hay que atender, del punto de vista de lo extraordinario que hacen el trabajo los compañeros allí. En Paysandú -para dar cuenta de algunos elementos- las reuniones cotidianas digamos de la militancia de la Unidad Popular superan las 25 personas, en Paysandú se sostiene un local hace 4 ó 5 años por lo menos, en Paysandú se sostienen dos audiciones en la radio, en Paysandú el respeto que hay por nuestros compañeros es una cosa que uno lo siente en la prensa, lo ve en la calle, han incorporado compañeros y compañeras nuevas a la militancia con un rol muy activo. Allí estuvo Gonzalo, que nos cruzamos luego en la última noche en Paysandú y la evaluación ha sido muy positiva de todo punto de vista. De ahí fuimos a Salto en compañía de Martín Andrada y Rafaela -una compañera militante muy activa de Paysandú-. Y en Salto -si uno toma referencia el estado de desarrollo que teníamos del punto de vista de la organización en las elecciones anteriores y lo que ocurre hoy-, podemos comprobar que hemos crecido significativamente en calidad y en cantidad. Son referencia de la Unidad Popular en Salto dirigentes de la construcción con responsabilidades en la dirección del SUNCA, son referencia en la construcción de la Unidad Popular en Salto compañeros vinculados al sindicato de la represa de Salto Grande, quienes nos dieron un pormenorizado informe de lo que ahí ocurre, son referencias de la Unidad Popular compañeros como Juan Román que durante muchísimos años junto con García, defendieron la bandera de la Unidad Popular solos, en las más adversas condiciones solos defendiendo las ideas de la Unidad Popular, fieles a la tradición de los principios de la izquierda. Y hoy esos compañeros ven la cosecha de aquella siembra, hoy ven el resultado en crecimiento, en respeto acumulado. Allí mantuvimos reuniones con la gente del SUNCA, la gente del sindicato de Salto Grande, una gira de prensa importante en Salto. Desde el punto de vista de la percepción que uno tiene cuando llega a esos lugares, yo siempre pensé que el departamento más desigual del país era Maldonado, donde en un extremo se ve el lujo, la suntuosidad, en fin la costa esteña; y en el otro extremo de Maldonado se ve una miseria que insulta la dignidad humana. Yo creo que Salto es más o menos así: una aristocracia potente, fuerte, con mucho dinero vinculado al agronegocio y a la agroindustria; y luego los sectores populares en condiciones de miseria lacerante, crecimiento de los asentamientos, un crecimiento de todas las derivaciones sociales digamos de la degradación, de la drogadicción, de delitos que no conocía el interior del país, de violencia social en todos los extremos, lo que da cuenta de un proceso serio de degradación y la ausencia de respuestas por parte del gobierno. Luego de Salto partimos hacia el norte, a Bella Unión y cuando uno llega a Bella Unión se le remueven muchas cosas, en primer lugar porque es un lugar con enorme sentido simbólico para el campo popular y para la izquierda. Desde mitad de la década de los 60 en adelante, tal vez sea la localidad del interior con más sentido simbólico, con más tradición de lucha desde las marchas cañeras, desde la acción de Raúl Sendic padre y el sindicato de UTAA. Luego, porque Bella Unión fue un enclave donde el FA hizo una serie de experimentos tendientes a revertir una situación de miseria profunda que existía y sobre todo desde la crisis del 2002 en adelante, experimentos que han fracasado estrepitosamente. Me refiero a lo de ALUR, me refiero a ciertos planes de otorgar tierras a pequeños productores sin ningún tipo de sustento ni acompañamiento en el proceso productivo. Entonces, cuando uno llega a Bella Unión recuerda que algunos personajes de la política decían que se iba a producir un milagro en Bella Unión y que Bella Unión iba a florecer