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El programa de la izquierda es un arma; la guía de acción para el pueblo: Gustavo López: “Precisamos

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 8 feb 2019
  • 20 Min. de lectura

“Precisamos de cada uno de los que cree que el modelo progresista está agotado y que la salida en Uruguay no puede ser por la recomposición de los partidos tradicionales de la derecha histórica sino que es necesario consolidar, desarrollar la izquierda”. Hay que decirle a la gente “que se sume a la Unidad Popular, que vamos a encontrar un lugar para cada uno, que los precisamos a todos, que nadie puede decir yo no puedo hacer nada o tengo poco tiempo. Todo el mundo puede hacer algo en su situación, en su realidad, nada es poco en este proceso de construcción”. En este año electoral “además de ser parte de la lucha concreta de nuestro pueblo y de sus sectores populares, nos planteamos fundamentalmente hacer crecer a la Unidad Popular, lo que pasa, entre otras cosas, por multiplicar su presencia en el Parlamento con una bancada bicameral, con pensar en senadores y diputados de la UP”. “Este es un objetivo difícil pero posible, posible si nos aplicamos a trabajar disciplinadamente y ordenadamente y si somos capaces de sumar mucha fuerza atrás de esta idea”.

El 5 de febrero se cumplió un aniversario más del Frente Amplio que es el partido que gobierna, pero que además es un partido político de muchos años con distintos procesos en su historia, distintos momentos donde mucha gente participó de la construcción y luego del andar de esa fuerza política. Tiempo atrás Gustavo López, candidato a la vicepresidencia de la República por la Unidad Popular, escribió en La Juventud una columna denominada “El programa del 71 y el mundo del siglo XXI”. Consultamos en esta oportunidad a López, para profundizar en estos y otros temas desde el punto de vista de los trabajadores y la construcción de izquierda para transformar la sociedad.

¿Desde dónde está enfocada esa columna? A mí me parece importante desde todo punto de vista, comprender que el pasado concurre para explicar el presente. Combatir esa idea de que todo muere en el altar del presente y que las cosas no tienen pasado ni perspectivas, nosotros venimos de un lugar. Es decir, reconstruir en términos históricos cuál fue el proceso que determinó la degeneración actual de la fuerza de gobierno. Una fuerza, nos referimos naturalmente al Frente Amplio, que en sus orígenes fue la síntesis de lo más avanzado y posible de la unidad del campo popular y la izquierda uruguaya, que estuvo antecedida en la mitad de la década del 60 por la unidad social y sindical, por el congreso del pueblo, por la fundación de la CNT, que toma en su programa original aquel programa que había nacido al calor de la lucha del campo popular, en una convulsa década de los 60 en Uruguay y en el mundo. Recordemos que la década del 60 se inaugura con la Revolución Cubana, que efectivamente conmociona la región y el mundo, que cambia la perspectiva, que demuestra la posibilidad concreta, real de derrotar al imperialismo. Que generan en amplios sectores de la clase trabajadora y particularmente en la juventud, la convicción de la posibilidad, la materialización, la objetivización de la revolución socialista en el continente. Esa fue la piedra de toque de la década del 60. Luego nuestro país, producto de la agudización de la crisis económica, los efectos de los primeros lazos de dependencia concretos y reales con el Fondo Monetario, la carta intención del año 58, la crisis de los años 60, el golpe a un país fuertemente industrializado que no es el que tenemos hoy, el golpe que se estaba dando a las condiciones materiales de existencia de la clase trabajadora sobre su salario, sobre los precios de consumo, etc., van generando condiciones para un movimiento de lucha amplio, extendido, la ley orgánica del 58 en el plano juvenil por ejemplo. Y todo lo que significa la alianza obrero-estudiantil nacida al calor de esa lucha y que juega un papel durante toda la década del 60 unificador, movilizador, dinamizador de la lucha de clase. En ese marco efectivamente las fuerzas populares se plantean la necesidad de la unidad política. La unidad política como un contenido estratégico, la unidad política que