Columna: De paseo por Montevideo Los olvidados y los que se olvidaron
- La Juventud Diario
- 15 mar 2019
- 4 Min. de lectura




Por Lorena Jesús
Militante de la agrupación Parque del Plata del 26 de Marzo – UP, Departamental Canelones
Martes 12 de marzo, Montevideo. Caminando en la mañana montevideana, desde Rivera y Soca hasta Rivera y Arenal Grande se puede contemplar cómo al cabo de esas escasas cuadras hay mucha gente durmiendo bajo la lluvia y frazadas; una realidad que no escapa a la del resto de la ciudad. Van engrosándose los asentamientos y al mismo tiempo salpicando los indigentes donde antes no se les veía; se va visibilizando la pobreza. Yo me pregunto donde están esas frases que contemplan a los pobres… Se escudan bajo la insignia de las adicciones, se desprenden de responsabilidades; ves cómo se pasan la pelota unos a otros como si el mal vino del pasado, o cayó del cielo. Y uno no entiende cómo al momento de detener o identificar a quien rompe un vidrio de Mc Donald´s o pinta una iglesia lo hacen sin problemas, pero para identificar narcotraficantes sí los hay. Con la cantidad de policías que hay en las calles no se logra acabar con las bocas de pasta base ni con la violencia. ¿No será que el problema es que esa distracción es necesaria, con la que colaboran perfectamente los grandes medios de comunicación, para llevar a cabo TLCs, Ley de Riego, Aratirí, pasteras, habilitación de pesca a empresas chinas en nuestras costas, ferrocarril para multinacionales, AFAPS, recortes presupuestales, pago de intereses de deuda, problemas serios de contaminación, precarización del empleo, etc.? ¿Realmente no hay responsabilidad? ¿Son todos problemas de adicción? ¿Cuándo se generaron y por qué se mantienen? ¿Por qué hoy tenemos que sacar en tv abierta campañas para el consumo responsable de cannabis, o prevención? ¿No será que se puso la carreta antes de los bueyes?, como si la legalización del cannabis cambiara o solucionara en algo los problemas de los jóvenes, como son el acceso a los estudios, a la salud de calidad y gratuita, al trabajo y la vivienda. Sacarse responsabilidad, tiene que ver con haber dejado hace mucho tiempo de saber lo que es la necesidad. Es haber dejado de compartir la clase, para pasar a ser los lacayos que sirven a intereses de clases dominantes. Dejaron hace tiempo de sentir el olor a humedad de las pensiones donde se aglutinan migrantes pobres, pensionistas que no llegan a pagar un alquiler, donde se refugian los novios buscando su lugar, porque no pueden acceder a los planes hipotecarios. Los olvidados pasan a ser parte de la lista de espera de los planes sociales, esperando las migajas del sistema para calmar el hambre de los pobres. Pensiones donde no hay paso a los sentimentalismos, y se vuelven parte del mercado natural de Vázquez, donde si te despiden y no te da para pagar ese mes, te trancan la puerta. Y me pregunto, seguramente se les olvidó lo que es ir apretados en el ómnibus, estar impaciente esperando que alguien se baje para poder agarrar asiento, como también contar las monedas en la parada para llegar al boleto. Se les olvidó mirar los alquileres y ver que supera tu sueldo, y tener que hablar con amigos para compartir, o terminar nuevamente en la casa de los viejos. Se les olvidó la angustia de cumplir con todo y más en el trabajo, calladito la boca porque sabés que están cerrando todas las empresas cercanas, haciendo recorte de personal, y tú puedes ser el próximo. Se les olvidó lo que son las listas de espera para los especialistas en la salud, para la escuela de los niños, para pagar, para retirar, colas para sacar préstamos para llegar a fin de mes, colas para refinanciar. Se olvidaron del sentimiento de incertidumbre, del que se va del país y del que llega; pasaron al mostrador de ser los amigos de alguien, de tener los contactos para asegurarse a ellos y sus familias un buen pasar. Se olvidaron de lo que es estar aglutinados en un aula de secundaria o facultad, intentando escuchar desde el fondo lo que dice el profe, de tratar de pedir prestados libros y apuntes porque no hay dinero para materiales de estudio, se olvidaron de lo que es ser recién recibidos y no encontrar trabajo de lo que estudiaron, y aun así tener que pagar un fondo de solidaridad, donde si será tan solidario el fondo que los gerentes ganan cifras exorbitantes e inalcanzables para el trabajador común. Se olvidaron que las leyes suenan muy bonitas pero que solas no hacen nada. La soberbia les ganó, les nubló la mente; tanto, que se olvidaron que el que los crítica desde abajo es porque lo está pasando, es porque está desbordando, porque el vender medias en el ómnibus no le dio para pagar la pensión como esperaba. Tras el desfile de vendedores ambulantes, uno nota en la cara un tinte de vergüenza ante los ojos que miran hacia la ventana o la señora que se acaba de dormir. Ahh pero se los incluyó, tienen que pagar para subir al ómnibus a ver si logran vender los caramelos, las medidas o recibir a cambio del canto una remuneración; significa que se van a poder jubilar… ¿las jubilaciones recortadas por las AFAP? Parece que hasta para mendigar necesitás autorización. Qué peligroso es el capital, que es capaz de comprar la conciencia de algunos hombres, de comprar la dignidad de saber que estás comprometiendo la salud y la economía de generaciones enteras… Mientras caminaba pensaba ¡qué necesaria es la revolución!, donde todos tengamos las mismas posibilidades para desarrollar nuestro potencial, de crear al hombre nuevo y devolverle la esperanza a la gente.
Entradas relacionadas
Ver todoLa posibilidad de aumentos de tarifas y de impuestos había sido negada enfáticamente por el presidente Luis Lacalle Pou durante la...
En estos días es evidente que ante un nuevo aniversario del Movimiento 26 de Marzo, muchas cosas y conceptos se ponen sobre la mesa en...
En los últimos tiempos han ido surgiendo en forma cada vez más amplia problemas y situaciones cada vez más difíciles de atender, con las...
Comentarios