de prosperidad, pleno empleo a partir del etanol, a partir de la inversión millonaria en ALUR. Lo que uno percibe, yo hacía 10 años que no iba a Bella Unión y la verdad que no hay ningún cambio significativo en los últimos 10 años excepto algunas viviendas que se han entregado para erradicar algún asentamiento. Hay que reconocerlo, vivienda digna pero que al mes siguiente se arma un asentamiento enfrente, entonces el barrio Las Láminas conocido por desnutrición infantil sobre todo a partir de la crisis del 2002, tal vez el lugar de Uruguay con mayor pobreza, con mayor miseria, bueno allí se construyeron viviendas, pero enfrente se construye un asentamiento. Y cuando decimos asentamiento decimos costanero, chapa, cartón, piso de tierra. Llegamos lloviendo, había llovido mucho la noche anterior ya no llovía cuando llegamos nosotros, y en el barro había niños descalzos, gente que se le ve el hambre en el rostro, es terrible. Lo de Bella Unión es difícil de contarlo. Y en la medida que uno avanza más hacia la Barra de Quaraí, hacia el río, más asentamientos y más miseria, ninguna perspectiva de trabajo, están esperando ahora el comienzo de la zafra de la caña de la que vive el pueblo entero, las estimaciones oficiales de los técnicos es que la zafra va a durar 100 días, es decir que esa agente va a trabajar 3 meses al año y luego no hay qué hacer. Pero en estricto rigor: no hay nada qué hacer. Han cerrado allí los otros emprendimientos como era en su tiempo CALVINOR, ha cerrado la cuestión hortifrutícola vinculado a los invernáculos, luego fue CALAGUA, Greenfrozen, ha cerrado todo lo que generaba un ciclo productivo local y mano de obra genuina, entonces el nivel de miseria que se ve en Bella Unión es extraordinario. La preocupación de los compañeros precisamente por el estado actual de la situación económica y el tema de la vivienda como preocupación central. Allá hay un potente grupo de compañeros y compañeras que luchan por la aprobación del Plan Nacional de Vivienda Popular, con ellos nos reunimos y es tan sensato, es tan claro cuando uno se reúne con gente que dice mi necesidad es ésta y la forma de resolverla es ésta cuando se le da la espalda desde el gobierno, que uno se da cuenta en estas recorridas lo que de alguna forma teóricamente veníamos afirmando, el proyecto del progresismo ha fracasado, no tiene respuestas para las necesidades populares y cuando cambió la ecuación económica sobre todo a partir del 2015 y ya los precios internacionales de nuestras exportaciones no son los mismos, bueno la sombra de la crisis ya está en todo el país.
¿Qué dice la gente sobre cómo se puede revertir la falta de trabajo en lugares tan vinculados a una actividad como puede ser la producción citrícola en Salto o la caña de azúcar en Bella Unión? Una primera valoración respecto a tu requerimiento en torno a qué dice la gente, lo que dice la gente es lo que decimos todos, es que advierte todos los días que la realidad se está degradando, que falta el empleo, que crece la violencia, que crece la drogadicción en los jóvenes, que no hay repuestas concretas del gobierno. ¿Qué pide la gente? Cosas muy elementales. No es cierto que no se pueda resolver ese problema.
¿Qué piden los trabajadores? Tener las manos ocupadas, no trabajar 3 meses al año en una zafra y después mirar el techo o tirarse debajo de una anacahuita a esperar que el día se termine. Tener las manos ocupadas, y teniendo las manos ocupadas tener el sustento de la familia.
¿Qué piden estas madres que iban con sus gurises en brazos? Tener una casa que no se llueva, no vivir con piso de barro. Estas son las aspiraciones concretas de nuestro pueblo y se podrá pensar que en este país no pueda haber eso, que no pueda haber un plan en Bella Unión para erradicar definitivamente los asentamientos.
