top of page

Columna Auditoría y moratoria de la deuda global

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 13 abr 2019
  • 9 Min. de lectura

Por Gonzalo Abella Candidato a la presidencia de la República

“En las columnas anteriores habíamos visto los tres pilares básicos de la filosofía de la Unidad Popular, que están explícitos en la introducción de nuestra Plataforma Electoral 2019, que es breve pero concisa, clara y firme; resumen de nuestro Programa de Gobierno. Nosotros planteamos ahí la soberanía patria, la liberación nacional como uno de los pilares; otros de los pilares -complementario con ese- el nuevo papel del Estado, un Estado orientado y controlado por el movimiento popular; y tomar los recursos de donde se debe, de donde está la riqueza más insultante, más explotadora, tomar recursos para financiar nuestro Programa. Y ahora tenemos que meternos en una de las medidas de lucha más duras y más necesarias que enfrenta nuestro Programa, y que no por casualidad es la primera que se enumera en el Programa y la primera que se enumera en la Plataforma Electoral, que es el tema de la deuda pública -lo que antes llamábamos deuda externa-. Mucha gente puede pensar en Uruguay: a mí que me importa la deuda pública, yo tengo que llegar a fin de mes. Sin embargo la deuda pública le quita al Estado por intereses y por amortización de la deuda pública que es inmensa, que se multiplicó por tres bajo los gobiernos del Frente (Amplio) 3 mil millones de dólares de intereses por año, que estamos pagando. 3 mil millones de dólares que salen del Estado, que desfinancian el Estado, que generan déficit fiscal. Es un sangría terrible, porque la deuda pública fue creada por el FMI, -no es que el FMI la haya inventado, pero- la deuda pública fue creada como mecanismo de opresión, de sometimiento, de humillación, de destrucción de la voluntad soberana de los países pequeños y de los países emergentes. (Que ya sabían que el interés usurero puede liquidar al deudor, ya lo sabían los templarios cuando crearon los primeros bancos en Europa, y por algo el Papa una vez se enojó con ellos y después en las cruzadas les prendió fuego a los templarios porque habían generado intereses usurarios, entre otras cosas). Pero el FMI en los años ’50 desarrolló una sofisticada modalidad, porque el FMI es un organismo internacional -como todos los dicen- y todos los países miembros aportan a él, y cada cual tiene el número de votos en función de la plata que aporta. Por lo tanto Estados Unidos manda en el FMI, y presta. Prestó en los años ´50, después de la guerra, cuando EEUU iba siendo la cabeza del sistema imperialista, prestó generosamente a nuestros países de su patio trasero. ¡Ah, después hay que pagar!, y si no se puede pagar, porque los gobernantes venales lo usaron en corrupción, en prebendas, el lujos; entonces vienen el FMI y les dice: no hay drama, nosotros no nos metemos en los asuntos de ustedes pero hay que pagar, por lo tanto vamos a mandar una misión para investigar y vamos a firmar con ustedes una carta de intensión, de repente ustedes están gastando demasiado en educación, en salud, vamos a frenar eso hasta que paguen la deuda. Esos mecanismos que terminan controlando y saqueando las riquezas de los países emergentes, fue un mecanismo que empezó a trabajar muy fuertemente a través del FMI -no solo el FMI pero fundamentalmente de él- en los países de la región que llamamos Latinoamérica y el Caribe. En Uruguay este proceso sin embargo, paradójicamente se acentuó en los años del gobierno del Frente Amplio: de 19 mil millones de dólares que debíamos en el 2005, pasamos a 50 mil millones de dólares en el 2015. Es deuda bruta, ahí están los intereses también en esos 50 mil millones de dólares que le debíamos en 2015, y que de ahí vienen los 3 mil millones de dólares anuales que tenemos que pagar de intereses. Pero para evitar la fragrante evidencia de que se nos había embromado, el Contador Astori y el gobierno del FA le hizo un favor nuevo a los grandes acreedores, a los bancos, al imperio: los transformó en deuda soberana. Muy bien, yo pago lo que debía… ¿y cómo lo pago? Endeudándome en Unidades Indexadas -en pesos, pero en UI- con quien quiera comprar bonos, con quien quiera comprar pedazos de nuestra soberanía; está todo en venta. Y con eso pagamos la deuda en dólares, eso es la mal llamada deuda soberana, que intentó borrar las huellas de lo que es este mecanismo de opresión. Ahora nuestra deuda es soberana, es en UI, se refiere todo al peso uruguayo, y acá puede prestar al Estado por esta vía -recibiendo altísimos intereses, pero se hace la calesita, se presta para devolver mucho más