constituía por entonces un elemento central para enfrentar los planes de la reacción y particularmente los intereses del imperialismo que ya estaba definiendo la estrategia de las dictaduras militares en la región. Ya a mitad de los 60 el primer congreso de la CNT anticipaba la posibilidad frente a la eventualidad de un golpe de Estado la huelga general. Es decir, ya estaba planteado en la región la posibilidad de las dictaduras militares impulsadas por el imperialismo y las oligarquías, las fuerzas populares se plantean la unidad política a mitad de la década de los 60, la unidad popular primero, el Fidel después, en fin y eso va cristalizando, ya frente a un proceso de represión abierta contra el campo popular en una necesidad histórica concreta, estratégica, de unir lo susceptible a ser unido en un partido político de nuevo tipo. En ese marco es que nace el Frente Amplio, en ese marco de esa década del 60 y comienzo de los 70 en donde es posible unir a un amplísimo abanico de fuerzas políticas que va desde marxistas a cristianos pasando por la más heterogénea y amplia composición de perspectivas políticas distintas, incluso -producto de las condiciones particulares de la época y de la lucha del campo popular- atrayendo a sus filas a figuras de los partidos tradicionales. Algunas de ellas emblemáticas: Zelmar, Alba Roballo, en fin. Emblemáticas y de enorme peso, recordemos que Alba Roballo había sido ministra de gobierno. Bueno, Zelmar es la figura más prominente de la época. Y ahí se consolida esa referencia unitaria de la izquierda uruguaya que nosotros decimos, en su época fue lo más avanzado en cuanto a construcción política unitaria que el campo popular había planteado. ¿Pero cómo se consolida? Como respuesta a la reacción decíamos, como condición concreta de un proceso de lucha en el campo popular y social que había determinado la unidad sindical, la unidad con el movimiento estudiantil, pero también como un proceso de voluntad política de transformación de este país desde el punto de vista estructural. Con un programa que en sus orígenes era nítidamente anticapitalista, marcadamente antioligárquico y proponía un conjunto de medidas claramente socializantes. Es decir, ahora se discute, el Frente Amplio fue o no fue socialista. Ahora, el programa del 71 era mucho más que un programa avanzado, era un programa efectivamente socializante; y definía desde sus primeros trazos el problema del anticapitalismo y el antiimperialismo como elemento identitario de la izquierda uruguaya. El Frente Amplio desarrolló en estos 48 años una metamorfosis que, dijimos muchas veces, asombraría al propio Kafka. Pasó en sus orígenes desde ese perfil marcadamente antioligárquico y antiimperialista, a un perfil mesuradamente socialdemócrata en los años 90, a uno abiertamente liberal en posición de gobierno. Ese fue el proceso que hizo en 48 años. Tu hacías referencia a una columna que publicamos en las redes, en La Juventud y en algún otro medio por allí que titulamos “El programa del 71 y el mundo del siglo XXI”. Es decir, cuánto de aquel programa del 71 es o no aplicable al mundo del siglo XXI.

Es lo que siempre se aduce: aquello eran los 60, el mundo cambió. Claro, o lo contrario, también ver cuánto de aquel programa del 71 persiste en la realidad del siglo XXI. Quisimos ahí aplicarnos a estudiar la plataforma del 71, aquello que fue conocido como las 30 medidas. Este fue acaso el documento de la izquierda uruguaya más ampliamente difundido, las 30 medidas del gobierno del Frente Amplio, documento que fue aprobado en agosto del año 71. Cuando leemos este documento, las 30 medidas del Frente Amplio de agosto del 71, nos resulta impactante la contundencia, el estilo, la profundidad de análisis y su actualidad, por lo menos en líneas generales. Y por eso es interesante contrastar eso con la política actual del gobierno- por lo menos en trazos gruesos. ¿Qué decía la fundamentación de estas 30 medidas del gobierno del Frente Amplio? La fundamentación inicial, la que explicaba el contenido de las 30 medidas. Decía lo siguiente: el eje fundamental para realizar nuestros propósitos, es la continua participación popular en el proceso de transformaciones económicas, políticas y sociales necesarias. Insisto, “la continua participación popular en el proceso