El Frente Amplio en el gobierno invirtió plata en Bella Unión. Muchísima, muchísima. ¿Qué ha pasado ahí? Otra vez vamos al modelo, por un lado se han construido algunas viviendas -lo decíamos anteriormente- que han resuelto la situación más dramática del barrio Las Láminas, viviendas relativamente dignas donde se puede vivir. Y enfrente se construyó otro asentamiento. Incluso yo preguntaba quiénes son y nos decían que es gente de aquí, porque gente de afuera no va y la gente de Bella Unión no se va de Bella Unión, no es que crezca demográficamente sino que es la misma gente; son los hijos y los nietos de la gente de Las Láminas, digamos, que cuando comienzan su vida independiente no tienen otra alternativa. Reproducen ese ciclo de miseria y sin embargo a la gente que sí se le asignó vivienda digna uno pasa por allí y ve cómo se ha transformado hasta subjetivamente, ya es distinto, el poseedor de una vivienda empieza a cuidar su entorno, empieza a poner una planta en el frente de su casa, empieza a tener alguna razón concreta para vivir. Puede ver la lluvia por la ventana y no cayendo sobre la cama, es totalmente diferente. Se ha invertido mucho en Bella Unión. Con ALUR, el tema del etanol y otorgando algunas hectáreas de tierra a pequeños productores y algunos colonos. Y ha fracasado estrepitosamente el proyecto de ALUR por varias razones, entre otras cosas porque este modelo de dar tierra para plantar caña y luego no asistirlos ni técnicamente en la preparación del suelo, ni con infraestructura y maquinaria para la cosecha, sino que se las compran; lo que ha generado es que todos los pequeños productores -un pequeño productor de caña estamos hablando de 30 hectáreas- todos esos tienen un nivel de endeudamiento que está muy por encima incluso del valor de la tierra, si vendieran el instrumental que tienen para trabajar y la tierra no pagan la deuda. Además de otras variaciones estas sí vinculadas al modelo económico en relación a los precios internacionales. Ahora, por ejemplo no están ni refinando el azúcar, tienen galpones y galpones con acopios de toneladas de azúcar que no tienen dónde colocarla, es decir no tienen mercado para esa azúcar. Ahí hay un esquema productivo terrible. Yo venía de camino -son muchas horas de viaje- pensando en cómo responder algunas cosas concretas sobre la realidad de Bella Unión, ¿qué cosas serían las que habilitarían un cambio de realidad ahí? La primera es detener el proceso de extranjerización de la tierra y privatización de la economía. Lo primero es detener ese proceso en donde el grande se come el chico, en donde el capital extranjero funde el capital nacional. Esa es una medida urgente, detener el proceso de extranjerización de la tierra y concomitantemente el proceso de primarización económica, es decir dejar de exportar cosas sin valor agregado y generar trabajo, cadena de producción que dé trabajo.
¿Se podría seguir cosechando, cultivando azúcar? Yo creo que sí, pero sin ningún problema, negociando con mercados de reciprocidad en la región, generando una sustancial baja del producto en el mercado interno y por tanto fomentando el consumo del mercado interno, agregando otras variables de la producción de la caña, todo lo que esa materia prima puede dar a la hora de procesar, desde el alcohol hasta otras variaciones un poquito más elaborados desde el azúcar. Una segunda medida central y esto sí tiene que ver con lo anterior es romper con la dependencia de los centros de poder. Es decir que Uruguay no piense su economía solamente como un tomador de precio del mercado mundial, sino que salga del mercado mundial a establecer acuerdos de reciprocidad con otros países de la región y del mundo, en donde vos podrías perfectamente cambiar caña de azúcar por otro tipo de producto que el país necesita y que hoy está importando a alto costo. Entonces romper esa dependencia y pensar el ciclo económico no desde la perspectiva de la apertura irrestricta del mercado mundial sino de la soberanía: bueno, yo tengo este trabajo, tengo estos recursos y con estos recursos tengo que impulsar un modelo económico a favor de nuestra gente. Una tercera medida -esta sí me parece de carácter urgente- es terminar con la vulnerabilidad de los sectores sociales; o sea abordar el problema de la pobreza estructuralmente: vamos a terminar con los asentamientos, vamos a generar condiciones para que los niños de Bella Unión tengan asistencia médica, deportiva, odontológica, etcétera. Esto en términos económicos no vale nada, si uno lo piensa en relación a lo que daría de futuro de país pero nada, tiene que haber una intervención decidida para abordar el problema de la pobreza estructuralmente, no con un MIDES.