adelante en 20 años o 30 años después- acá puede prestar al Estado gente de afuera y de adentro. Las AFAP por ejemplo, ese mecanismo siniestro de succión de nuestra riqueza -que es el que está vaciando al BPS-, las AFAP prestan al Estado, compran bonos, compran títulos, es decir, compran pedacitos de las riquezas estatales en pesos, en UI mejor dicho, y después reciben suculentos intereses en la devolución cuando el vencimiento de esas sumas; la deuda soberana. Pero a la deuda que aumenta de esta manera colosal, con una irresponsabilidad tremenda, y que se advierte -lo que más nos duele y preocupa a nosotros en lo inmediato- son los intereses que hay que pagar todos los años: Yo no sé lo que va a pasar en el 2050, de repente cuando haya que pagar algunos de los bonos el mundo es diferente, se formó un club de deudores, yo que sé… pero hoy el problema son los intereses que estamos pagando que son altísimos, son una sangría, y nos impide un desarrollo económico sustentable. En ese sentido, a la deuda externa del Uruguay se suma la deuda de proyectos públicos privados. Es decir, cuando se construye una cárcel por un privado se genera deuda; cuando se construye una escuela por una empresa privada se genera deuda; cuando UPM 2 se compromete a vendernos la energía excedente y en el tratado se acepta que se le va a comprar esa energía, el compromiso de compra genera una nueva deuda; cuando los parques eólicos privados por ley tienen el derecho de vender toda la energía que quieran al Estado y el Estado tiene que comprarla a un precio mucho más alto que lo que genera la electricidad de la hidroeléctricas, los parques eólicos que deberían ser una maravilla porque son energías sanas, sustentables, se vuelven un mecanismo de opresión y van a terminar fijando ellos las tarifas de UTE sin duda, y ahí si se genera una nueva deuda. La deuda se genera por todos lados porque el país esta entregado, porque el país esta rifado, porque el país está entregado realmente a las transnacionales y al capital internacional. Sin embargo, en el Programa -la plataforma no lo dice porque es más reducida- se plantea que nuestra deuda tiene elementos ilegales, tiene una parte ilegítima y tiene una parte inmoral. ¿Cuál es la parte ilegal, la más grave, la que no tendríamos que pagar de ningún modo? La que se generó durante la dictadura. ¿Cómo nos vamos a ser nosotros responsables de una deuda que la tiranía recibió en ese momento? Por otro lado hay una deuda ilegítima, porque se usó en el 2002 en salvar bancos privados; ahí estuvieron de acuerdo incluso el FA que estaba en oposición, desgraciadamente estuvo de acuerdo con el Partido Colorado que había que conseguir préstamos para salvar a bancos privados que estaban en la quiebra. ¿Por qué vamos a pagar nosotros esa deuda? Y hay otra parte que es inmoral, cuando se usa para financiar megaemprendimientos que son al servicio de las transnacionales. ¡Hay que ver qué se tiene que pagar y que no! Uno dirá que más allá de la justicia, este reclamo es imposible. ¡¿Qué va ser imposible enfrentar la Deuda Externa, que va a ser imposible?! Islandia unos años atrás dijo: que se hundan los bancos, yo no agarro préstamos por eso. Brasil en 1953 declaró la moratoria de la deuda, y fue refinanciada después en condiciones mucho más benéficas para Brasil. Y más recientemente en Ecuador en el 2008, cuando el Presidente Correa hizo la auditoría de la deuda externa del Ecuador, resultó que el 90% que se iba a pagar era ilegal; y Ecuador no la pagó. Es decir, son muy fieros estos mecanismos internacionales, ponen caras serias a través del CIADI y del FMI, porque descuentan el sometimiento servil de los gobiernos. Pero cuando uno dice: no, la deuda externa no la voy a pagar así, voy a hacer una moratoria, una auditoría después de hacer la moratoria; entonces se ponen preocupados ellos, no nosotros. El primer punto de lo que son medidas concretas del Programa de la Unidad Popular -estoy hablando de la Plataforma Electoral, que es una síntesis-, después de toda esa introducción de la que hablamos ya, el primer punto dice: “La Unidad Popular suspenderá los pagos de la deuda pública global, con auditoría y participación social en su ejecución”. Es decir, moratoria: vamos a ver qué estamos pagando. Segundo, auditoría: vamos a investigar cuál es la parte inmoral, cuál es la parte ilegal, cuál es la parte ilegítima, vamos a investigarlo. Pero para investigarlo, primero cesamos los pagos, y no anunciamos que renunciamos a pagar; ah no, queremos saber lo que estamos pagando. Eso se llama moratoria; no significa cancelación, desconocer la deuda externa, no: moratoria. Paro de pagar los 3 mil