de transformaciones”. Es decir, se concebía que no había posibilidad de iniciar un proceso de transformación estructural en la vida de este país sin una activa y continua participación popular en los aspectos políticos, económicos y sociales. Comparemos eso con el desmantelamiento absoluto de mecanismos reales de participación popular 48 años después. Se identificaron como medidas fundamentales adoptar 4 pilares, es decir, los 4 pilares sobre los cuales se iba a construir un Uruguay diferente. ¿Cuáles eran? A) Reforma agraria; B) Nacionalización de la banca privada; C) Transformación de los principales rubros del comercio exterior, es decir, nacionalización del comercio exterior, eso se explicaba luego en el programa; y D) Enérgica acción industrial del Estado incluyendo la nacionalización de la industria frigorífica, que estaba claramente establecido en el programa considerándola la industria madre clave para el desarrollo nacional. 4 pilares, lo decimos de vuelta, sobre los cuales se iba a construir la transformación estructural del Uruguay, la base material para esa transformación: reforma agraria, nacionalización de la banca, nacionalización de los principales rubros del comercio exterior y enérgica acción del estado en el plan industrial. Esto era la base sobre la cual el primer gobierno del Frente Amplio, en caso de haber sido electo en el 71, apoyaba a ese proceso de necesarias transformaciones e impostergables transformaciones en favor del campo popular. Nosotros no vamos aquí a analizar medida por medida de aquellas 30 medidas, podemos tal vez fugazmente detenernos en alguna, aunque sea de modo azaroso. ¿Qué dice el punto 6, la medida número 6 de estas 30 medidas? intervendremos con aplicación de la legislación vigente las empresas de exportación. Esto asegurará el ingreso del total de las divisas por concepto de exportación. Es decir, se nacionalizará el conjunto del comercio exterior de manera tal que el conjunto de las divisas que el país produce por esa vía vuelven a manos del Estado para ser redistribuidas en favor de la justicia social, la redistribución del ingreso, etc. Comparemos este enunciado en materia de política exterior por lo que 48 años después ocurre durante un gobierno del Frente Amplio en materia de política exterior, liberalización económica, firma de TLC, etc., etc. Es decir, fuga de divisas cuando aquel punto 6 de aquellas 30 medidas proponía lo contrario, es decir, la centralización de las divisas para luego también, desde el Estado y con sentido popular, distribuirlas en favor de la población. Pero como un elemento clave, podríamos estar mucho rato hablando de eso, pero no va a haber posibilidades seguras de desarrollo en términos de liberación nacional y de perspectivas ininterrumpidas hacia el socialismo sin el control de las divisas y el comercio exterior, eso parece evidente. Luego, reparando una vez más en el documento y este ejercicio de comparación, la medida número 19 del documento es increíble en el sentido de lo que se plantea. Se plantea asegurar medio litro de leche a cada niño. Aseguraremos medio litro de leche diario a cada niño. Entregaremos los rubros necesarios para asegurarle a los escolares la copa de leche y otros alimentos, ropa, calzado, libros, útiles así como también asistencia médica y odontológica. Se me podrá decir, bueno, este es un problema que efectivamente se resolvió en Uruguay; yo les voy a decir que no se resolvió en Uruguay. En Uruguay hay una población de niños, niñas y adolescentes, entre 0 y 17 años de acuerdo a los datos estadísticos de 830 a 840 mil personas. 135 mil de ellos están por debajo de la línea de pobreza. Es decir, 48 años después, cuando aquella (...) aseguraba la leche, la alimentación, los útiles escolares, la asistencia odontológica y médica, 48 años después, luego de 14 años de gobierno del Frente Amplio, con mayorías parlamentarias, legitimidad popular como nunca antes nadie tuvo y además un período de crecimiento económico hasta el 2014 como no conoció la historia del Uruguay, sigue habiendo 135 mil niños, niñas y adolescentes del Uruguay por debajo de la línea de pobreza. Es decir que se van a acostar con una ingesta alimenticia por debajo de la necesaria para una vida razonablemente sana. En ese mismo apartado, en ese mismo punto de las 30 medidas, nos referimos al punto 19, dice lo siguiente: “Ubicaremos en la residencia presidencial de la estancia de Anchorena una colonia de vacaciones para niños”. Es decir, se comprendía que aquel patrimonio marcadamente oligárquico vinculado a esa gran extensión de tierra para el descanso presidencial, se iba a resignificar su contenido para convertir allí en una colonia de vacaciones para los niños de las escuelas públicas. 