Y no hablamos de lo que es el lugar. Es una ciudad cargada de simbolismo para la izquierda, tanto que Mujica eligió para el día de su asunción a un cañero de Bella Unión, a un ‘peludo’ como se les dice. Yo me acuerdo un discurso de Vázquez en torno a Bella Unión que decía: vamos a repartir, vamos a tratar de darle tierra a los trabajadores y vamos a terminar con el barrio Las Láminas, por lo que significaba eso. Efectivamente construyó viviendas en el barrio Las Láminas y entregó alguna tierra a algún trabajador, cuya realidad hoy entre daños materiales es peor que la que tenía antes. Estuvimos con Teddy, compañero que ahora tiene un tambito, está produciendo unos quesos, los vende en la feria y nos decía claramente esto. El productor sin asistencia, el productor con una carga impositiva alta, el pequeño productor al que se lo va cercando no tiene más posibilidades que esa, que sobrevivir en el mejor de los casos en su campo. Cuando uno entra a Bella Unión hay un monumento, un busto a Raúl Sendic. Es decir lo que esa localidad significó del punto de vista de la lucha, fíjense que UTAA en su mejor momento levantaba aquella consigna de ‘tierra para el que la trabaja’, esto además de ser una cosa muy justa coloca al movimiento sindical en un elemento central, era un sindicato que estaba proponiendo que el medio de producción, la tierra, fuera para los trabajadores. En Uruguay un trabajador de una fábrica no dice en su consigna la fábrica para los trabajadores, en general dice salario digno, mejores condiciones de trabajo, sin embargo esos trabajadores…
Para plantear el socialismo.
¡Claro! Sin embargo esta gente decía la tierra para el que la trabaja, estaban planteando precisamente una medida socializante, este medio de producción lo precisamos nosotros, los que trabajamos para desarrollar esa actividad. Creo que había una cuestión muy avanzada ahí que hoy quedó en condiciones que ahí se ven.
Eso dividió también la política del gobierno ¿no? Lo fragmentó, cooptó una parte a partir de ciertas prebendas incluso económicas, a otro directamente lo frustró. Y hay un conjunto de compañeros que te lo dicen de frente: “yo llevo 20 años en esto, no cambia nada, estoy pensando en irme, mis hijos ya se fueron”. Esa es la situación que ahí está planteada, en un momento de la vida del país muy particular, ya no se puede ocultar ni siquiera mirando los datos oficiales la recesión económica y el fracaso del modelo, ni siquiera la apuesta a la inversión extranjera directa y la eventual. Digo eventual porque nadie sabe qué va a pasar con eso, la eventual instalación de una planta de celulosa resuelve el problema de las cuentas públicas, un déficit que aumenta, un ajuste fiscal en curso -porque cuando el gobierno pasa a recaudar más plata por IRPF cambiando la franja, cuando el capital paga cada vez menos y el trabajo cada vez más, lo que está claro es que hay un ajuste en curso-.
¿Y qué pasa cuando hay ajuste, cuando las clases dominantes tienen un problema de rentabilidad y tienen que recuperar su tasa de ganancia? Bueno, pasa lo que pasa siempre en el siclo económico del capitalismo: o se destruyen fuerzas productivas -esto quiere decir cierran fábricas- que es lo que está pasando, o se abarata la mano de obra con despidos o con trabajo.
Nos pasan un nombre para que nos cuentes, Juan Silva de Bella Unión. Sí. El compañero Juan Silva de Bella Unión si tiene alguna oportunidad por alguna vía de escuchar estas reflexiones, le queremos mandar primero un abrazo y segundo un reconocimiento y agradecimiento por la hospitalidad y el tiempo que nos dispensó durante toda la visita a Bella Unión, junto con otros compañeros pero particularmente estuvimos en su casa, nos acompañó durante todo el día en las actividades de prensa, compartimos con él el almuerzo, creo que es una referencia política y social muy importante que vive en la viviendas de Mevir. Y es allí en el barrio un promotor de actividades deportivas, dirige por ejemplo equipos de fútbol femenino.
¿Ya hay en Bella Unión también? Pero no uno, sino tres o cuatro. Y están armando una selección. Tienen partidos, actividades que él comprende que además del gusto por el deporte mismo cumple otro rol, socializa, integra. Está permitiendo además, viajar a gurisas que nunca habían salido de Bella Unión, están yendo a jugar a otras localidades, por supuesto que las aleja de un mundo muy complejo que hay ahí vinculado al narcotráfico, a la drogadicción, de lo que pasa en la frontera. Entonces este compañero Silva aspiramos a que ocupe un lugar destacado también en las listas del lugar. Había militado durante muchísimos años -hasta hace muy poco- en el Frente Amplio.
