Columna: La Unidad Popular y el 8 de Marzo
- La Juventud Diario
- 7 mar 2019
- 3 Min. de lectura

Por Gonzalo Abella *
En tiempos del Comunismo originario, la mujer ocupaba el rol central entre iguales. Guardiana de la memoria, gestora y educadora de la vida nueva, estaba excluida de las tareas riesgosas en la periferia del territorio. Los hombres desarrollaron más su fuerza física, las mujeres el intelecto y el consejo. Cuando el excedente productivo permitió esclavizar el trabajo de otros seres humanos, la coacción y la fuerza física fueron más importantes que el intelecto. Desde entonces, la discriminación contra la mujer fue la primera discriminación cultural en las sociedades opresoras. En la Antigüedad esclavista, cuando aún no se reprimía la homosexualidad, ya las mujeres eran excluidas de la toma de decisiones en todos los planos. La memoria ancestral, sin embargo, quedó en ellas y a lo largo de los siglos; muchas veces su sabiduría las condenó a morir en la hoguera. En la medida que la propiedad privada de la tierra pasó a consolidarse, la sexualidad femenina fue reprimida al máximo. Una infidelidad del amo no tenía consecuencias legales, pero una preñez de dudoso origen de la esposa del amo complicaba toda la línea sucesoria. Uno puede compartir la ideología de las mujeres revolucionarias de hoy, pero hay cosas que sólo se comprenden a fondo cuando se viven. Ser oprimido u oprimida es diferente a ser solidario con el oprimido o la oprimida. Hace mucho tiempo impartí cursos políticos a obreros, pero (a pesar de que nuca me sobró la plata) sólo comprendí del todo lo que yo mismo decía cuando ellos me devolvieron las palabras iluminadas por su práctica y desde su opresión. El Programa de la UP se ocupa del tema Mujer en dos sentidos. En primer lugar, el tema Mujer cruza transversalmente cada reivindicación social y cultural. En segundo lugar, es necesario un enfoque específico; y aquí correspondió preferentemente a las compañeras su redacción definitiva. Cada día recibimos testimonios de la opresión actual de la mujer, de la cual el femicidio es la expresión más terrible, pero quizás ni siquiera la más bruta y cotidiana. El derecho de cada mujer a disponer de su cuerpo es la mínima protección legal a una indefensión generalizada que tiene su causa profunda en el Capitalismo, y que sólo será superada cuando logremos enterrar la explotación para siempre. Quisiera citar algunos párrafos fragmentados del capítulo Mujer de nuestro Programa, que aún imperfecto, es el documento más avanzado que se ha producido en nuestro suelo: En el punto 21.1 se establece el derecho a lo que hoy se evidencia como una gravísima carencia: “…Acceso a médicos especialista, revisiones preventivas tickets de exámenes y tratamientos gratuitos. Accesibilidad a médicos en tiempo y forma”. En el 21.2, consecuentemente con nuestros principios, y proclamando de este modo al mismo tiempo la paternidad responsable, se proclama: Acceso gratuito a todas las formas de anticoncepción femeninas y masculinas. El punto 21.3 ubica nuestra posición de principios en un tema delicado. La conformación definitiva del feto (futuro titular del derecho a la vida) se da después del tercer mes. Nadie es alegre partidario de un aborto, como nadie es partidario de una operación de apendicitis; ambas intervenciones son un derecho irrenunciable para quien lo necesita, y corresponde a la persona afectada, y sólo a ella, la decisión, mientras que corresponde al Estado y la Sociedad su amparo incondicional. Resalto la parte central de este punto: “…información, educación y anticoncepción para no abortar, y aborto legal y verdaderamente asistido para no sufrir ni morir”. Y continúo citando, desgraciadamente, en forma fragmentada, pero para mostrar el espíritu del Programa: 21.4-Parto seguro (…) con médicos especializados en todo el territorio nacional. 21.5-No al destrato que sufre la mujer en las revisiones ginecológicas. (…) 21.10-…que se reconozca como trabajo el ser ama de casa y madre. 21.12-…la tarea doméstica debe ser compartida en la familia con perspectiva a ser resuelta en forma comunitaria. (…) 21.14-Licencia paternal hasta los seis meses de lactancia en los ámbitos públicos y privados. Si alguna compañera piensa que omití algo esencial, debe tener razón y habrá que rectificar; en estos temas siempre estamos aprendiendo. Sólo quiero expresar mi alegría por la forma democrática, amplia, y participativa, en la que elaboramos este Programa de la UP. * Maestro y escritor, dirigente político y candidato por la UP a la Presidencia de la República para las elecciones de 2019.
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