Milton Rodríguez: “Se está siendo mucho más duro con los adolescentes que la justicia de adultos”
- La Juventud Diario
- 2 ene 2019
- 5 Min. de lectura

“Nosotros lo vemos desde la perspectiva en la cual ellos son víctimas de este sistema, y no son los que provocan la inseguridad como los grandes medios lo dicen o gente que hace propaganda política de una forma deshonesta con lo que significa hoy las adolescencias afectadas por el mundo de la miseria que los rodea”.
Tres han sido los suicidios en unidades de privación de libertad del INAU en el año que acaba de terminar; el último de ellos en un centro donde la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) ha denunciado que los jóvenes pasan hasta 23 horas al día encerrados sin ver la luz del sol y ha sugerido el cierre inmediato del centro de reclusión, a lo que las autoridades hacen oídos sordos. Consultamos a Milton Rodríguez, educador social y docente, militante del PCR que ha participado del trabajo de la bancada de la Unidad Popular, para conocer su opinión respecto al tema. “Nosotros lo vemos desde la perspectiva en la cual ellos son víctimas de este sistema, y no son los que provocan la inseguridad”, podría sintetizarse.
Durante el reportaje, Rodríguez abordó la problemática basándose en las “propuestas que están asentadas en el programa actual de la Unidad Popular, donde hemos hecho propuestas concretas y por escrito que se han elevado en varias ocasiones tanto al Poder Ejecutivo y que se han dicho en el Parlamento por los compañeros de la bancada”.
El fundamento
En cuanto al problema sobre la seguridad pública y la situación que hoy día impera, la Unidad Popular siempre ha sido coherente y clara a la hora de marcar nuestra opinión, que no es más que la síntesis del trabajo que se ha venido haciendo y compartiendo con compañeros y compañeras educadores y trabajadores técnicos y de diversos ámbitos tanto del sistema penal judicial juvenil -que es el INISA- como incluso también hemos tenido compañeros que están vinculados al tratamiento de las penas privativas de libertad en adultos.
El suicidio
O sea que la Unidad Popular se ha alimentado en los últimos años de muchas opiniones con jerarquía para poder evaluar lo que está pasando hoy día, y me parece que es interesante con respecto a esto que pasó con un nuevo suicidio de un adolescente estando internado en una institución que debería brindarle todos aquellos tipos de apoyo, entre ellos para lograr pasar las angustias y todo el proceso de privación de libertad que causa daños sin dudas. Se ha estudiado científicamente muchísimo tiempo los daños que ocasiona en la personalidad de los chiquilines, de los adolescentes y en su desarrollo, la cárcel y todo lo que significa la justicia penal, cuando se hace tras largos períodos de encierro. En 2018 es el tercer caso de un suicidio de un adolescente en privación de libertad. Más allá del número implica que está pasando; está ocurriendo que jóvenes se quitan la vida estando en unidades de privación de libertad, bajo acogimiento del INISA. Esto en primer lugar significa que acá hay una falla del propio sistema para determinar cuándo hay jóvenes que precisan de una atención personalizada, individual, ante los signos de la posibilidad de que se pueda quitar la vida; agravado también por lo que son estas fechas, donde el alejamiento con la familia se siente de una manera muy particular.
La Unidad Popular
Queremos decirlo claramente, nosotros desde que tenemos una opinión fuerte en esto, hemos pisado muy duro contra algunas leyes, que se implementaron particularmente durante el período de Mujica. Desde la INDDHH, SERPAJ, IELSUR y otras organizaciones de derechos humanos han condenado las leyes 18.977, 18.978 y 19.055, y en nuestro programa de la UP pedimos la derogación de estas leyes, que de alguna manera agravaron las penas de los adolescentes y la prisión, haciendo que en el primer caso toda pena que sea con privación de libertad sea como mínimo de un año sin poder salir a la calle, sin tener alguna medida transitoria, sin tener la posibilidad de una visita de la familia; o sea un año encerrado. Esa ley fue fruto en aquel momento de un suceso que tuvo mucha presencia en los medios de comunicación, de un adolescente que realizó un asalto a mano armada con una muerte, y determinó que a raíz de este escándalo público se emitiera esta ley y que perjudicaba todo el sistema de trabajo alrededor de los adolescentes. Porque se está siendo mucho más duro con los adolescentes que la justicia de adultos.
Personal y capacitación
En este caso, nosotros somos claros en que no solamente hay que garantizar las condiciones de seguridad adecuadas para poder atender las particularidades de cada adolescente, sino que nosotros en las sucesivas rendiciones de cuentas y de presupuesto que ha habido, la Unidad Popular ha apoyado algunos artículos para intentar reforzar el personal técnico y el incremento de personal justamente en el INISA, para solventar la mejor atención de jóvenes y adolescentes. El propio INISA ha dicho que no tiene la capacidad en personal y la capacidad técnica para poder hacerse cargo de los jóvenes, de hacer un diagnóstico en tiempo y forma, están sobrecargados. Más allá de que hoy día se dice que hay una baja en la cantidad de jóvenes internados, pero eso es muy relativo porque depende; no es un tema cuantitativo el principal acá, sino justamente cómo se trabaja con ellos.
La salida
Sin tener la cantidad necesaria de personal adecuado, sin contar con la capacitación técnica y profesional para poder trabajar con cada joven en un proyecto de salida vinculado al mundo del trabajo, dándole mayor énfasis a la privación de libertad que a las garantías educativas y laborales, dándole más peso a la prisión que a la posibilidad de trabajar en territorio y con la familia, obviamente estamos ante un sistema que condena mucho más a los jóvenes y a los adolescentes, más allá que se diga otra cosa. Nuestras palabras se asientan en denuncias que han hecho los propios trabajadores del sistema de trabajo del INISA.
Las penas
La INDDHH ha denunciado la cantidad de horas de encierro de muchos jóvenes, que llegan a estar hasta 23 horas encerrados -en el centro donde se suicidó este muchacho es uno de ellos-. Estamos hablando de 23 horas sin ver la luz del sol, con 2 recreos de media hora durante todo el día. Ese encierro obviamente prolonga el sufrimiento de estos muchachos que son adolescentes y que más allá de la pena y de la infracción cometida, es un castigo extremadamente duro. Además la cantidad de tiempo, según el nuevo código también es contrario a beneficiar a los jóvenes. Es más la cantidad de días que los jóvenes tienen que estar esperando en encierro en las medidas cautelares, que en el mundo adulto. Y esto es otro aspecto en el cual juega muy en contra, que acá a los adolescentes se los pena doblemente, justamente por ser jóvenes, por ser pobres -y que en el mundo de hoy día lo que significa el gran narcotráfico sabe muy bien jugar con los adolescentes-. Nosotros lo vemos desde la perspectiva en la cual ellos son víctimas de este sistema y no son los que provocan la inseguridad, como los grandes medios lo dicen o gente que hace propaganda política de una forma deshonesta con lo que significa hoy las adolescencias afectadas por el mundo de la miseria que los rodea.
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