Me parece que está pasando en varios departamentos gente que se acerca a la Unidad Popular que está en el deporte también, me acuerdo en Salto, por ejemplo. Sí y este compañero como decíamos vinculado históricamente al FA con activa participación en la campaña que determinó el alcalde de Bella Unión, que fue el alma mater de esa campaña y la propia realidad lo fue arrimando a lo que él dice -que lo dice con mucha claridad-: “yo sigo viendo la misma miseria de siempre y por lo tanto me sumo a una fuerza política que propone un camino diferente”.
¿Sigue habiendo miseria? Porque el gobierno habla que bajó la pobreza y casi no hay indigencia Sí, te miden la pobreza por el ingreso. Es un disparate, porque la pobreza no se puede medir exclusivamente por el ingreso material, la pobreza se tiene que medir por un conjunto de variables entre ellas los niveles educativos, el tipo de trabajo que tenés, entre ellas la vivienda, el hábitat en el que te desarrollás, etc. Pero midiéndola simplemente por ingreso lo que hace el gobierno con las cifras es una obscenidad, fijate que te dice que si vos ganas $5.400 en el interior no sos pobre y en Montevideo si ganas $10.200 -o algo así- no sos pobre, entonces es una cosa increíble, condenan a una situación, a las estadísticas que quien las ve, en Bella Unión eso está muy claro, la gente dice: el gobierno nos cuenta números -había estado Daniel Martínez hacía unos días- que acá nunca llegaron. Y luego, lo quiero decir porque aparece desde los periodistas en Bella Unión a la reunión que tuvimos en la feria a los propios compañeros, una suerte de irritación bronca y hasta desprecio, sobre todo sobre la figura de Leonardo De León y Raúl Fernando Sendic. Y la gente además que les creyó, que los acompañó, que se esperanzó, que militó y que te cuentan desde cómo le han dado la espalda esa misma gente hasta cómo llegaban a Bella Unión en avión y con quién se reunían. En fin, detalles que en todo caso no vienen a cuento en esta entrevista, pero que efectivamente expresan el enojo y el desprecio que los sectores populares le han agarrado a ellos.
Allí tienen como otra escala de evaluación también, porque el resto del país se maneja con los 400 y pico millones de dólares de ANCAP, lo del título; pero ahí en Bella Unión se vivió, ahí tenía que pasar una prueba Sendic pensando lo que era su padre para esa localidad. En concreto con la gente y esa prueba la reprobó, y reprobándola lo que generó fue lo que decíamos: la expresión objetiva de la pérdida de confianza. Ahí hay que disputar también la síntesis de ese descreimiento, porque por ejemplo aparece Manini Ríos en Bella Unión.
¿Estuvo allá? Estuvo allá. Y dice que con un acto bastante exitoso en relación a la cantidad de gente y a la población. Y seguramente aparezca la demagogia de este señor que vino a estrenar la credencial a Uruguay apareciendo candidato, Juan Sartori. Entonces cuando nosotros decimos el rol histórico del oportunismo en el gobierno es abrirle las puertas a lo más reaccionario de la derecha: bueno ahí lo comprobamos, generan condiciones para eso porque le mienten al pueblo, porque engañan las expectativas populares, porque generan condiciones concretas para que la gente visualice lo que eran antes y lo que son ahora. La gente ahí cuando hablaba de De León decía Leonardo, porque era tal el grado de intimidad; y decían: Acá Leonardo pasó de llegar en bicicleta cuando estaba con los temas de la alimentación, de recorrer el barrio en bicicleta, a llegar en avión y no llegar ni siquiera al barrio, de no ir a saludar ni siquiera a la gente en la que él alguna vez se alojó.
Porque él antes trabajaba para la UITA (Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación), eso hay que recordarlo. Claro, ese era el tiempo cuando él llegaba en bicicleta y recorría el barrio, seguramente sin la corbata y tantas otras cosas con que hoy se lo ve.
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