48 años después, Anchorena sigue siendo Anchorena y el recuerdo más próximo de una actividad que tenemos allí es aquel paseo del brazo con el presidente Bush mientras comían el corderito de la princesa d’Arenberg. O el recreo de pesca del presidente Vázquez cuando el estrés lo supera... Entonces, esta fuerza política escribía en las 30 medidas, en negro sobre blanco, que iba a convertir la estancia Anchorena. Me dirán, bueno, esto puede no ser trascendente desde el punto de vista económico, no mueve la aguja, no cambia el PBI; y es cierto. Ahora, tenía un componente simbólico extraordinario, constituía una medida concreta de refuerzo de la subjetividad popular en relación a la posibilidad de avanzar decididamente sobre las riquezas y en sentido de justicia social. Yo no sé cuántos niños de la escuela pública de Uruguay alguna vez conocerán Anchorena, por lo menos si se mantiene en las actuales situaciones. Luego hay un elemento interesante en las 30 medidas que hacen a uno de los temas más debatidos en este país en los últimos años que tienen que ver con el saneamiento público, la transparencia, en fin. Y particularmente interesante es porque hace 14 años que gobierna el Frente Amplio. ¿Qué dice a este respecto este documento? Ninguna persona podrá ser candidato del FA sin presentar la declaración jurada abierta de bienes e ingresos. Un régimen similar aplicaremos a las designaciones de funcionarios de confianza, crearemos los mecanismos legales que impidan toda forma de implicación entre el desempeño de cargos públicos y el interés privado, así como el uso de cargos públicos con fines de aprovechamiento personal. Esta era una indicación muy clara en cuanto a normas de conducta, en cuanto a parámetros éticos para la función pública. Bueno, el comparar esto con lo que ha ocurrido resulta casi ocioso, no hace falta comentar nada, sobre todo en relación a aquella idea del funcionario público y particularmente el dirigente político que desarrolla función pública como un individuo probo, pegado a las necesidades de su pueblo, austero en sus condiciones de vida, que no se enriquecía velozmente a partir del ejercicio de la función pública, que establecía un límite infranqueable, una muralla de acero entre el interés general y el interés particular, entre el interés público y la actividad privada empresarial o de cualquier otro tipo. Bueno, esto era de alguna manera la esencia de aquel programa del Frente del 71, podríamos seguir por otras áreas. Si uno recorre la prensa de la época, si uno recorre al mismo tiempo el dinamismo de las fuerzas políticas que componían el Frente Amplio. Cualquiera, las mayores, las menores, todas estaban vinculadas a una profunda convicción de que este país podía ser transformado en favor de los de abajo y que esa transformación partía básicamente de un proceso de participación popular activo que colocara al pueblo al frente del proceso de transformación y a los trabajadores. El Frente Amplio llegó a tener, en el barrio donde vivía yo había 5 o 6 comités de base, en un radio de 25 a 30 cuadras, ahí había 5 o 6 comités de base. Cada uno de ellos con su funcionamiento regular, semanal por lo menos. Una instancia como un Congreso donde se definía el programa para el gobierno era una instancia que generaba debates; pero debates intensos, debates profundos, confrontación de ideas que luego se convertían en síntesis y que luego eso iba a aquel programa que era la guía de acción, el arma. Porque los programas no son letra muerta, no son aspiraciones utópicas largadas al vacío. Los programas son análisis de la realidad y son armas de combate, los programas son la herramienta a partir de la cual. ¿Qué vamos a hacer nosotros en esta campaña con nuestro programa? Vamos a decir, bueno, este es el conjunto de ideas, medidas y propuestas que la Unidad Popular llevaría adelante si eventualmente es gobierno.