millones de dólares anuales; pará un poquito mientras hago una auditoría. Y dice una cosa esta frase que no hay que pasarla por alto: “Unidad Popular suspenderá los pagos de la deuda pública global, con auditoría y participación social en su ejecución”. Solo el pueblo organizado controlando, puede garantizar que la auditoría se cumpla cabalmente, que no se metan intereses mezquinos, que los sometidos de siempre empiezan a hablar y anuncian cosas terroríficas si no pagamos. No pasa absolutamente nada, es un derecho que tenemos el hacer eso. Porque además hay mecanismos de Naciones Unidas -que no se cumplen pero que están ahí y que podemos apelar a ellos- de que no puede ser juzgado un Estado como sujeto del derecho privado. Un Estado tiene que primero atender las carencias de sus ciudadanos, las necesidades básicas de su desarrollo; y después lógicamente pagar las deudas que tiene. Pero esa prioridad que existe como fundamento jurídico e internacional de que el Estado no puede ser juzgado como una simple empresa, porque no lo es, porque de él dependen la vida y la calidad de vida de los ciudadanos, le permite al Estado tomar estas prevenciones. Lo que pasa es que son mecanismos que no se atreven a usar. Esta parte -yo leo textualmente- Plataforma Electoral (me salteo la introducción que ya vimos), punto uno, Deuda Externa -repito porque es hermoso-: “La UP suspenderá los pagos de la deuda pública global, con auditoría y participación social en su ejecución”. Pero va a más -y eso es lo lindo del Programa, cómo está organizado, y conste que sin esto no hay un proyecto de desarrollo sustentable-: Hay una segunda parte de este Art. 1 que dice: “Ruptura con el FMI y los demás organismos con los que se han firmado acuerdos en contra de nuestra soberanía en todos los planos: económicos, políticos, sociales y ambientales”. No significa declararle la guerra al FMI, es decir: no soportamos más tu yugo; somos un país soberano, independiente, el Estado juega un rol protagónico, vamos a sacar recursos de donde los tenemos que sacar, no te vamos a solicitar más préstamos, eso queda en moratoria, eso queda en stand by mientras vemos la naturaleza de la deuda externa que tú supervisás -aunque no sea contigo querido FMI, tú la supervisás y la presionás-, y vamos a romper con esos mecanismos de dominación y con los demás organismos con los que se han firmado acuerdos en contra de nuestra soberanía en todos los planos: económicos, políticos, sociales y ambientales. En resumidas cuentas cuando pasamos de las aspiraciones, el marco teórico, los fines y objetivos que planteamos en la introducción a las medidas concretas de acción -no empezamos por la preservaciones del medio ambiente, no empezamos por la construcción de viviendas, elemento centrales y esenciales de nuestro Programa-, empezamos por enfrentar claramente, de forma antagónica al principal mecanismo de sujeción y de dominación que nos tiene oprimidos: la deuda externa y los 3 mil millones de dólares que nos cuesta de sangría todos los años impidiendo un modelo de desarrollo con recursos propios. Claro, la solución es que vengan las empresas extranjeras a invertir porque nosotros no tenemos plata. ¿Y por qué no tenemos plata? Por la deuda externa y por sus intereses. Por lo tanto, esta declaración que aparece en la Plataforma Electoral que aparece como Punto 1, tiene la misma importancia que tuvo en su momento las Instrucciones del año XIII: Es la decisión de recuperar una soberanía que el imperialismo y las transnacionales nos han robado, es la decisión de ser liberes y la garantía -y eso también se verá después- que hay antecedentes internacionales que se han hecho, y no por países llamados socialistas sino por países que simplemente tienen dignidad, es la garantía de todo lo demás. Repito, esto no significa que otras medidas muy importantes y muy urgentes que haya más adelante -y que vamos a analizar- requieran para su comienzo que se desconozca la deuda externa, no; significa que cuando avancemos en otros planos, como vamos a avanzar con la movilización ciudadana, el tema de la deuda externa nos está esperando como una rémora, como un complicación, y más temprano que tarde con la propia movilización ciudadana alentada por los éxitos y por los triunfos vamos a tener que enfrentar el tema de la deuda externa”.


Entradas relacionadas

Ver todo
49 Aniversario, no hay repliegue

En estos días es evidente que ante un nuevo aniversario del Movimiento 26 de Marzo, muchas cosas y conceptos se ponen sobre la mesa en...

 
 
 

Comments


Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
Noticias destacadas
Noticias recientes
bottom of page