Los compañeros en nuestra memoria
- La Juventud Diario
- 27 dic 2018
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ARCE VIERA, Gustavo Raúl "Cabezón". Detenido-desaparecido el 27/12/77 en Argentina. Nació el 15 de setiembre de 1948 en Montevideo. Contando con apenas 18 años ingresó a trabajar en la empresa Alpargatas y tiempo después sus compañeros lo eligieron como delegado para el Sindicato de la fábrica. Integraba los GAU. Estaba casado y tenía una hija, María Fernanda. En 1974 cuando se produce una detención masiva de militantes del GAU –estudiantes de Medicina y Química- Gustavo y otros compañeros de Alpargatas (Raúl Gámbaro Núñez y Edgardo Pampín), abandonan el trabajo y se trasladan a Argentina, donde realiza los trámites para radicarse. En 1976 pasó a vivir en la calle Rivadavia 5289 9º- D, en el barrio de Caballito de la Capital Federal. Fue secuestrado del Departamento de Migraciones junto con Raúl Gámbaro el 27/12/77. “La Comisión para la Paz “Considera parcialmente confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Raúl Gámbaro Núñez (C.I. 888.743-2) porque ha recogido elementos de convicción relevantes que permiten concluir que: 1. Fue detenido el 27 de diciembre de 1977, aproximadamente a las 17 horas junto a Gustavo Raúl Arce Viera, también desaparecido, en la puerta de la fábrica donde trabajaba este último, sita en la calle Méndez de Andés 1931, ciudad de Buenos Aires, por fuerzas represivas que actuaron en el marco de un procedimiento no oficial o no reconocido como tal. 2. Existen indicios que permiten suponer que podría haber estado detenido en los centros clandestinos de detención de Banfield.
GAMBARO NÚÑEZ, Raúl “Mongo”. Detenido-desaparecido el 27/12/77 en Argentina. Nació el 12 de octubre de 1939 en Montevideo. Estaba casado con Silvia Ostiante y tuvieron dos hijos: Julio y Raúl. Gámbaro trabajaba como administrativo en la fábrica Alpargatas e integró el secretariado del Sindicato de los trabajadores de la empresa. También fue integrante del secretariado del gremio y militaba en los GAU. En 1974 emigró a Argentina junto con Gustavo Arce Viera y Edgardo Pampín, todos compañeros de trabajo. Ante el secuestro y desaparición de Raúl Borrelli y de Edgardo Pampín, cuenta su esposa, que a las 14 horas del 27 de diciembre de 1977 Gámbaro salió, avisándole que se encontraría con Arce para trasladarse a las oficinas de ACNUR y pedir refugio. Él y Arce fueron secuestrados ese mismo día, el 27/12/77. “La Comisión para la Paz “Considera parcialmente confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Raúl Gámbaro Núñez (C.I. 888.743-2) porque ha recogido elementos de convicción relevantes que permiten concluir que: 1. Fue detenido el 27 de diciembre de 1977, aproximadamente a las 17 horas junto a Gustavo Raúl Arce Viera, también desaparecido, en la puerta de la fábrica donde trabajaba este último, sita en la calle Méndez de Andés 1931, ciudad de Buenos Aires, por fuerzas represivas que actuaron en el marco de un procedimiento no oficial o no reconocido como tal. 2. Existen indicios que permiten suponer que podría haber estado detenido en los centros clandestinos de detención de Banfield.