El contador Danilo Astori, cuando estaba toda aquella discusión de renovadores y los llamados ortodoxos, por sectores pero también en general en el Frente, ya decía que muchas discusiones programáticas iban a quedar laudadas una vez llegado al gobierno, que el propio gobierno iba a saldar discusiones, la práctica del gobierno era la que iba, y él lo decía en el sentido de que le iba a dar la razón a él. Porque también está esa idea de que este tipo de medidas que vos enumerabas están teñidas de ingenuidad, que la propia estructura de gobierno que existe, las responsabilidades, los elementos que hay que tener en cuenta, llevan a que esas propuestas de programa sean casi poéticas, y que la dinámica, la fuerza que tiene la lógica de un ejercicio del gobierno, las impide Sí, este es un debate bien interesante porque las corrientes que sostienen esta realidad y que hay que decir una cosa antes de ser gobierno para luego decir otra cuando se es gobierno, son las corrientes que nosotros en general ubicamos en el plano del reformismo político, del oportunismo, en fin. Es cierto que la realidad laudó este debate, y lo laudó en el sentido de demostrar objetivamente que por este camino, por el camino que han elegido transitar en materia de política económica en los últimos 14 años en Uruguay, ninguno de los grandes problemas del Uruguay fue resuelto. Entonces, eso es taxativo, o sea, se laudó en sentido objetivo, sigue habiendo niños que no comen, sigue habiendo hospitales sin medicamentos, sigue habiendo escuelas sin techo, sigue habiendo una clase trabajadora que cobra salario de infraconsumo y hambre, sigue habiendo la tierra en manos de menos gente incluso que las que había en la década del 70. Sigue habiendo un proceso de extranjerización de la tierra sin precedente en la historia del Uruguay. Entonces, los grandes problemas siguen estando planteados. ¿Cuánto hay de ingenuidad en un programa que propone darle un litro de leche por día a un niño y cuánto hay de ingenuidad en alguien que propone que de la mano de UPM, el FMI y pagando la deuda externa, Uruguay se va a desarrollar? Bueno, yo lo que sé es que con litro de leche en la panza de cada niño, hay un niño comiendo. Y también sé, y lo puedo demostrar objetivamente, que con inversión extranjera directa y con UPM, lo que genero es primarización económica, saqueo medioambiental, fuga de divisas al exterior y en el país me queda, en el mejor de los casos, algunos cientos de puestos de trabajo. Entonces, la cuenta objetiva es clara, yo sé que por el camino de industrializar el país con una decidida participación del Estado y los trabajadores, voy a tener posibilidades de desarrollo porque no hay un sólo ejemplo en el mundo de un país que haya conseguido un desarrollo sustentable, estable y duradero en el tiempo sin industria. Ahora, también sé que por el camino de la aplicación de las políticas económicas del Frente Amplio en los últimos 14 años, me quedé sin industria textil, sin industria del cuero, sin industria de calzado, sin industria química. Aquellos barrios que eran pulmones de clase obrera, chimeneas, corsos de trabajadores entrando y saliendo de la fábrica de mameluco, hoy son devastación, asentamiento, pasta base, prostitución, en fin, eso lo sé objetivamente. Entonces, esta idea de que nosotros representamos lo viejo, lo antiguo, lo arcaico, lo obsoleto y ellos lo nuevo, lo moderno, es una idea insostenible, porque no hay nada más viejo, viejo es exactamente esto que hacen ellos. Vejo es pensar que de la mano del capitalismo se van a resolver los problemas de la gente, viejo es pensar que UPM viene a acá a convertirse en una empresa filantrópica que le va a resolver los problemas a la gente y que no viene a lo que efectivamente viene, a saquear, a buscar mano de obra dócil y barata, a aumentar su tasa de ganancia, a llevarse sus utilidades a su casa matriz. O sea, viejo es negar el imperialismo, lo que hacen todos los días ellos, vivimos en un mundo donde ya abuenan al imperialismo en sus discursos. Cuando el imperialismo sigue demostrando un día sí y el otro también su carácter guerrerista, criminal, asesino, saqueador, etc. Entonces, nosotros tenemos que insistir con esta idea en el debate político. ¿Qué tiene de moderno, de aggiornado la política de Astori? Si es la reproducción sostenida en el tiempo de las políticas que han generado el desempleo, el hambre, las condiciones de crisis. Eventualmente además Uruguay, como decíamos, hasta el 2014 vivió un proceso de crecimiento económico sin precedentes producto básicamente del precio internacional de la materia prima que Uruguay exporta. Cuando eso empieza a cambiar, por múltiples razones, porque es así, son dos ciclos económicos en el capitalismo, se ve mucho más