Cruyff, mucho más que un jugador de fútbol
- La Juventud Diario
- 31 mar 2019
- 3 Min. de lectura

El pasado domingo se cumplieron tres años de la partida física del gran futbolista holandés Johan Cruyff. La muerte de Johan Cruyff a los 68 años lleva a hacer memoria y recuperar las historias de uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia. Su integridad, ideales y respeto marcaron las decisiones que a lo largo de su carrera modelaron una figura que si ya era inolvidable ahora será eterna. Una de esas perlas vitales que ofreció “el Flaco” supone retroceder hasta 1978. Ese año la atención del mundo del futbol se iba a centrar en el Mundial de Argentina, en el que Holanda era una de las favoritas. Pero lo cierto es que Cruyff no disputó ese torneo, por decisión propia, pese a haber jugado la fase de clasificación. Durante años, ante el silencio del mismo Johan, las especulaciones y teorías afloraron. Algunos sostenían que decidió no ir como protesta a la dictadura militar que vivía Argentina en esos momentos, lo que se argumentaba en sus ideales políticos. Otros apuntaron a una disputa entre Puma, marca con la que tenía un contrato exclusivo, y Adidas, que vestía a la selección holandesa. Hubo que esperar hasta el 2008, tres décadas después, para conocer el por qué Cruyff no fue a esa competición. El misterio lo desveló en una entrevista en Catalunya Ràdio, cuando respondió a Carles Rexach, quien recientemente había publicado un libro en el que aseguraba que había sido la mujer de Cruyff la que le impidió ir al Mundial. El secuestro que le cambió la vida Pero el holandés confesó que la razón fue que tanto él como su familia habían sufrido un intento de secuestro en Barcelona en los meses previos a la cita. “Charly -por Rexach- debe saber que tuve bastantes problemas al final de mi época como jugador aquí y no sé si sabe que en ese momento vino alguien con un rifle a mi cabeza, estaba atado, mi mujer atada, los niños en el piso de Barcelona... Hay momentos en que hay otros valores en la vida”, explicó. Tras el intento de secuestro la policía vigiló durante “cuatro meses” la casa de la familia, a sus hijos y a él. Traumatizado, Cruyff renunció al mundial y estuvo “a punto” de retirarse. Además de suponer su renuncia al Mundial, este episodio provocó su salida del poderoso Fútbol Club Barcelona. Así, Cruyff no pudo liderar a una selección que llegó a la final del Mundial de 1978, pero acabó siendo derrotada 3-1 por la anfitriona, tras una inolvidable prórroga. ¿Cuál hubiera sido el resultado con Cruyff en el terreno de juego? Curiosamente, en el único Mundial disputado por Cruyff, el de 1974, Holanda se enfrentó a Argentina en la segunda fase de la competición. Fue un 4-0 a favor de la “Naranja Mecánica”, en un partido en el que Cruyff abrió y cerró el marcador. Cruyff fue sin dudas uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol. Militó diez temporadas en el primer equipo del Ajax de Ámsterdam. Luego fichó en 1973 por el Barcelona catalán. Continúo su carrera por Estados Unidos, Holanda y España. Pero la historia de vida de Cruyff fue tan valiosa fuera como dentro de una cancha de fútbol. La infancia de Johan Cruyff, “Jopie” según le llamaba cariñosamente su madre, estuvo ligada a un balón de fútbol y al Ajax de Ámsterdam, pues con solo diez años fue escogido entre otros 300 niños para formar parte de las categorías inferiores del club. Su madre trabajaba como personal de limpieza en el club y convenció al entrenador para que seleccionara a Johan para formar parte de sus jugadores. El 8 de julio de 1959, cuando tenía doce años, su padre falleció de un ataque al corazón, por lo que se vio obligado a ayudar con la economía familiar. Un año después abandonaría los estudios para dedicarse exclusivamente al fútbol y al año siguiente encontraría una nueva figura paterna en el cuidador del campo del Ajax al que ayudaba en su trabajo. Cruyff se casó el 2 de diciembre de 1968 con Danny Coster. Tuvo tres hijos: Chantal, Susila y Jordi. Cruyff escogió el nombre de Jordi para su tercer hijo debido al patrón de Cataluña, Sant Jordi. Este hecho fue visto como una provocación contra el dictador de España Francisco Franco, el cual había prohibido cualquier simbología nacionalista catalana, haciéndola ilegal. De hecho, Johan Cruyff tuvo que viajar a los Países Bajos para registrar a su hijo con el nombre de Jordi, ya que en España se lo prohibían las autoridades, y solo se lo permitían hacer bajo el nombre de Jorge. La decisión de Cruyff de hacer un esfuerzo tan grande para llamar a su hijo como el patrón de Cataluña es una de las razones por las que él es tan bien considerado por la cultura catalana.
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