Editorial: Cambios profundos con plena participación popular A frenar la explotación de las multina

El pueblo venezolano y su presidente Nicolás Maduro son objeto de cada vez más amenazas de opositores dirigidos por EEUU, en nombre de la democracia y la libertad. Sin embargo quienes lo atacan, entienden la democracia y la libertad según sus intereses económicos y políticos, los de sus amigos y aliados, no según los intereses de la patria y de los trabajadores. El derrumbe de la URSS y del campo socialista, facilitó las políticas de las multinacionales, que multiplican raudamente sus ganancias en poco tiempo, con la súper explotación de los trabajadores, la nueva tecnología y los subsidios que reciben de los gobiernos. Nunca como ahora las políticas económicas globales que en general aplauden y votan los pueblos por estar desinformados y desorganizados, sirven a los intereses de las multinacionales, lesionan la soberanía de los países, liquidan la industria nacional y dañan el medio ambiente. Mientras los jóvenes no estudian ni trabajan, viven en barrios carenciados, con familias desunidas, son ellos quienes llenan las cárceles. La reunión entre los presidentes de Brasil y Argentina, J. Bolsonaro y M. Macri, confirma una tendencia fondomonetarista, autoritaria y pro EEUU, que no será buena ni de felicidad para los pueblos latinoamericanos. Los gobiernos definidos como progresistas abrieron de par en par las puertas al capital trasnacional y sus políticas de mercados cautivos. En Uruguay han llegado al gobierno y seguirán llegando partidos políticos que recortan derechos a trabajadores que los habían logrado con lucha. Harán lo mismo con los derechos jubilatorios, donde se anuncian ajustes a la seguridad social acordados por dirigentes de los partidos mayoritarios. UPM acorrala al gobierno uruguayo que firma lo que sea y cuando sea, facilitando una obra para los trenes de carga, que partirá al medio a nuestro país, pondrá millones de litros de agua diarios al servicio de la multinacional con base en Finlandia y nos endeudará en forma escandalosa. Como una gran burla grotesca a años de luchas y búsqueda de acuerdos, la dirigencia del FA violó los principios firmados el 05.02.1971 y su alineamiento al FMI es total. Como puede ser una convivencia entre gallinas y zorros, entre tiburones y sardinas, y tengamos en cuenta que las leyes y reglas las dictan desde el norte, los jueces y jurados en cualquier conflicto son de los que mandan. El FA enterró sus principios, reventó sueños y esperanzas y su giro de timón puso al pueblo a la defensiva, desconfiado y desanimado, así es fácil presa de las políticas neoliberales. No todo está perdido, hay ideas, ánimo y habrá lucha, es necesario recuperar la soberanía y la independencia económica, el Estado debe desempeñar un rol esencial en el proceso económico, orientando, dirigiendo, proponiendo e invirtiendo. Uruguay no puede seguir pagando deuda pública global y es imprescindible tener una auditoría para saber hasta el último detalle de algo que afecta a la patria y a su pueblo. El impuesto a las actividades financieras, estatizar el comercio exterior, frenar la extranjerización de la tierra, el desguace y privatización de empresas públicas son medidas imprescindibles para encaminar al país hacia su independencia. Los trabajadores y el pueblo deberán estar codo a codo defendiendo las medidas de cambio. Una participación consciente, organizada, fortalecerá y enriquecerá las propuestas para liberar al Uruguay y su pueblo de la explotación de las multinacionales.