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Mundo Menores no acompañados, otra deuda no saldada

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 20 ene 2019
  • 5 Min. de lectura

MENA, así se identifica internacionalmente esto que es resultado de lo injusto del modelo que impera en el mundo.

Saqueo o expropiación de recursos naturales, guerras colonialistas, empleo de todo tipo de armamentos contra poblaciones civiles. En este escenario la infancia está en el primer lugar de los afectados, generando un número enorme de niños que migran dentro de sus países o incluso hacia otros continentes. Las vidas de millones de niños y niñas están en peligro solo por haber nacido en un país y no en otro, en una comunidad y no en otra, con un sexo y no con otro. La desigualdad amenaza el presente de estos niños y el futuro del mundo. A menos que hagamos algo para detener las tendencias actuales, las consecuencias dentro de unos años serán devastadoras. Si seguimos como hasta ahora, 69 millones de niños morirán por causas evitables hasta el año 2030. Así lo demuestra un informe anual de UNICEF, Estado Mundial de la Infancia. El mundo sigue siendo un lugar muy injusto para millones de niños que se enfrentan a una vida de pobreza y de falta de oportunidades. Algunas de las cifras más preocupantes que se señalan desde Unicef: En 2015, más del 80% de la mayoría de las muertes infantiles ocurrieron en Asia meridional y África subsahariana. El número de niños que no asisten a la escuela ha aumentado desde 2011. Unos 124 millones de niños no acceden a educación primaria y secundaria. En 2030, 750 millones de niñas se habrán casado siendo aún niñas. En 2030, 167 millones de niños seguirán viviendo en la pobreza. La información señala por ejemplo que en España, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social de los niños en 2015 fue del 34,4%. Además, el riesgo de pobreza económica de los niños nacidos en familias de padres migrantes alcanza el 60,3%. La situación de indefensión de los niños pobres se agrava en el caso de los migrantes. En diciembre pasado en un trabajo periodístico de Fátima Zohra Bouazis para la agencia española Efe se afirmaba que los países que por una u otra razón no han adoptado el pacto migratorio mundial de la ONU, están igualmente obligados a garantizar los derechos fundamentales de los niños migrantes y refugiados. Las declaraciones son de Marta Arias, coordinadora de la campaña para niños migrantes y refugiados de Unicef. Arias, que participó en la conferencia intergubernamental de la ONU en la ciudad marroquí de Marrakech, realizada en diciembre de 2018 subrayó que el pacto que fue adoptado en la conferencia por más de 150 países aborda de forma concreta la situación de la infancia. Diez países (Hungría, Austria, Israel, República Checa, Eslovaquia, Polonia, Lituania, Australia, República Dominicana y Chile) rechazaron adoptar el pacto migratorio mundial, mientras Bulgaria, Estonia, Italia, Eslovenia y Suiza pidieron más tiempo antes de tomar una decisión al respecto y EEUU se desmarcó desde el principio. Pero aunque no lo hayan firmado, todos estos países están sujetos a las obligaciones relacionadas con la protección de los niños y menores migrantes y refugiados, estipulados por la Convención sobe los Derechos del Niño firmado por todos los países en 1989 con la única excepción de Estados Unidos. “La convención obliga a todos los estados que la ratificaron a tener siempre en cuenta el interés superior de los niños”, afirmó Arias, quien puso de manifiesto la mayor vulnerabilidad de estas personas que dejan sus países, la mayoría de las veces obligados, y muchos de ellos víctimas de explotación laboral y sexual. Según una encuesta publicada recientemente por Unicef, un 57% de los niños y jóvenes refugiados y migrantes establecidos en países europeos, asiáticos y africanos ha abandonado su país a la fuerza debido a conflictos o a la violencia. Además, la mitad de estos niños no tienen acceso a servicios sanitarios. Arias lamentó la inexistencia de un sistema de datos sobre estos niños “debido a que no se consideran sujetos propios, sino dentro del paquete familiar”, lo que no ayuda a gestionar mejor las políticas destinadas a responder a sus necesidades. Otra dificultad que enfrentan los niños emigrantes en los países de destino son las políticas de detención aplicadas en más de 100 países, por su condición de irregulares. “La detención de los niños es uno de los temas más complejos del fenómeno migratorio. El hecho de haber cometido una infracción administrativa como es la migración irregular no es motivo suficiente para privar a un niño de su derecho a la libertad”, subrayó Arias. Unicef, explica Arias, insta en este sentido a los países a buscar alternativas que les ayuden a “cumplir sus necesidades de control migratorio pero sin que pase por una vulneración de los derechos de los niños”. El acogimiento familiar o centros abiertos figuran entre las alternativas propuestas, ya que permiten la protección de los derechos del niño y la posibilidad de acceder a la educación y los servicios sanitarios. Arias llamó a los estados a priorizar el interés máximo de los niños, pero además a considerar el “gran potencial” que estos niños migrantes y refugiados tienen. “Muchos países se han construido en base de la diversidad que trae la emigración. No hay que desperdiciar el enorme potencial de los niños migrantes y refugiados y ofrecerles vías seguras”, concluyó. Según los datos del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC por sus siglas en inglés), más de 300.000 niños y niñas migrantes viajaron sin ser acompañados en 2017, una cifra 5 veces mayor que la que se registraba en 2012. La organización alertó que estos niños son presa fácil de traficantes para su explotación laboral y sexual. En Tijuana, México, el número de menores migrantes, nacionales e internacionales, no acompañados atendidos en el Estado se ha incrementado notoriamente desde el 2017, informó el 9 de enero de este año la presidenta de Desarrollo Integral de la Familia Baja California, Brenda Ruacho de Vega. “En el año 2017 cerramos con 1.651 menores migrantes no acompañados que atendimos y en el 2018, cerramos casi con 2.500 menores casi 900 niños más de un año a otro”, indicó. Por su parte, el procurador para la Defensa de los Menores y la Familia, Víctor Manuel Flores, explicó que la mayoría de estos menores son adolescentes de 16 y 17 años de edad. “Estamos hablando de adolescentes en este caso, hay una clasificación por edades y los adolescentes conforman la mayoría, de 16 y 17 años, y casi no niños ya que estos vienen acompañados”, señaló. Desde que arribó la Caravana Migrante el pasado mes de noviembre, se han atendido a 123 menores no acompañados y actualmente 43 residen en albergues temporales del DIF donde reciben atención y orientación sobre las opciones que tiene. “Son varios procedimientos en los que los apoyamos como retorno voluntario asistidos, solicitud de refugio, asilo político nacional e internacional, traslado y medidas de precaución a los menores no acompañados extranjeros”, comentó.


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