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Opinión ¿Qué dicen las cifras?

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 4 abr 2019
  • 5 Min. de lectura

Ricardo Cohen (Editorial La Verdad)

Las cifras de aumento de las rapiñas (53,8%) y los homicidios (45,8%) en el año 2018, “sorprendieron” al propio Ministerio del Interior hace unos días, y reflejan claramente la crisis social que se está viviendo en nuestro país, que acompaña la desocupación creciente, por el cierre permanente de fábricas y empresas, y con cada vez más familias empujadas a los asentamientos, cada vez más gente viviendo en la calle y comiendo de los contenedores, a pesar del “asistencialismo” del Mides. Esperamos que las recientes cifras oficiales sobre la economía hayan “sorprendido” también al presidente Vázquez, que hace muy poco, en el suntuoso Antel Arena donde realizó su “rendición de cuentas”, había planteado perspectivas de crecimiento muy superiores, seguramente para que no se aguara la fiesta.

“La inseguridad”

Sobre el tema de la llamada inseguridad, va quedando demostrado cada día que con más policías, mejor pertrechados, con más tecnología, con un récord de presos, que andan por los 11.000, siendo Uruguay uno del que tiene más presos por habitante en el mundo, este fenómeno no se detiene sino que crece. Tanto el gobierno seudoprogresista del FA, que lleva adelante esta política como los partidos de la derecha tradicional, que expresan los intereses de distintos sectores de las clases dominantes y el imperialismo, en el comienzo de esta campaña electoral se disputan “el mercado de la mano dura”, como bien lo calificó el politólogo A. Garcé. La inseguridad la sufren fundamentalmente los trabajadores y el pueblo y la usan demagógicamente los de arriba para enfrentar a pobres contra pobres. Allí tenemos como destacados, al plebiscito “Vivir sin miedo” impulsado por Larrañaga que plantea nada menos que sacar a las calles a las FF.AA, el endurecimiento de las penas y otras barbaridades, propias quien pegó este manotazo de ahogado, para salir de la crisis de su sector, cuando perdió gran parte de los intendentes y figuras importantes. Está el empresario Novick con su multimillonaria campaña, que tiene avisos terroríficos en las tandas televisivas y están también los que rodean al excomandante Manini Ríos, que ven en la crisis social, el desprestigio de los políticos burgueses y la instalación de gobiernos de ultraderecha en el continente buenas condiciones políticas para “volver”. Nuestra posición y la de la UP en este tema es claro, de esta situación no se sale con más cáceles sino con más fábricas, más chacras, más hospitales, más centros de estudio. No con más represión a los de abajo sino con un cambio radical en la economía del país, que ponga el centro en el trabajo digno y para todos, salario mínimo nacional de media canasta familiar, jubilaciones acordes al costo de vida y no de miseria como ahora, con más presupuesto para la salud, la educación y la vivienda popular. La economía en “Recesión técnica” o “estancamiento”

Según los datos del BCU, la economía Uruguay habría completado 16 años de crecimiento, con el del 1,6%, del 2018. Un crecimiento débil, pero además, con los últimos 3 trimestres sin crecer, lo que podría considerarse una recesión técnica o estancamiento. Lo que es claro es que persiste una recesión en sectores fundamentales de la economía como la industria manufacturera que cae un 2,1%, la construcción que cayó, por cuarto año consecutivo, un 2,8%, y el comercio, que cae 1,3%, sectores que son muy importantes en la generación de empleo. Cae la inversión un 1,7%, acumulando 4 años de retroceso, llegando a su menor nivel desde 2004, y caen también las exportaciones un 4,8%. Llamativo por su peso estadístico cuestionable, sigue siendo el crecimiento del 6,8% del rubro Transporte y Comunicaciones, fundamentalmente por el aumento de la transmisión de datos. El gobierno del FA, como los anteriores, de la derecha tradicional, se ajusta a la división internacional del trabajo del sistema imperialista-capitalista, que le impone que y como producir, precios monopólicos por compras y contrataciones, costos usurarios por el endeudamiento y fija los precios de las materias primas que producimos. Es un gobierno que ha venido profundizando la dependencia y que ahora se enfrenta a un enlentecimiento de la economía mundial y a una crisis económica regional, especialmente en Argentina y Brasil. Caen las inversiones privadas y las exportaciones, y el déficit fiscal trepa al 4,5%. Su tabla de salvación en la mira son UPM2 y su Tren Central. En lo interno el gobierno ha venido realizando un ajuste fiscal en el Presupuesto y en las sucesivas Rendiciones de Cuentas, restringiendo los gastos sociales e inversiones y los salarios a nivel del Estado y topeando los salarios del sector privado en los Consejos de Salarios, llevando especialmente en el 2018 a una rebaja de salarios, con la consecuente incidencia en las pasividades. Esto sumado a la desocupación creciente (55.000 puestos de trabajo perdidos en 3 años es lo que reconoce el gobierno, pero son más) hace caer fuertemente el consumo interno. Tanto la derecha tradicional como el FA, al borde de una crisis económica, se plantean llevar adelante un nuevo ajuste, la reforma previsional, con la exigencia de más años para jubilarse y la rebaja de la tasa de remplazo, más tercerizaciones, privatizaciones y flexibilización laboral, y limitar el derecho de huelga con exigencias de cláusulas de paz y de restricción de las ocupaciones. O sea que una vez más que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo.

La lucha es en las calles y en las urnas

Ante esta situación es claro que no se debe suspender la lucha obrera y popular hasta después de las elecciones, como pretenden los dirigentes oportunistas de la mayoría de la dirección del Pit-Cnt, que son el principal sostén social del gobierno proimperialista, sino dar cada una de las batallas por reivindicaciones salariales y sociales al mismo tiempo que dar esta gran batalla político-electoral, hasta Octubre, para sembrar conciencia y crecer en organización. Estas son las tareas que tenemos planteadas por delante y las queremos dar con la mayor energía y confianza en las masas. Las dos luchas son parte de la lucha revolucionaria proletaria. La agrupación “El Pueblo en Lucha” y la lista 960-UP, están integradas por militantes clasistas y combativos del movimiento sindical, estudiantil y social, se plantea ser una herramienta de la clase obrera y el pueblo para llevar adelante la batalla electoral de este año. Se integra con los militantes del PCR, partido fundado en 1972 y militantes independientes de la UP. Hemos participado activamente desde la fundación de la Asamblea Popular, antecedente de la UP, hace 13 años, en el trabajo organizativo y programático, y aportado al trabajo colectivo de la valiente y productiva bancada de la UP, junto al compañero diputado Eduardo Rubio. Del Programa de la UP, destacamos que no hay cambios de fondo en nuestro país sin la Moratoria y Auditoría de la Deuda Externa, la Nacionalización de la Banca y el Comercio Exterior, una Reforma Tributaria que grave al gran capital y no al pueblo, una Reforma Agraria con Expropiación de los grandes terratenientes, de más de 2000 hás, Coneat 100, empezando por los monopolios forestales, sojeros y especuladores, y un Salario Mínimo Nacional de Media Canasta Familiar. ¡ARRIBA EL PUEBLO EN LUCHA!


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