GALLO CASTRO, Eduardo, (Cacho). Detenido-desaparecido entre el 25 y 27/12/77 en Argentina. Nació el 4 de noviembre de 1942 en el departamento de Salto. Trabajó como peón en el ingenio azucarero de Bella Unión y militaba en UTAA y el M.L.N. En Bella Unión tuvo tres hijas con su compañera Delcia Machado, de las que sólo conoció a las dos mayores ya que al pasar a la clandestinidad no pudo conocer a la menor. Radicado en Argentina, era compañero de Aída Sanz, se ganaba la vida como pintor y siguió militando en el MLN. Se conoce que pudo evadir el cerco que se había tendido en la casa de Atalivas Castillo pero no se conoce en qué circunstancias se produjo su detención. Existen testimonios de que el 27 de diciembre de 1977 fue visto en el "Pozo de Quilmes" con evidentes signos de haber sido brutalmente torturado. Su hija con Aída Sanz, nació en cautiverio el mismo día 27 de diciembre y le fue sustraída a la madre que apenas pudo verla unos minutos. Gallo nunca llegó a conocerla. El informe preliminar de la Comisión para la Paz a la Presidencia de la República de octubre de 2002, en el capítulo II referido a: "DENUNCIAS SOBRE CIUDADANOS URUGUAYOS PRESUNTAMENTE DESAPARECIDOS EN LA ARGENTINA" expresa que: "4. Las denuncias referidas a ciudadanos uruguayos presuntamente desaparecidos en la Argentina que recibió la COMISIÓN -incluyendo a 3 extranjeros cónyuges de ciudadanos uruguayos también desaparecidos- ascienden a 176. 5. Las conclusiones son las siguientes: d. Considera confirmadas parcialmente 34 denuncias más, en función de que existen elementos de convicción relevantes que permiten asumir que las personas que se individualizan en ANEXO VIII (en el caso de Eduardo Gallo Castro en el Pozo de Quilmes) fueron detenidas en procedimientos no oficiales o no reconocidos como tales y existen indicios de que habrían estado detenidas en centros clandestinos de detención.
ROBAINA MENDEZ, Mario, "Tarta". Muerte: 27/12/66- Homicidio. Nacido en La Teja un día 3 de octubre, en un ambiente muy humilde, pasó los primeros años de su juventud en una pobreza absoluta. Siendo muy joven se largó a una vida independiente en la que alternaron períodos de trabajo con los de desocupación. Fue herrero, albañil y obrero en una barraca, lucha en la que se fue forjando su conciencia de clase. Sus inquietudes lo llevaron a participar en actividades de un centro barrial para posteriormente integrarse al grupo de Pinella. Allí se quedó a vivir en un galpón del predio donde se instaló el local del grupo participando en los trabajos de construcción del mismo. De esta manera comenzó sus trabajos silenciosos en la organización, siempre sin pedir nada que lo favoreciera. No pocas veces olvidó incluir entre los pedidos de abastecimiento el dinero que necesitaba para vivir. Un defecto al hablar le valió el apodo de "Tarta", lo que motivaba que en varias oportunidades debió permanecer callado para no dar pistas que identificaran al grupo. En 1965, a raíz de una operación, es identificado por la policía, debiendo pasar a la clandestinidad. Antes de la acción se había previsto que una de las consecuencias podría ser esa, pero Robaina no tuvo dudas en afrontarlas, a pesar de que eso implicaría separarse de su compañera y su hija de pocos meses de edad. Como clandestino, pasó a trabajar en un taller de la organización en la calle José L. Terra y en su afán de ser útil hacía todo tipo de arreglos para los vecinos, todos ellos de modesta posición económica, cobrando sumas irrisorias o no cobrando nada directamente. Dotado de gran simpatía y afecto por los niños, producía en éstos una especial atracción. Luego pasó a trabajar en una chacra de la organización, en las proximidades de El Sauce, en Canelones, viviendo en una choza y cuidando un criadero de aves que él mismo había contribuido a construir y que servía de refugio seguro a los compañeros que lo necesitaban. Habiendo abandonado el lugar luego de los hechos del 22 de diciembre, cumpliendo con una resolución tomada de antemano, igual continuaba con la preocupación de que pudiera precisarse el local, lo que lo hacía volver todos los días en incursiones nocturnas en las que aprovechaba para prestar atención a las aves. El 27 de diciembre la policía llegó a la chacra y sorprendió en la choza a Mario Robaina Méndez y Wilson José González Rodríguez (el Blandengue). Ingresa a la vivienda el Jefe del Comando de Radiopatrulla Antonio Silveira Regalado, quien sorprende durmiendo a González en un catre, mientras Robaina permanece escondido atrás de un ropero. Le da la orden de levantarse y martilla la metralleta, ocasión en que Robaina, creyendo que matará a su compañero, dispara contra el comisario y lo hiere. Al sentir los tiros, los policías de afuera tiran al barrer desde el exterior, matando a su propio Jefe. Hay serios indicios de que a Mario Robaina Méndez lo hayan asesinado después de preso porque intentaron hacer lo mismo con Wilson González, a quien lo salvó la llegada del Juez. El comisario Silveira Regalado había regresado recientemente de un curso de especialización en Estados Unidos. Así murió Robaina, por un exceso de responsabilidad, cuidando el patrimonio de la organización y tratando de servir a sus compañeros.
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