Principio de incendio en la planta de Acodike

Ni Acodike ni Megal envasaron en el día de ayer; Acodike porque la planta no estaba en condiciones de trabajar tras el incendio, y Megal por medidas sindicales en el conflicto que mantienen los trabajadores con la empresa. La máquina de pintura con la que se dejan en color dorado las garrafas para su comercialización se prendió fuego pasadas las 5 de la mañana de ayer, informaron los trabajadores al departamento de prensa de CX36 y diario La Juventud. Según los protocolos, los trabajadores prendieron las alarmas y llamaron a los bomberos. La buena actuación de la brigada de los trabajadores, logró controlar el principio de incendio en gran medida, pero la dimensión del episodio no les permitió apagarlo hasta tanto llegaron los bomberos, que terminaron de extinguirlo. Desde la coordinadora de sindicatos destacan que “la brigada funcionó bárbaro” y “lamentaron que las bombas no funcionan como tienen que funcionar, que no había en la pileta porque la están arreglando y ANCAP demoró pila en mandarnos el agua”. Bomberos realiza las pericias para determinar el origen del incendio, pero los trabajadores son concientes que la falta de mantenimiento cotidiana en la máquina expone la vida de los trabajadores. Ya ocurrió lo mismo poco tiempo atrás en la planta de Riogas. Si bien el encargado de la planta pretendía que los trabajadores esperaran dentro de la planta para retomar las funciones, los delegados de Acodike recomendaron a los trabajadores que retornaran a sus domicilios. “Era innecesario tenerlos parados en la calle, no tiene sentido esperar porque hoy no estamos en condiciones de trabajar”, consideró Farías, delegado de Acodike. La planta no estaba en condiciones, se accionaron los rociadores por lo que toda la parte eléctrica se mojó todo; y los trabajadores tampoco estaban en condiciones anímicas: “nunca nos había pasado algo parecido a esto; si bien habíamos intervenido en alguna cosa, esto fue bastante grande”, manifestó Farías. Por suerte no hubo afectados de gravedad, más allá de la inhalación del humo negro de la pintura y un poco de frío, porque terminaron mojados de pies a cabeza.