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Columna Candidatos tecnócratas son candidatos del imperialismo

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 10 feb 2019
  • 3 Min. de lectura

Por Prof. Andrés Freire

“Esta fracción de empleados asalariados, incluidos los jefes y los técnicos, cuyo crecimiento se debe al desarrollo del capitalismo, es particularmente sensible al aspecto ideológico tecnocrático: culto de la eficacia y de la técnica neutra, acompañando la concepción de una neutralidad de la cultura. Ahora bien, el lado tecnocrático es uno de los aspectos más importantes de la ideología imperialista”. Nicos Poulantzas “Fascismo y Dictadura”.

Lo hemos dicho más de una vez, en este tiempo en que comenzamos a adentrarnos la ideología es un elemento central y determinante, porque además es la válvula clave del sistema de control, especialmente clave para un país como el nuestro con amplias capas medias, es decir pequeño burguesas, que comienzan a entrar en un estado de rebelión. Eso es lo que demuestran a la vez paradójicamente los movimientos que se están procesando en el interior rural y urbano, y el conflicto instalado en forma casi permanente en forma explícita o sutil en la educación. La pequeña burguesía normalmente bambolea en sus aspiraciones porque quiere un imposible, un cambio sin que cambie nada, ascender al cielo del consumo burgués, a través del mérito propio, y fundamentalmente de la educación, algo que colectivamente es imposible porque en la propia esencia del capitalismo esté la división en clases sociales y la más amplia y posible desigualdad social, a no ser que un poderoso movimiento popular pueda arrancarle conquistas y concesiones, sin embargo de acuerdo a la curvatura de la vara, esto no se logrará jamás con renunciamientos sin pausa y corrimientos sin cesar hacia el centro.

En su desesperación en no “perderlo todo” y ser condenado a ser obrero sometidos a su misma suerte e infortunio, pelearán hasta el final por conservar su status quo, al precio que sea, su casita en la playa, su autito. Es una clase esencialmente hipócrita, dual: quiere pero no quiere, desea pero no desea, dice una cosa pero hace otra. Por eso le cae tan bien una figura como nuestro excelentísimo ex presidente, “el más pobre del mundo” que otorgó y defendió un salariazo a su elenco gubernamental, criticando el consumismo de los pobres, diciéndole a los maestros que se busquen un segundo trabajo si la plata no les da, mientras para su barra bueno, 120.000 pesos en 2009 era muy poco. El imperialismo tiene un canal privilegiado para actuar y adentrarse en esta clase, veamos una vez más qué nos dice Poulantzas: “Esta fracción de empleados asalariados, incluidos los jefes y los técnicos, cuyo crecimiento se debe al desarrollo del capitalismo, es particularmente sensible al aspecto ideológico tecnocrático: culto de la eficacia y de la técnica neutra, acompañando la concepción de una neutralidad de la cultura. Ahora bien, el lado tecnocrático es uno de los aspectos más importantes de la ideología imperialista”. Por esta misma vía entrarán luego elementos fascistizantes con su mística del rendimiento y la eficacia. Ahora bien: ¿los candidatos tecnócratas, que interés de clase representan, que concepción de país tienen, si es que tienen alguna? La respuesta surge una vez más de este libro tan generoso que estamos comentando: son candidatos pequeños burgueses alineados con el imperialismo. Todo su discurso no es más que fragmentos de ideología pequeño burguesa, creen en el papel neutral del Estado, no ven ni sienten la plusvalía porque no la viven, y a lo máximo que pueden aspirar es una justicia social por redistribución de rentas desde el Estado. Su ideología tomará prestados y re significará elementos de la ideología de la clase trabajadora, y podrá mostrarse distinto a lo que es. Pueden incluso ser más peligrosos y reaccionarios que un candidato de la burguesía, porque a través de estos traspasarán elementos ideológicos fascistizantes, no es que ellos lo sean, sino que comparten conceptos que se introducen a través de estos en el seno de la clase trabajadora y también retroalimentarán las peores tendencias en el seno de la pequeña burguesía; porque recordemos que existe una relación muy clara entre fascismo y pequeña burguesía. Del fetichismo del poder, y del rol en que se ve al Estado, hay un tránsito a la estadolatría y el culto al jefe. Votar a un candidato tecnócrata, y no importa si es hombre o mujer, más joven o más viejo, es votar a un candidato del imperialismo. Nosotros ese problema no lo tenemos, ya hemos definido lo que queremos, tenemos un sólo programa y en consecuencia tenemos un único candidato… Somos Izquierda. Somos Patria.


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