clara esta situación. ¿Y cómo se ve hoy esa situación en el año 2019? Y se ve por ejemplo en la última ronda de Consejos de Salarios donde el gobierno ya ha determinado un número importante, una masa considerable de la clase trabajadora de este país, no va a recibir aumento de salario sino que va a perder poder de compra de su salario. Entonces, eso se ve concreto. O se ve concreto por ejemplo cuando el conjunto de prestaciones que el Estado ofrece a la población, sobre todo a la población más pobre, se ve disminuido o se retrae a partir de los recortes presupuestales. Cuando no se cumple con el 6% para la educación, cuando no se atiende con los recursos necesarios de la salud, cuando no se genera. Nosotros estamos ahora trabajando en la plataforma de la Unidad Popular, y nos planteamos por ejemplo, una cuestión para debatir pero nosotros consideramos que la vivienda es un derecho verdad, que no puede ser mercancía, que el Artículo 45 de la Constitución establece que es un derecho, bueno, lo que nos planteamos por ejemplo con el Plan Nacional de Vivienda Popular es hacer objetivo ese derecho, o sea hacer que la gente efectivamente pueda hacerse de ese derecho. Lo mismo pensamos de la salud, lo mismo pensamos de la educación. ¿Y no tendríamos que ser aún más audaces en el planteo programático y decir, por ejemplo, la alimentación de los niños de 0 a 5 años en Uruguay también es un derecho humano fundamental, inalienable y debe ser garantizado centralmente? Por lo menos aquella cantidad de vitaminas, proteína, minerales, etc., que hagan posible el desarrollo intelectual, miren lo que digo, por lo menos de los niños. Por lo menos. Es decir, naturalmente que para el cumplimiento de eso no sólo necesito una idea y voluntad política, necesito intervenir sobre la realidad, necesito inhibir al mercado de participar en ciertas actividades. Llegamos al absurdo de que en la alimentación, por ejemplo, para quienes padecen cierto tipo de patologías (celíacos, diabéticos, etc.) sale más cara que la alimentación para quien no la padece. A veces 40 ó 50 veces más en precio de mercado, cuando no sale 50 veces más producirla, desde luego. Entonces, se aprovecha el mercado de esas situaciones, de que alguien está obligado para preservar su vida consumir tal o cual producto, para elevar su precio artificialmente a límites increíbles.

Ahora, entendiendo obviamente listo y siendo un poco abogado del Diablo, algunos dirán, bueno, pero el Frente Amplio sigue ganando, que no hubo mayores problemas desde el punto de vista de las intervenciones de otros países, tiene cierto prestigio a nivelo internacional Uruguay, en relación a la crisis del 2002 se está mucho mejor. ¿Cómo se puede responder a esto que algunos frenteamplistas lo toman como un valor de la actualidad? Por un lado se ha cultivado de forma paciente y durante mucho tiempo, se ha puesto al servicio de esa idea mucho recurso, la idea de la resignación de la realidad como un compartimento estanco inmodificable y no como una cosa dinámica condenada a ser modificada. La realidad existe para ser transformada. Bueno, se ha convencido a la gente de lo contrario, de que esta es la única realidad posible y que en todo caso arreglate. Entonces, se promueve el individualismo, el sálvense quien pueda, la equivalencia entre el ser y el tener, vos sos si tenés y si no tenés no sos. Bueno este es un problema de la época, un problema que tiene aspectos culturales, que tiene aspectos materiales y que tiene naturalmente su repercusión en el modo en que la gente se representa la vida por ideas, en el modo en que la gente elige quién lo gobierna y quién no lo gobierna. Hay que reconocer también en esto cierta debilidad de las fuerzas del cambio, de las fuerzas de revolución, de nosotros, para contrarrestar eso en términos de modelo, yo no tengo ninguna reserva en decir que hemos sido débiles a la hora del combate a esta imposición de criterios culturales, de formas de relacionamiento, etc. Y luego hay una operación política muy clara, tú decías lo del 2002, si yo comparo la realidad económica, construyo estadísticas a partir del peor momento de la historia del Uruguay, es como aquello de la canción, lo bueno de estar en el pozo es que de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando. Entonces, es absurdo porque evidentemente todas las cifras me van a dar con un crecimiento exponencial respecto a lo que ocurría en el 2002. Ahora, por ejemplo, si yo comparo el salario de hoy con el salario de la última mitad de la década del 60 por ejemplo, con aquel Uruguay... ¿Cuál es el problema del trabajador en última instancia, del que vive de la venta de su fuerza de trabajo? Es qué cantidad de mercancías necesarias compra con qué porción de su salario ¿verdad? Si yo comparo eso, el poder de compra, las cosas que compraba en la segunda mitad de la década del 60, en aquel Uruguay del pachecato en el que se combatía en la calle, en el que los trabajadores naturalmente reclamaban por salario y condiciones de trabajo, a las de hoy, todavía me falta un 30% del poder adquisitivo para recuperar. Y si comparo la posesión de la tierra, aquella que queríamos expropiar, en manos de latifundistas extranjeros y no sé qué y nacionales con lo que tienen hoy los monopolios imperialistas en Uruguay. Entonces, no se puede hacer el ejercicio de analizar la realidad diciendo que el Uruguay nace a partir de la crisis del 2002 y para atrás no hay nada. Porque además, el modo en el que se construye, esto lo hemos discutido muchas veces aquí, el modo en que se construye la gráfica estadística del Frente Amplio, es un modo que yo creo que al día de hoy la gente en su conjunto, por lo menos los trabajadores, comprenden que no se corresponden con la realidad. Nosotros, para plantear un ejemplo no demasiado elaborado pero en mi opinión claro, ¿cuál es la gráfica que al trabajador le importa en realidad? Es la gráfica de los estantes de la heladera. Es decir, la gráfica de cuando llega a su casa y dice este es el producto real de mi trabajo, esto es lo que puedo ofrecer a los míos. Bueno, en esa gráfica cualquiera sabe que la inmensa mayoría de la clase trabajadora de este país, la que vive con salarios de 15, 18, 20, 25 y pónganle algún peso más también, cuando ve la gráfica de los estantes de la heladera y la contrapone, la contrasta con las gráficas de los almuerzos de ADM y esas que siempre suben de Astori, sube el PBI y todo sube, entonces el individuo se da cuenta de que o él está fuera de esa realidad o se está construyendo un mundo que realmente no es ese.

¿Qué se puede esperar de la Unidad Popular? Sé que falta tiempo todavía. Bueno, hoy dedicamos mucho tiempo seguramente a hablar del diagnóstico de la realidad, a ver historias, y nosotros naturalmente no somos nostálgicos del pasado. Decíamos, el pasado concurre para explicar el presente pero nosotros tenemos los pies en esta realidad y sobre todo tenemos la necesidad histórica de construir la fuerza social del cambio. La Unidad Popular es parte de esa fuerza social del cambio, es hoy la experiencia unitaria más importante que tiene la izquierda uruguaya, entramos en un año decididamente electoral y nosotros sin reserva decimos que buena parte de la transformación de este país, en el sentido de los intereses de las grandes mayorías, pasa por el crecimiento, el desarrollo y la consolidación de la Unidad Popular. Y entonces no nos queda, en arreglo con esta definición, no seríamos sinceros si no le decimos a la gente, precisamos sumar fuerzas en la Unidad Popular. Precisamos de cada uno de los que comparte este punto de vista, de los que cree que el modelo progresista naturalmente está agotado y que la salida en Uruguay no puede ser por la recomposición de los partidos tradicionales de la derecha histórica sino que es necesario consolidar, desarrollar la izquierda. Que se sume a la Unidad Popular, que vamos a encontrar un lugar para cada uno en la Unidad Popular, que los precisamos a todos, que nadie puede decir yo no puedo hacer nada o tengo poco tiempo. Todo el mundo puede hacer algo en su situación, en su realidad, nada es poco en este proceso de construcción. Y en este año nos planteamos, bueno, además de ser parte de la lucha concreta de nuestro pueblo y de sus sectores populares, nos planteamos fundamentalmente hacer crecer a la Unidad Popular. Y hacer crecer a la Unidad Popular pasa, entre otras cosas, por multiplicar su presencia en el Parlamento y por pensar en una Unidad Popular con una bancada bicameral, con pensar en senadores y diputados de la Unidad Popular. Este es un objetivo difícil pero posible, posible si nos aplicamos a trabajar disciplinadamente y ordenadamente y si somos capaces de sumar mucha fuerza atrás de esta idea. No porque esto también vuelvo a decirlo aquí, no porque supongamos que las cosas que venimos planteando en términos de diagnóstico se vayan a resolver mágicamente con una bancada mayor de la Unidad Popular, sino porque esa bancada mayor, como ha quedado demostrado a partir del ejercicio parlamentario de la bancada de la Unidad Popular y particularmente de nuestro compañero Eduardo Rubio, ha quedado demostrado que la bancada de la Unidad Popular se convierte en un amplificador de las luchas, se convierte en un codificador en términos parlamentarios de ciertas luchas, se convierte en un dinamizador y además en un dedo que interpela, que acusa, que señala las vacilaciones y contradicciones del gobierno.


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